viernes, 5 de junio de 2020

PEQUEÑAS DERROTAS, GRANDES VICTORIAS


 Los EE.UU no cesan en su afán de consolidar su carácter hegemónico y de control absoluto sobre América Latina y El caribe. Su política de control hacia esta parte del mundo está sustentada en la Doctrina de Seguridad Nacional que este logro establecer en el marco de La Guerra Fría.
 En 1974, William Colby, director de la CIA, para el momento, declaraba ante el congreso de los EE.UU, que este, “tiene derecho a actuar ilegalmente en cualquier región del mundo, acumular investigaciones en los demás países y hasta a llevar a cabo operaciones tales como la intromisión  en los asuntos internos chilenos”  (a propósito de la participación de los EE.UU en el golpe contra Allende).
 Los EE.UU perfilaron y consolidaron su política hegemónica y de control absoluto, a partir del 11 de septiembre del 2001, con el derribo de Las Torres Gemelas. Desde allí empezaron a desarrollar su doctrina  de “La Guerra Infinita”. No es casual que su presupuesto militar, inmediatamente a ese hecho, se halla elevado a la equivalencia del presupuesto militar de 21 países. Al igual que la instalación de bases militares a lo largo y ancho del mundo, pero en mayor número en América Latina y El Caribe.
 Alfred T. Mahan sostenía que; “la extensión y consolidación del poder continental de su país pasaba por el control global de los océanos  y las líneas de comunicación marítimas”.
 Este mismo personaje, quien fue un amplio estudioso de los temas miliares, estaba convencido de que los EE.UU debían construir un canal que les facilitara, además del tráfico comercial, el traslado de toda la flota de guerra al momento de un conflicto. Y dentro de su esquema, los EE.UU debían militarmente Hawái y las cuatro rutas marítimas caribeñas al noreste del canal: El Paso de Yucatán (entre Cuba y México), El Paso de Los Vientos (la principal ruta norteamericana de acceso al canal entre  Cuba y Haití. El Paso de La Mona (entre Puerto Rico y La Republica Dominicana. Y el Paso de Anegada (cerca de St. Thomas).
 No obstante al poder hegemónico de los EE.UU, en el mundo despuntan otros países que dan garantía de la multipolaridad económica y política, y que al menos abren la posibilidad de que América Latina y El Caribe establezcan libremente lazos de cooperación.
 El surgimiento del liderazgo de Hugo Chavez le dio un vuelco a la política continental. Pues, su liderazgo y su discurso de unidad valieron para fomentar estrategias geopolíticas capaces de dar certeras victorias a estos pueblos del continente americano tan diezmados y golpeados por la bota norteña. Valga decir,  momentos estelares en donde nuestros pequeños países han logrado asestarle “pequeñas” derrotas al imperio, pero grandes victorias para la moral histórica de nuestros pueblos.
 En el año 2005 y por primera vez, es elegido para presidir la OEA, un candidato que no contaba  con la anuencia de los EE.UU. Es nombrado Secretario General Jose Miguel Insulza. Y ese mismo año en Mar de Plata, los EE.UU sufren un duro revés al no poder imponer el ALCA (ALCA pal carajo, como decía Chavez).
 Ya en 2002 había fracasado el golpe de estado en Venezuela contra Hugo Chavez. Y esa también la contamos como una victoria. Como victoria es que no hayan podido derrotar a Nicolás Maduro y a La Revolución Bolivariana. Lo mismo ocurrió en Bolivia en 2008 (aunque hoy concretaron el golpe de estado contra Evo Morales). Y en Ecuador en el 2010. Correa salió victorioso, pero años después Lenin Moreno se entregó a los interese imperiales, y con él al país y el significado de Ecuador en el movimiento liberador continental. No es poca cosa lo ocurrido.
 Otra “pequeña” gran victoria fue la vuelta de Cuba (para su momento), al seno de la OEA, después que está en 1962 había sido marginada del contexto internacional.
 Así tenemos otras “pequeñas” grandes victorias, como por ejemplo, los ejercicios militares realizados en conjunto entre Rusia y Venezuela y la mediación que hizo Venezuela para lograr la liberación de los rehenes de la FARC. Triunfo diplomático sin dudas. Y qué no decir de la salida de la DEA y el ejército norteamericano de las instalaciones venezolanas. Así como el desmantelamiento de la base militar de EE.UU en Manta, Ecuador.
 La creación de UNASUR, una genialidad política de Hugo Chavez y la puesta en funcionamiento  del Consejo de Defensa Suramericano y la creación de La Comunidad de Estado Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
 Pero el enemigo no se achica y se rearma. Siempre con el apoyo de líderes rendidos ante los intereses de potencias foráneas. Hombres como Álvaro Uribe Vélez, Luis Almagro, Julio Borges, Juan Guaido, y muchos que conforman una larga lista, algún día tendrán que rendirle cuentas a la historia y a sus pueblos.
 El liderazgo de Hugo Chavez demostró que la unidad de los pueblos es un arma letal para combatir al imperio. Es la misma visión gran colombianista y anfictiónica impulsada por Simon Bolívar. Por eso decimos, con la fe puesta en el porvenir, que; “Alerta, alerta, alerta que camina la espada de Bolívar por América Latina”.-

UN GIRO A LA DERECHA

        Hay compañeros que viven en una permanente crítica al gobierno bolivariano. Son implacables, severos y constantes en sus críticas. T...