miércoles, 1 de septiembre de 2021

UN GIRO A LA DERECHA

 

     Hay compañeros que viven en una permanente crítica al gobierno bolivariano. Son implacables, severos y constantes en sus críticas. Todo lo que el gobierno hace, para ellos, está mal hecho. Como que las acciones del gobierno están fuera de las anotaciones de sus apuntes ideológicos.

      Muchos olvidan que El Gobierno Bolivariano no es un gobierno normal, que el Estado Venezolano es un Estado asediado, bloqueado, perseguido y cuestionado por las elites y por los centros de poder del mundo. Que sobre él, y sobre el pueblo venezolano se cierne una guerra no convencional, que obliga a su dirigencia a manejar todo el poder de las decisiones sobre la base de estrategias, lo más parecido a un juego de ajedrez.

   Del propio seno de la revolución se oyen voces agoreras. Críticos despiadados, muchos escudados en un pasado glorioso o en el liderazgo de Hugo Chavez, pero que se empeñan en atacar al presidente Nicolás Maduro y a cuestionar todas las políticas que desarrolla el Gobierno Bolivariano.

     Es el nuevo oposicionismo. Una corriente crítica, anti gobierno; sectaria y dogmática, que no entienden el momento histórico que vivimos. Y que se “olvidan” y no quieren ver, la necesidad que tienen los centros de poder del mundo, de aniquilar el ejemplo que pueda emanar del seno de esta sociedad. Tal como han querido hacer con Cuba y sus más de 50 años de bloqueo.

     Si en algo no debe haber dudas es que El Gobierno Bolivariano es, por antonomasia, un gobierno de izquierda, que en su lógica, gira contrario a como los centros de poder dominante del mundo, quisiera que giraran.

       La lógica es girar en torno a las políticas que diseña el modo de producción capitalista, que entre otras cosas implica, abolir conceptos como la soberanía, la libertad, la autodeterminación, la independencia. Y mucho más allá, implica también, retomar el viejo proyecto de dominación, que planteaba la eliminación de las fronteras, de las policías nacionales, la eliminación  de los ejércitos y la vieja panacea de la privatización.

      La oposición a todos estos conceptos y aguas adentro, la profundización de la democracia participa y protagónica; plasmada en la novísima y revolucionaria Constitución Nacional, hacen que nuestro país sea ejemplo de dignidad y con una clara posición de izquierda.

     Sin dudas, la crisis aprieta. Los EE.UU, con apoyo de factores internos; apátridas y sin ningún compromiso con Venezuela, provocan profundas distorsiones de la cotidianidad del venezolano y de la sociedad en general, buscando sumar descontento y el surgimiento de voces agoreras que le quiten legitimidad al apoyo popular que tiene el gobierno.

     Los enemigos lo han intentado todo. Desde el magnicidio hasta la intervención extranjera. Y sin dejar de mencionar, la guerra psicológica; esa especie de fenómeno invisible que pulula por todos lados; que es intangible, pero que como un virus, invade la mente de todos y logra la disociación de muchos.

      En Venezuela los sectores oposicionistas, que ha liderado la violencia, están derrotados políticamente. Si bien las fuerzas revolucionarias, chavistas y nacionalistas están cohesionadas y fuertes, no es menos cierto que hay expresiones, de izquierda, que cada día mas profundizan su giro a la Derecha. Solapada bajo la crítica y la auto critica, escudada en el legado de Hugo Chavez y oculta en frustraciones personales, que pretende sustituir a la Derecha legitima enemiga de La Revolución Bolivariana.  

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