Toda muerte, más si
es trágica, nos disminuye. No importa si a los muertos se los traga el mar de
Guiria o el Mediterráneo. Son seres humanos enfrentados a la tempestad; a la
naturaleza indómita que no entiende de dolores y penas. Sean las causas que
sean, son vidas que han quedado sembradas y que de seguro, han dejado también
una estela de dolor y de pesar en otros seres humanos.
El Che lo decía
magistralmente; “El revolucionario verdadero esta guiado por grandes
sentimientos de amor”. Y es precisamente esta cualidad la que deben enarbolar
los revolucionarios del mundo para seguir soñando con un mundo mejor; más
humano, más de la felicidad y la armonía. Un mundo donde el hombre sea amigo
del hombre y donde la especie humana viva en plena armonía con la naturaleza y
el resto de las especies.
Condenamos la
muerte, pero condenamos también a los sectores oposicionistas al gobierno
bolivariano, que pretenden utilizar la tragedia de Guiria, con un matiz
político.
Son los mismos que
han promovido la xenofobia entre sus propios hermanos, por creerse una raza
superior; los mismos que han quemado gente viva, escuelas, bibliotecas, etc, y
que han dañado la imagen del país ante el mundo.
La única patria de
los sectores oposicionistas al gobierno revolucionario, de los violentos,
es, las riquezas de Venezuela. La
oposición venezolana esta rendida ante los intereses de Norteamérica. Y eso
explica por qué Venezuela y su gobierno, son una “amenaza inusual y
extraordinaria”; así calificada por los EE.UU; en cuanto a que representamos
para el mundo, la rebeldía de los pueblos que luchan insistentemente por un
mundo mejor.
Insistimos. Toda
muerte nos disminuye, nos agobia, pero también rechazamos a quienes desde
posiciones de beligerancia política, utilizan la manipulación para ganar
adeptos o simpatías, argumentando hechos que construyen en sus malas
intenciones. Las campanas también doblan por ellos.
Los revolucionarios
militamos en el amor y en la ternura, pero no somos pendejos. Nos disminuye la
muerte de gente inocente y convertimos, en acción militante, los sueños por un
mundo mejor. Las campanas también doblan por ti¡