viernes, 29 de mayo de 2020

EEUU: DE LA REPUBLICA AL IMPERIO



 Importante leer por estos días a Atilio A. Boron y su libro; “América Latina en La Geopolítica del Imperialismo” (premio Libertador al Pensamiento Crítico, 2012. Editado por El Ministerio de La Cultura). A nuestro juicio, es un libro de obligatoria consulta para entender todo lo que ocurre hoy.
 Después de culminada la Segunda Guerra Mundial y el posterior “Reparto del Mundo”, los EEUU pusieron en práctica la tesis (que luego se ha convertido en la razón de ser del sistema político norteamericano), de un “Gobierno Permanente”. Es decir, el verdadero poder detrás del poder.
 “El Gobierno Permanente” que rige los destinos de los EEUU, ha sabido separar muy bien, el gobierno que surge de los eventos electorales y ha sabido neutralizar la voluntad popular. De hecho, aquel presidente que ose ir en contra de “El Gobierno Permanente”, rápidamente es reprimido, atacado y hasta eliminado. Caso de John F. Kennedy por ejemplo. O el mismo caso de Bill Clinton cuando en los primeros meses de su gobierno, intento reformar el sistema de salud y casi pasa por debajo de la mesa, siendo más famoso por su escandalo con Monica Lewinsky, la pasante de la Casa Blanca.
 El Presidente Dwight Eisenhower denomino todo ese conjunto de poderes facticos, que definen la estructura del llamado “poder Permanente”, como “El Complejo Militar Industrial”.
 Por ello se dice que en la medida en que EEUU consolida su “Poder Permanente”, visto desde una interpretación teórica global del poder, este país desde mediados del siglo XX y principios de este nuevo siglo, transita de La Republica al Imperio.
 Ahora bien, vista la experiencia histórica y visto el caso de como Roma muto de la republica al imperio, en una analogía, no deja de preocupar, entre otras muchísimas incidencias, el efecto directo que tiene este tipo de fenómenos en la degeneración de los usos y las costumbres de la vida social en general. Y precisamente refiere el autor (Atilio A. Boron), citando a Maquiavelo, en su obra “El Príncipe”, que este; “bucea en las profundidades de la Republica y no del imperio romano, en su búsqueda de la virtu necesaria para que las dispersas comunidades italianas del Renacimiento puedan expulsar a los barbaros que las tienen sojuzgadas y realizarse plenamente como nación”
 Nadie duda que desde hace rato, los EEUU han dejado de representar a la libertad, para representar el poder.
 Por estos días el imperio norteamericano se ha tornado más peligroso, cuando ha tenido que ver, atónito, el surgimiento de China como nuevo centro de poder mundial y como potencia indiscutible. Pues, esto pone en riesgo su apetito voraz de recursos naturales, obligándolo a afilar bien su poderío militar.
 Nadie niega hoy, que la Madre Tierra está herida en el alma. Su cruel explotación la ha colocado a un punto de colapso.
 Esto explica el afán de los EEUU de pretender privatizar la luna y su conquista y asegurarse los recursos que allí puedan existir.
 El imperio está herido de muerte. La sociedad norteamericana está colapsada en sus patrones insostenibles de vida. Los EEUU poseen una estructura militar fuerte. Con armas sofisticadas y bases militares diseminadas por el mundo. Ellos se han garantizado los mares y sus bases militares permiten su desplazamiento. Esto explica, en parte, su afán por Venezuela. Y para nada les importa el Derecho Internacional, las resoluciones, la diplomacia, ni el qué dirán.
 Simon Bolívar volando por sobre los tiempos y las edades, lo ilustra magistralmente; “Los EEUU de Norteamérica parecen destinados por la providencia, para plagar  la América de miserias en nombre de la libertad”.-  

viernes, 15 de mayo de 2020

CUANDO LA FICCION ES LA REALIDAD.



   El Gabo se ganó el nobel de literatura con su novela “Cien años de soledad”; inauguraba así “El Realismo Mágico” como corriente literaria y se abrían unos amplios compas para la imaginación. Incitaba Garcia Marquez a navegar por lo imposible. A adentrarnos en la posibilidad de construir mundos y situaciones que saltaban de la imaginación, a cobrar vida y realismo. He allí su grandeza.
  Con la llegada del siglo XXI, asiste esta generación, como espectadores colocados en primera fila, a los últimos tiempos del capitalismo. Este, ahora más feroz y peligroso, se sacude con mucha furia, ante la pérdida del estandarte hegemónico, expresado en los EEUU, y ante el surgimiento de nuevas potencias mundiales y nuevos paradigmas de desarrollo, y como una fiera herida, se niega a claudicar, se niega a morir.
 Niega puede negar el surgimiento de China como potencia mundial, así como no podemos dejar de observar si es que estamos en presencia de una mutación del Modo de Producción Capitalista. Más dócil, más de mano zurda y de derecha, pero en franco desarrollo y expansión.
  Quizás estamos a las puertas de una confrontación entre EEUU y China. Ya se habla incluso de que el mundo es preso, en este momento, de una guerra bacteriológica. El Covit-19 recorre al mundo como un fantasma y ya se cuentan por miles los fallecidos. Mientras tanto, Donald Trump, como peón del imperio en decadencia, se plantea la conquista de la luna y del espacio. El voraz apetito del capitalismo necesita alimento para sustentarse. Tiene hambre.
  Asistimos hoy a un deterioro completo del Derecho Internacional y a una ruptura total del equilibrio jurídico que sustentaba la paz mundial.
   El acomodo  que se dio después de La Segunda Guerra Mundial; surgimiento de instituciones, de acuerdos políticos, de tratados, de la puesta en vigencia de conceptos comunes para todos; como por ejemplo, la libre determinación de los pueblos, la soberanía, la democracia, el desarrollo de los DDHH, etc, todo parece venirse abajo. Todo es letra muerta.
  Todos los años El Consejo de Seguridad de la ONU vota en contra del bloqueo económico, que desde hace más de cincuenta años, ejercen los EEUU contra Cuba. Solo los EEUU e Israel apoyan el bloqueo y son más de setenta países los que demandan que cese el mismo. Pero nada pasa.
  Así también, desde el derribo de Las Torres Gemelas en EEUU, este país ha desarrollado la llamada Doctrina de Seguridad Nacional, donde esta nación de abroga el derecho de declarar como enemigos de su país a ciudadanos, países e instituciones, nacionales o extranjeras, que ellos consideren que constituyen una amenaza a su seguridad. Y es que la institucionalización y operatividad de esta doctrina, ha llevado a los EEUU a fortalecer su hegemonía y a desconocer todo acuerdo o tratado que permitía la libre autodeterminación de los pueblos.
  Por eso hemos dicho, en el encabezado de este artículo, que ahora La Ficción es la Realidad. Los EEUU de Norteamérica han echado por tierra toda acción civilizada de relaciones. La diplomacia no es ya el lenguaje con que hablan los pueblos. EEUU intervine en la política interna de cualquier país y no pasa nada. Han inundado el hemisferio de bases militares, y desde allí se garantizan, militarmente y por la fuerza, los recursos naturales de otros países, pero que a ellos le son útiles.
  A Evo Morales le dieron un golpe de Estado y nada pasa. A Manuel Zelaya lo sacaron en pijamas de su cama y nada paso. En Venezuela apoyan a un títere y legitiman una anormalidad, acompañado con bloqueo económico, intervención, le colocan precio a sus cabezas a la dirigencia bolivariana, financian saboteos y golpes de Estado y nada pasa.
  El mundo entero padece la decadencia del capitalismo y el derrumbe de un imperio. Pero los EEUU, cual fiera herida, se ha convertido en una hiena más feroz, más peligrosa.
  Cuando ya pensábamos que el siglo XXI era la era de ese corazón que estaba por nacer. La era de la esperanza y la fe; del altruismo y del mundo que todos soñamos, su lado más oscuro se desnuda y vemos al hombre enemigo del hombre. Vemos prevalecer figuras que ya creíamos  decadentes; el racismo, la discriminación, la negación del otro, la xenofobia, el asesinato del adversario y la muerte.
  El Mar Mediterráneo se ha convertido en un gigantesco cementerio, las fronteras de los países parecen ríos humanos. El hombre huye de sí mismo y la tierra parece tan pequeña que nos hacen sentir como extraños en nuestra propia casa.
  El mundo necesita una revolución de amor. De cosas bonitas y que tercamente sigamos insistiendo en ser un tilín mejores personas.  
 
           

martes, 12 de mayo de 2020

LOS PRIMEROS INMIGRANTES¡

   Definitivamente los venezolanos somos especiales. Crecimos sin odios y sin discriminación. Desde carajitos nos enseñaron a respetar y a no ver sino el color de los ojos de la gente. Vale decir, a tratar a las personas por lo que son, sin importarnos su color. A decirle señor o señora a los mayores y a ver en un maestro, un segundo padre o una segunda madre. Crecimos limpios de alma y de corazón. Sin odios, sin el alma enferma.
   En El Furrial; ese pueblo mágico de gente buena, de nuestros amigos y seres queridos, donde todos los padres eran padres de todos y donde los amigos se convertían en hermanos, allí vimos los primeros migrantes llegar. Quizás eran personas extrañas; con hábitos distintos, léxicos distintos, ropaje distinto al de nosotros, pero seres humanos al fin, a quienes desde ya respetábamos.
   Por la calle del Estadio vivía la señora Ana con su esposo a quien le decían  El Inglés. Su hablar era extraño, pero todas las tardes iba a la casa de mis padres a tomar café y conversar. Eran largas tertulias, pero había la afinidad por la pesca de Machetón y colocar anzuelos en el rio para ver si se tropezaba un Rayado.
   Un buen día llego al pueblo un italiano a quien conocíamos como Balaci. El compro una casa frente a la nuestra e instaló allí un consultorio odontológico. Toda una novedad para nosotros, que hasta entonces no conocíamos más que a La Saca Muelas del Corozo. Una señora que recorría todo el pueblo, cargando sobre si la fama de haber peleado con una culebra Traga Venado, de más de ocho metros de largo, que pretendió asfixiarla a la orilla del rio Guarapiche.
   Con Balaci y su consultorio odontológico empezó a cambiar el pueblo. Era común ver largas colas de gente para consultarse con el.
   A veces nos topábamos en las calles de El Furrial con unas mujeres blanquísimas; gordas y altas, con ropa elegante y hablar enredado, vendiendo sabanas, telas, toallas. Les decíamos Las Turcas. Igual las socorríamos con agua fría y les ofrecíamos una silla para descansar.
   Y cuando había que remendar los zapatos, solo teníamos que estar atentos al grito, que desde lejos, recorría todas las calles del pueblo; “zapaterooooooooo”¡ Eran personas raras para nosotros, de aspectos picarescos y bien trajeados, impecablemente vestidos, de camisa manga larga y correa combinada con las medias y el calzado. Ellos magistralmente ponían nuestros zapatos activos para una temporada más.
   Un buen día, ya estudiando nosotros segundo o tercer año de bachillerato, llegaron a nuestro pueblo una numerosa familia de peruanos. Un hombre y una mujer con sus hijos empezando la adolescencia y buscando un futuro para ellos. Recuerdo que la noticia corrió como pólvora en el pueblo. Tanto así que cuando se supo que sus hijos buscaban cupo para estudiar en nuestro liceo, los maestros y profesores nos hablaban de la solidaridad y de la necesidad de apoyarlos, de guiarlos y de orientarlos. Así fueron acogidos en El Furrial; sin discriminación, sin odios y con el corazón abierto. De ellos aprendimos palabras y expresiones y el futbol se popularizo, pues, dos de ellos eran unos maestros con el balón en sus pies. Incluso el padre, fue el primer Director Técnico de algún equipo de futbol de nuestro pueblo. Y fue tanta la acogida, que hasta echaron raíces en nuestro pueblo; y se casaron, y tuvieron hijos y se hicieron furrialeños.
   Luego han venido chilenos, portugueses, colombianos, ecuatorianos y hasta un alemán.
   Y es que así somos los venezolanos. Somos gente buena, de alma pura. Tanto, que rayamos en lo pendejo. Pues, muchos de estos inmigrantes luego que han sido acogidos con amor en esta patria, muchos de ellos como que se les ha olvidado cuando estaban despatriados, y ahora no escatiman en sumar sus voces para despotricar de Venezuela y su gente. Muchos han participado en guarimbas y desde sus espacios, promueven el odio y la xenofobia. Algunos son anti socialistas militantes. Buscan a los rojos rojitos para quemarlos, para desaparecerlos y negarlos como expresión política de este país.
   Se olvidan que esta patria; cual madre que acogen a sus hijos en su seno, alguna vez los cobijo y les dio el calor que en sus tierras de origen, les negaron. No olvidemos las crueles dictaduras que vivieron y padecieron países como Chile, España, Bolivia, Nicaragua. No olvidemos los miles de asesinatos en Colombia, la dictadura de Brasil. No olvidemos que este país los hizo gente, los hizo personas y les dio oportunidades de estudio, de trabajo, de negocios.
   A veces provoca que El Gobierno bolivariano reviva el Decreto de Guerra a Muerte promulgado por Bolívar y donde se le juraba a ser pasado por las armas, a toda persona que osara no estar de acuerdo con el proyecto de país que para la época estaba planteado. O que traicionara los ideales de patria.
   Hemos sido un pueblo noble, pero le exigimos al extranjero que respete a Venezuela. 

UN GIRO A LA DERECHA

        Hay compañeros que viven en una permanente crítica al gobierno bolivariano. Son implacables, severos y constantes en sus críticas. T...