lunes, 12 de abril de 2021

EL NACIONALISMO EN LAS VACUNAS Y EL COVID19

 

 

   Desde hace tiempo está sucediendo que la brecha que separa a los ricos de los pobres, en el mundo, cada día es mayor. La distribución de las riquezas es un fenómeno que queda expresado en la forma de cómo han acumulado riquezas un pequeño grupo de ciudadanos, y de cómo sufren y padecen de la pobreza, a los extremos de morir de hambre, una inmensa mayoría de seres humanos.

   Un solo dato nos sirve para ilustrar este terrible drama. El 1% más rico de la población posee más del doble de riqueza que 69000 millones de personas. Con seguridad podemos afirmar que la riqueza extrema está aumentando la desigualdad extrema.

   El covid19 ha permitido que las personas mas ricas del planeta, hayan triplicado sus riquezas. Sus rostros ilustran las portadas de la revista Forbes. La que por cierto, en su última edición, destaca; “la explosión” de personas con un patrimonio superior a 1.000 millones de dólares, pese al devastador impacto de la pandemia del coronavirus en todo el mundo”. Es decir, que el covid19 ha resultado un negocio lucrativo para los ricos más ricos del mundo. Y no olvidemos que cuando hablamos de pobreza extrema, estamos diciendo que hay seres humanos que están muriendo de hambre. Según datos que proporciona la ONG Oxfam, cada año 100 millones de personas se ven arrastradas a la pobreza extrema por los gastos médicos que deben afrontar. Y que además en este momento existen 250 millones de niñas y niños sin escolarizar.

   Nada hace pensar que el comportamiento de los líderes mundiales y de los centros de poder del mundo, vayan a cambiar en algo su comportamiento, en cuanto al trato equitativo que debe dársele a la solución del covid19. Por el contrario, ya se observa, hasta organizaciones como La Organización Mundial de La Salud (OMS), expresando su preocupación por aprovechamiento de las vacunas, que hacen los países poderosos, en aras de beneficiar a sus conciudadanos. Es un nuevo nacionalismo, expresado en la protección de sus conciudadanos, y en este caso, a las clases sociales más pudientes de las mismas.

   Para los que piensan que las vacunas son la solución al virus del covid19, les cabria bien saber que estas no serán capaz de cubrir toda la población mundial, y como siempre, han de ser los pobres del mundo quienes padezcan en carne propia los avatares de esta triste realidad.

   Ya la India, a través de su empresa Serum Institute, la empresa más grande en fabricación de vacunas en el mundo, ha anunciado que la exportación de vacunas se detendrá hasta junio de este año (van primero a atender su mercado interno). Lo mismo sucede en Europa con sus controles de exportación y en el mismo EE.UU que  desempolvan leyes que buscan prevenir la exportación de “materiales estratégicos”, que son de utilidad para ellos producir vacunas.

   En el caso concreto de Venezuela, como que no fuera suficiente con la pandemia, se suma, como un agravante, el bloqueo que contra el país mantiene la Administración Norteamericana y su consecuente amenaza contra cualquier país que se atreva a hacer negociaciones con Venezuela. Y por otra parte; en el marco de una acción política para deslegitimar a Nicolás Maduro, el fomento de toda una estructura jurídica que ha permitido embarga bienes y recursos de la nación (activos), ubicados en el exterior.

   Ni la pandemia; que como un fantasma, recorre el mundo, ha impedido que los centros de poder del mundo; cesen sus conflictos ni las guerras y que tampoco  cesen  las intenciones de conquista y sometimiento de países poderosos a países con riquezas naturales, como es el caso de Venezuela.

   El Derecho Internacional ha quedado supeditado a una materia a revisar en las escuelas de Derecho. Es tan inservible como la diplomacia, que al menos antes servía para que los representantes de los países, entre banquetes y banquetes, fingieran educación y ser buenos amigos.

   Los que por desconocimiento de la realidad o por oposición al Gobierno Bolivariano reclaman VACUNAS PARA TODOS, deberían darse un paseíto por la realidad mundial y ver la voracidad con que los poderosos actúan. Y no obstante, luego venir a admitir que Venezuela, en cuanto al covid19 se refiere, está en mejor capacidad de respuesta que muchos países de la región, donde la pandemia sí que está haciendo estragos.

   VACUNAS PARA TODOS gritan en Venezuela muchos de quienes, más allá de sus  verdaderos deseos porque todo el pueblo venezolano reciba su vacuna contra la covid19, lo que hacen es sumar su voz a quienes desde hace tiempo vienen empeñados en entregar este país y sus recursos, a las potencias mundiales, que como EE.UU, necesitan recursos energéticos.  

  

  

jueves, 8 de abril de 2021

EL MUNDO Y SUS PASOS DE GIGANTE.

 

 

   Si miramos atrás, hace poco tiempo, era común ver largas filas de gente en un teléfono público esperando para llamar, y las manos llenas de monedas para poder alimentar el consumo de la llamada. Y en los teléfonos fijos, cual si fuera una cita, nos apostábamos con antelación para recibir la llamada.

   Las computadoras eran maquinas complejas. Al igual que las máquinas de escribir eléctricas. Había que hacer cursos para poder dominarlas. Así también  las noticias en los periódicos. Escuchar decir “extra, Extra, Extra”, era sinónimo de primicia. Era una noticia en desarrollo o que acababa de ocurrir. Decirse hombre informado, era poder pasearse por un sinfín de conocimientos. Era o es, manejar información.

   Quien diría que el desarrollo de las fuerzas productivas, acelerado desarrollo diríamos, produjera esta “modernidad” tan terrible de hoy día. Tanto, que expone a la imaginación, expresada en tecnología 5G, a realidades virtuales, tan reales, que casi tienen al mundo sumergido en una guerra nunca antes imaginada.

   Toda esta generación que hemos estado atravesada en medio de dos siglos, arrastrando los temores del fin del milenio, quizás anhelamos algún día, vivir en la modernidad. Ahora la realidad nos parece tan virtual y absurda, que añoramos el pasado. Nuestras vidas, y así la vida de todos, parecen marionetas que se mueven al ritmo que establezcan los amos del mundo. Es como que la novela del gran George Orwell, 1984, publicada por primera vez en 1949 se estuviera haciendo realidad.

   La vida de todos los ciudadanos del mundo está siendo vigilada. Alguien oye nuestras conversaciones y lee nuestros correos. Y lo más terrible, se están empleando, desmedidamente, ensayos de laboratorio de guerra psicológica, que sin dudas buscan impactar el sano juicio de la gente. Ya es normal ver la perdida de la sindéresis, del sano juicio, del sentido común, que ahora no es tan común como dicen. La gente deambula alienada totalmente y denotando comportamientos cada vez más alejados de la condición humana. Valga decir; “vemos humanos, mas no humanidad”.

   Cuando miramos de manera retrospectiva el tiempo, no es nada lo que ha avanzado el mismo, pero todo ha cambiado tan rápido. Ya nada es igual. Si, son nuestras propias vidas ínfimos episodios de un gigante que a cada paso que da, tarda un siglo. He allí a Bolívar y su dialogo con el tiempo, en su Delirio sobre El Chimborazo. Ese gigante que es capaz de ver por sobre las edades y le dijo a Bolívar; “Yo soy el padre de los siglos, soy el arcano de la fama y del secreto, mi madre fue la eternidad; los límites de mi imperio los señala el infinito; no hay sepulcro para mí, porque soy más poderoso que la Muerte; miro lo pasado, miro lo futuro y por mis manos pasa lo presente…”.

   Para los que pensábamos que este nuevo siglo seria el siglo de las luces; no obstante a los avances técnicos y científicos, y no obstante a tanta “modernidad”, la realidad que se devela luce muy adversa para la armonía, la paz y el progreso. Mientras tanto, no caería  nada mal ir repensando nuestra existencia, como especie, y nuestra relación con la naturaleza.  

       

UN GIRO A LA DERECHA

        Hay compañeros que viven en una permanente crítica al gobierno bolivariano. Son implacables, severos y constantes en sus críticas. T...