lunes, 19 de mayo de 2014

YORDANO, SU ECO Y EL DÓLAR DE 4,30

La fuerza musical y el canto de Yordano Di Marzo, distan mucho de aquel músico de los años 80, cuando siendo un perfecto desconocido, junto a un grupo de artistas, se empeñaban en llevar su canto y sus propuestas, a un público que sólo estaba acostumbrado a escuchar a músicos de talla mundial. Pues, el país nadaba en la opulencia más grande y Miami era el sueño anhelado por todos. Lo que no sabían muchos de ellos era que el llamado Viernes Negro les tenía reservada una agradable sorpresa; el dólar de 4,30.
Esa coyuntura relanzo el talento nacional represado en la abundancia y en la poca valoración de lo nuestro; de nuestros sonidos, de nuestros talentos, de nuestras raíces y de toda esa fuerza interior que concluye siendo un poco de lo africano, de lo caribe, de lo mantuano, de lo rebelde. De allí viene Yordano, Franco de Vita, Luzmarina, Ricardo Montaner y muchos otros que hoy son consagrados artistas. Ellos vienen de la negación de un sistema que no les permitía ser oídos. Sólo se limitaban a la consagración de un garaje, de un estacionamiento, de una calle, de alguna tasca donde pulula la mala vida.
La canción POR ESTAS CALLES, que todas las noches se dejaba oír por Venevisión, dejaba al desnudo a un país que reclamaba cambios y un nuevo liderazgo. Fueron las mismas circunstancias que luego trajeron a la palestra al Comandante Chávez y a su visión revolucionaria de la sociedad.
Hoy sin embargo, Yordano se suma, con su canción ECO; donde hace apología a las guarimbas, a toda la campaña de descrito que hacía el gobierno venezolano y hacía el país, ha emprendido la burguesía criolla, y luego al que se han sumado países como los EEUU, que no ocultan su claro interés en las riquezas venezolanas.
Así que como Yordano, muchos artistas que han cancelado conciertos y se han expresado públicamente en contra del gobierno que lidera Nicolás Maduro. En una clara y abierta posición política, que a mí, como a la gran mayoría del pueblo venezolano que apoyamos a este gobierno; que hemos apoyado a Chávez y creemos firmemente en este proceso, nos obliga a replantearnos nuestros gustos musicales. Ahora debemos ser nosotros quienes vetemos a estos artistas que ponen su arte al servicio de causas que son contrarias al pueblo y a su gente Echemos la ingenuidad a un lado y busquemos en esos nuevos sonidos que están naciendo, en esos nuevos talentos, en esas corrientes artísticas que ha despertado Chávez; en Los Beta, en la música urbana, en el Reggae que Bob Marley nos enseñó, en la música de Alí Primera; que ni es panfletaria ni de protesta, pero que aun corre por las calles del pueblo; busquemos nuevas inspiraciones. Afinemos el oído a los nuevos cantos.
Yo he decido vetar a los artistas; nuestros y extranjeros, que son farsantes de su canto. Que sólo entonan una canción por que les parece bonita, pero que no creen en su letra. Allí incluyo a Rubén Blades; que ya por cierto dejó de sonar en mi iPOD.
Todo era parte de una campaña. Pero ellos se prestaron. Quisieron decirle al mundo que en Venezuela hay un gobierno asesino, que persigue y mata a estudiantes, etc
Ellos niegan a su propio país. Irrespetan nuestra bandera. Niegan a un pueblo y a un gobierno, que como nunca otro en la historia de Venezuela, ha atendido el problema de salud, de vivienda, de educación. Hoy hay universidades en cada Estado y en muchos municipios de esos Estados. Hay un pueblo activo, incorporado a una nueva concepción de la ciudadanía.

Yo veto a todos esos artistas que hipotecan su canto libre. No me conformó con oír una buena voz. Exijo un canto coherente, militante, inclusivo. Un canto que le cante al amor y a la vida, pero que no niegue, que no mienta sobre un pueblo que está cansado de ser negado. Tengo derecho a cambiarme de dial, a no comprar sus discos, a no ir a sus conciertos. Tengo derecho a exigir respeto.    

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