lunes, 12 de enero de 2015

EL ODIO DE CLASES (SOCIALES)

  Seguramente que toda persona ejerce, en algún momento de su vida, un punto de reflexión personal que involucra el juicio interno; esa especie de péndulo que nos permite el equilibrio y el sano juicio de ubicarnos en la lucha permanente entre el bien y el mal. Lo correcto y lo incorrecto. Lo justo y lo injusto. En ese afán; que seguramente persigue a todas las personas, de querer ser mejores seres humanos, o al menos, de evitar que sean las miserias las que nos arrastren y lideren nuestra personalidad.
Para quienes militamos desde siempre en el camino revolucionario; en ese empeño por un mejor mundo; de igualdad, respeto, de mayor humanidad. Un mundo donde el centro de todo sean los seres humanos. Donde no hallan hombres que exploten a otros hombres; donde todos nos veamos como hermanos. Un mundo donde sea valida la utopía de que si es posible otro mundo.
Y es que la militancia revolucionaria, asumida como patrón de vida va más allá de una militancia partidista, es una militancia más bien por la vida, donde el amor impregna todo, de tal forma que nos permite trascender, viajar por el altruismo.
No obstante, a veces hay que llenarse de mayor altura para no ceder a las miserias. Y me refiero cuando tenemos que toparnos con los llamados sectores pequeños-burgueses de la sociedad; gente dizque más inteligentes que el resto de las personas. Una especie de seres superiores que se creen con mejores modales, con más derechos, con menos deberes.
Son esas mismas personas que no dejan de vacacionar y de beber whisky 18 años, pero que todo en este país les hiede, y nada sirve, y nada funciona.
Toparnos con gente así, cuando se lleva a la patria hasta en las viseras (parafraseando a Chávez en su parafraseo del poeta Mijares), de verdad que aflora una especie de odio o rabia, que no sabemos si en verdad es ese odio de clases que magistralmente describe el marxismo o es la rabia por tanta estupidez que deambula por allí en forma de seres humanos.
El Modo de Producción Capitalista acelera sus contradicciones; la crisis es mundial. Más gente muere de hambre en el mundo, se agotan los recursos energéticos, el planeta no aguanta más locuras. La tierra parece que acelera su viaje espacial y el hombre no termina de entender que no somos dueños de nada; somos un simple ser vivo que como cualquier grillo, rana o luciérnaga, compite por un pedazo de aire, de oxigeno, de agua…

No hay comentarios:

Publicar un comentario

UN GIRO A LA DERECHA

        Hay compañeros que viven en una permanente crítica al gobierno bolivariano. Son implacables, severos y constantes en sus críticas. T...