miércoles, 12 de noviembre de 2014

LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y LA CONDUCCIÓN DE DERECHA


 Definitivamente @dcabellor, @dcabellorCEMD, @ConElMazoDando, le ha puesto “el cascabel al gato”, como reza un viejo adagio popular. Y es el caso de la cantidad de funcionarios públicos que teniendo responsabilidad de conducción; de instituciones y dependencias del Estado, adversa  las políticas públicas y El Plan de La Patria; que como plan de gobierno, ha jurado cumplir Nicolás Maduro. Vale decir que este plan es conocido también como Segundo Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social y Social de La Nación 2013­-2014, y que en principio fue concebido por el propio Comandante Chávez.

   Nadie puede negar que Hugo Chávez cambio la historia política de este país. Su irrupción en la palestra política venezolana no podía ser más oportuna. Pues, el llamado bipartidismo o la llamada Democracia Representativa habían conducido al país a un despeñadero. Valga decir, serio deterioro de su aparato productivo, altos niveles de corrupción administrativas, entrega total de la soberanía del país al capital extranjero a la trasnacionales.

   Venezuela había perdido su soberanía. Los trabajadores, sus prestaciones sociales y los estudiantes su derecho al estudio. Todo eran cifras y estadísticas. Se habían “deshumanizado” los derechos humanos y el país atravesaba   por su peor crisis, una gran pobreza; la perdida de perspectivas rodeaba el alma de todo un pueblo, que ya cansado y convencido de que el mañana no ofrecía nada bueno, asumía sin saberlo, su derrota.

   Y contrario a lo que muchos puedan creer, esta Revolución Bolivariana ha costado. La utopía nos ha traído hasta aquí. Los cementerios de este país siguen llenos de trozos nuestros y nuestras almas han deambulado lo suficiente para que alguien pretenda arrebatarnos lo que la herencia de lucha de nuestros muertos mártires nos han delegado.

   Claro que Diosdado tiene razón. Pues decir las instituciones es decir La Revolución. Las instancias de gobierno, necesariamente, deben estar dirigidas por gente comprometida con el proceso de cambio y de transformación. No podemos ser ingenuos en eso. Ya pasó en Chile y el resultado es bien conocido. Este gobierno no es para cinco años. Este es un proceso; político-social, cultural, etc para toda la vida.

   El proceso que definimos como revolucionario, es en sí un cambio radical de paradigmas; una nueva dinámica social, con nuevas maneras de relacionarnos socialmente. Más inclusivo; más humano, de mayor respeto a la condición humana. Y lo que es más importante, un proceso político alineado, en el marco de la lucha de clases sociales, con el sector más desfavorecido de la sociedad, el pueblo. Pues, desde el punto de vista de la concepción marxista de la historia el pueblo es la clase social más explotada y marginada de la sociedad. He allí el carácter revolucionario del proceso político venezolano.

   Ya Chávez lo decía hasta la saciedad; “Yo soy un subversivo en Miraflores…”. Precisamente allí radica la esencia de la bandera que porta Maduro. Y eso no lo podemos perder…


   

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