Vi por estos días
un comentario de una amiga, al pie de una fotografía suya firmando el acta de
graduación, tras culminar su carrera universitaria en La Universidad
Bolivariana de Venezuela (UBV), donde jocosamente ella manifestaba que no
estaba firmando precisamente El Acta de Independencia, que esa la firmaba el 6
de diciembre. Su comentario hacía alusión, sin dudas, a las elecciones del
próximo 6 de diciembre donde se escogerán a los diputados que conformarán
la próxima Asamblea Nacional.
Estudiar en Venezuela se ha convertido en un hecho extraordinario.
La educación superior esta totalmente municipalizada. Casi que de cuadra
a cuadrada hay una universidad. De modo que la matrícula escolar de
nuestro país seguro es una de las más altas del mundo. Pues, este fenómeno no
se ve con frecuencia en otras latitudes.
La popularización, por así decirlo, de la educación superior en
Venezuela, ha permitido que muchos jóvenes, en otras circunstancias, nunca
hubieran podido ingresar a una universidad. No es poca cosa el aporte que le
hacen al país universidades como La Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV),
y La UNEFA. Esto sin dejar de mencionar los subsistemas que mantiene La UBV
aguas abajo. Es decir, todo el sistema de Aldeas Universitarias, que permiten
que la universidad llegue a sitios inimaginables, valiéndose para
ello de instalaciones físicas como liceos y escuelas primarias.
Hay incluso profesores dentro de estas universidades que no
entienden la trascendencia de esto, y quizás valiéndose de la libertad que
permite la academia y de la llamada Autonomía Universitaria, utilizan esa
tribuna para despotricar del gobierno.
Y es que si algo le debemos a estas universidades es su empeño por
sembrarle al estudiante valores nacionalistas y la importancia de la
defensa estratégica de la nación. Ya El Comandante Chávez lo decía; que
Venezuela no era sólo la frontera terrestre. Nuestro territorio también
es marítimo y hasta allá también debe llegar nuestra soberanía.
El estudio de Bolívar es obligatorio. Su pensamiento político y todo su
empeño por liberarnos del Imperio Español. Pero además, desde estas
universidades se promueve y se han creado mecanismos concretos y legales que
vinculan a la universidad con las comunidades. Universidad y pueblo.
Universidad y comunidad.
Ir a la universidad; estudiar en una universidad, en Venezuela, es un
hecho masivo. Es extraordinario ver como el Estado hace realidad la posibilidad
que miles y miles de jóvenes estén expuestos a la experiencia maravillosa
del conocimiento. Personas que en su mayoría nunca hubieran podido ingresar a
la universidad sino se les hubieran dado las herramientas para ello. Caso por
ejemplo del papel que ha jugado La Misión Ribas. La cual ha permitido que miles
de jóvenes culminen su bachillerato satisfactoriamente.
Hay quienes critican a estas universidades. Que si adoctrinan a
los jóvenes, que son centros de formación política, etc. Pero es que acaso
las universidades privadas como La Católica (UCAB), La Santa María (USM);
por solo nombrar dos, forman jóvenes afectos al gobierno? Claro que
no. Por el contrario. Son centros de formación que ubican su pensamiento en las
concepciones más neo liberales y de economía de mercado; a pesar de la
crisis mundial del capitalismo, como ningunas otras universidades lo hacen.
42 sedes universitarias se han aperturado en Venezuela, y nuestro país
ocupa el 5to lugar en el mundo, como uno de los países que
poseen más universidades, en relación a otros países (y eso lo dice La UNESCO)
Así que ese gesto de la amiga, recién recibiendo su título
universitario emitido por La UBV, sin ella saberlo, es una negación de ella
misma. Ella es una reivindicada, una universitaria, una profesional. Es
seguramente una persona, que gracias a la UBV va a tener una proyección
distinta. Una perspectiva de vida distinta. Solo que ella no sabe que es
gracias a La revolución.
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