miércoles, 19 de agosto de 2015

LA DIESTRA Y LA SINIESTRA

   A propósito de estarse celebrando por estos días El Día de Los Zurdos, que jocosamente se ha querido mostrar para indagar en diferencias y habilidades de unos y otros, en verdad tiene un significado que más allá de lo meramente físico y palpable, por años ha servido para definir dos concepciones de ver el mundo, y de concebir sus cambios y transformaciones.
   Ser de Derecha o de Izquierda no es simplemente una destreza física, por años ha definido a los que se empeñan en hacer los cambios profundos y radicales de las sociedades. A los cuales también se les llama Revolucionarios. Y están Los Conservadores; que como una fuerza contraria, se empeñan en procurar que nada cambie, que todo se mantenga como está. Es quizás aquí donde surge la expresión del Gatopardismo, es decir,  cambiar todo para que nada cambie; ¨Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie¨  (Esta expresión del Gatopardo (Gattopardo), es tomada de la novela del mimo nombre, escrita por Giuseppe Tomasi di Lampedusa, entre 1954-1957) Y con ella se pretende señalar, en política, ¨al político que inicia una transformación política revolucionaria pero que en la práctica sólo altera la parte superficial de las estructuras de poder...¨
   Prácticamente es Carlos Marx quien enciende la polémica histórica entre el Cristianismo y El Marxismo, al señalar a la Religión como ¨el opio de los pueblos (cita que aparece en la publicación de Marx; ¨Contribución a la crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel¨ (1844)
   Y ubicándonos un poco en el contexto histórico, valga decir que el uso que hizo Carlos Marx de la palabra ¨opio¨fue en un sentido metafórico, y que además para 1843 el opio estaba disponible legalmente, pero ya existía el debate por su uso o venta, por que se decía que tenía efectos negativos para los seres humanos y la sociedad (se usaba mucho como analgésico, sedante y anestésico), etc
   De modo que la reacción de la iglesia, históricamente; y en gran parte gracias también a las diversas corrientes internas que bien dogmatizadas o radicalizadas, han contribuido para satanizar al marxismo, y por ende, a su expresión más concreta, el socialismo o comunismo.
   El mismo Catecismo de La Iglesia Católica, en La Profesión de La Fe, dice; ¨Con esto, el señor Jesús después de hablarles, fue elevado al cielo y se SENTÓ A LA DIESTRA DE DIOS¨ (El subrayado es mío)... de modo que en la prédica cristiana ha quedado sentada la idea, y ya incluso es de uso cotidiano, de que la derecha es la diestra y de que la izquierda es la siniestra.
   Dicho de otro modo, Dios está del lado derecho y El Diablo está del lado izquierdo. O decir que lo bueno está del lado derecho y lo malo del lado izquierdo.
   Visto así concebimos entonces al Socialismo como una especie de satanización. Una idea impulsada por Satán. Y en consecuencia, la firme convicción de que los comunistas, los socialistas, los izquierdistas, son malos, son hijos del mal y de Satán.Y así se plantea entonces la existencia humana como una lucha entre el bien y el mal.
   Y es que Hugo Chávez viene a reivindicar, con su concepción y su lenguaje sencillo, lo que el pensador Adam Schaff, ha dado en denominar; ¨El Humanismo Ecuménico¨. Es decir, en esas mismas corrientes vitales que brotan tanto del cristianismo como del socialismo. Pues, en ambas corrientes nos encontramos con una visión creyente fundada en la trascendencia y en un hecho humanista único, toda vez que coloca al ser humano en una prioridad suprema.
   El amor tiñe toda las relaciones humanas; de esperanza y fe, así también la misericordia y el perdón, y la fraternidad que es esencialmente humana. El Che lo decía; ¨Déjenme decirles, a riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario verdadero debe estar guiado por grandes sentimientos de amor¨
   
   
   

miércoles, 12 de agosto de 2015

HAY HOMBRES QUE LUCHAN UN DÍA…PERO HAY LOS QUE LUCHAN TODA LA VIDA…


   Con todo lo que se quiera decir, La Lucha Armada, en Venezuela, fue sin dudas una gesta heroica y quijotesca. La estirpe rebelde que acompaña al pueblo venezolano; como herencia histórica dejada por los negros y esclavos; en las llamadas luchas precolombinas y la herencia que nos dejo El Hombre más Grande que ha parido esta América; Simón Bolívar y todos los héroes de la lucha independentista, han signado para siempre las luchas revolucionarias, y en consecuencia, la lucha armada que se vivió intensamente en Venezuela en los años 60, 70 y 80. Nuestra tierra está abonada por la sangre de miles y miles de jóvenes que murieron bajo la férrea convicción de sus ideales.

   Pero La Lucha Armada parió también mucha solidaridad, mucha poesía, mucho dolor en el seno de las familias. Las cárceles estaban llenas de presos políticos y las casas y los cementerios, llenos de dolor.
   Alí Primera era un cantante subversivo. Su canto aliviaba el dolor. De modo que era uno más de la casa. Y El Che era ese extraño personaje  que con su mirada de conciencia nos decía que “El Hombre Nuevo” somos nosotros mismos, pero ahora, hombres colectivos, hombres conciencia, hombres transformadores, hombres revolucionarios.

   Pero la lucha revolucionaria trajo también la figura del delator, del traidor, del tránsfuga. Gente que comprometió vidas y sueños y que por alguna circunstancia, cedieron su compromiso y trayectoria, ante el enemigo.

   Hay ejemplos emblemáticos de estos personajes. Gabriel Puerta por ejemplo y Bandera Roja (BR). Y como ellos, muchos que hoy militan en la derecha mas reaccionaria y retrograda. Gente a quien no le ha importado, para nada, la estela de sangre digna que se derramó en Venezuela, de millones de personas que apostaron con su vida en la “aventura” que enaltece más a un ser humano, en esa que se apuesta con la vida misma, cual convicción de que se está haciendo lo correcto.

   A veces creemos que uno de los “infantilismos”  (si se me permite el término), mas grandes de que padeció la guerrilla venezolana, es que pareciera que nunca contemplaron la toma del poder como un objetivo estratégico fundamental, en la lucha por la liberación real del pueblo.

   La lucha cotidiana, a sabiendas siempre de que el enemigo a vencer era un gigante de mil cabezas, colocaba a los revolucionarios en un estado permanente de sobrevivencia. La posibilidad de la muerte era el eslabón más seguro de conseguir. He allí lo gallardo de la gesta.

   Por eso suenan lapidarias las palabras del dramaturgo y poeta Alemán Berthold Brecht (1898-1956), cuando decía, que; “hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan unos años y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida. Esos son los imprescindibles”

   Por que es que si hurgamos en la necesidad existencial del hombre; en su felicidad y bienestar, aun seguimos arrastrando la utopía más hermosa de la especie humana. Soñar en la alborada, en que el mañana nos ha de deparar un mundo distinto; de progreso, de bienestar, de felicidad.

   Que son unos tontos los soñadores? Más tonto es vivir vacíos, llenos de la nada. Sin perspectivas, sin sueños, sin ese alo de altruismo  que nos hace ser seres elevados y trascendentes.

   Es hermoso y ejemplarizante ver a esos sobrevivientes de La Lucha Armada, portadores, aun, de la bandera más preciada de un revolucionario; la dignidad. Verlos irreductibles y firmes, pero verlos soñadores.
   Caso contrario, a los trásfugas; traidores y desertores; los engañadores de siempre, los que como las serpientes, solo tragan para saciar su hambre, pero que ya están derrotados por su conciencia. Como Judas, han de cargar con el peso histórico de la traición.

   La crisis del capitalismo nos coloca ante un dilema que El Comandante Chávez, haciendo alusión a Rosa Luxemburgo, describía magistralmente; “civilización o barbarie”. La crisis es planetaria, es sistémica, es existencial. El Modo de Producción Capitalista se agotó al punto de poner en peligro la existencia humana.

   El Papa Francisco en su Carta Encíclica sobre  “El Cuidado de La Casa Común”  ha dejado plasmada su preocupación sobre el medio ambiente y los cuidados de la tierra. Ha llamado a mirar el planeta con una nueva visión. Verlo como nuestro hogar.

   El porvenir necesita de militantes por la paz y la vida. Hombres imprescindibles.

       

jueves, 6 de agosto de 2015

LA CASA DE LOS SUEÑOS

   Casi podemos decir que crecimos en ella. Recorriendo sus patios; disfrutando de la mata de mamones más frondosa y deliciosa del pueblo. Viendo crecer, al menos yo,  la primera mata de uvas; que como un sol, arropaba todo el porche de la casa. Era algo novedoso en un clima como el de  El Furrial donde más común era ver matas de mangos, de nísperos, guayabas, algarrobos y pomalacas, que esos gajos verdes colgándose, que solo veíamos en periódicos y revistas y que creíamos que era un fruto europeo no apto para estos climas.
   La Casa de Los Sueños, como he querido titular estas reflexiones, fue donde aprendimos a leer la prensa diariamente. Desde lo deportivo, hasta el acontecer nacional o internacional. De allí no podíamos salir sin antes estar bien informados. En esa casa nos hicimos asiduos lectores de la revista The Ring en Español (revista especializada en boxeo). Y aprendimos del humor de Otrova Gómas (“El Hombre Más Malo del Mundo”)
   Desde el béisbol que proyectaba nuestros sueños de jóvenes, hasta las sanas partidas de pool que debatíamos entre refrescos y pepitos, o nuestros recorridos en bicicleta por el pueblo.
   Pero en La Casa de Los Sueños también imperaba la rigidez y el orden. Si saberlo quizás, también aprendíamos un poco de esas cosas que se aprenden de los buenos hogares; el respeto, la solidaridad, las buenas costumbres, los modales. Y aprendíamos también cada rincón de la casa; sus pasillos, su patio, sus paredes. Se respiraba allí un aire familiar y se sentía la autoridad de Doña Felicia Rondón de Cabello y el liderazgo  de Don Adrián Cabello; su sabiduría y la convicción, para nosotros, de que todo lo que hacía estaba bien hecho. Por ello no es casual el liderazgo de sus hijos Diosdado y José David, ellos vienen de esa estirpe.
   Y es que cuando se escriba la historia de El Furrial habrá que decir, sin lugar a dudas, que Doña Felicia y Don Adrián Cabello llenaron al pueblo de sus particularidades. Que su casa, que está sembrada en el centro del pueblo, fue siempre el centro de congregación de la gente humilde y necesitada. Fue el epicentro donde convergían, desde los amigos, hasta los que necesitaban de un trozo de pan o de solidaridad. Nadie me lo ha contado, yo lo vi con mis ojos. Los mismos que vieron esta historia.
   Hoy la casa de Doña Felicia y Don Adrián, la casa de todos, La Casa de Los Sueños, como he titulado esta entrega, se ha convertido en el centro de la musicalidad de El Furrial. Pues, sus hijos (Diosdado y José David), la han convertido en la sede de La Orquesta Sinfónica Infantil “Ma ´Fela” de El Furrial. Por estos días fue inaugurada y por allí se dejaron oír los acordes del Himno de La Alegría (La Sinfonía No 9 de Beethoven). Quien lo diría.
   Quien diría que los hijos o los nietos de muchos furrialeños; que muchos quizás estaban destinados a ser campesinos y labradores, hoy pudieran tener la posibilidad de trascender a través de la genialidad de Ludwing Van Beethoven (1770-1827)…quien lo diría.
   Quien diría que esos niñas y niños de El Furrial iban a hablar algún día el lenguaje universal de la música. Quien lo diría.


PD: He querido hablar como hijo de El Furrial. Con orgullo, con agradecimiento por este gesto de Diosdado y José David para con mi pueblo. Seguro recojo el sentimiento mayoritario de mis coterráneos; de mis familiares y amigos. Gratitud por abrirles a nuestros niños y niñas, una ventana a la luz. Hacia donde apunta el porvenir.   

UN GIRO A LA DERECHA

        Hay compañeros que viven en una permanente crítica al gobierno bolivariano. Son implacables, severos y constantes en sus críticas. T...