A propósito de estarse celebrando por estos días El Día de Los Zurdos, que jocosamente se ha querido mostrar para indagar en diferencias y habilidades de unos y otros, en verdad tiene un significado que más allá de lo meramente físico y palpable, por años ha servido para definir dos concepciones de ver el mundo, y de concebir sus cambios y transformaciones.
Ser de Derecha o de Izquierda no es simplemente una destreza física, por años ha definido a los que se empeñan en hacer los cambios profundos y radicales de las sociedades. A los cuales también se les llama Revolucionarios. Y están Los Conservadores; que como una fuerza contraria, se empeñan en procurar que nada cambie, que todo se mantenga como está. Es quizás aquí donde surge la expresión del Gatopardismo, es decir, cambiar todo para que nada cambie; ¨Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie¨ (Esta expresión del Gatopardo (Gattopardo), es tomada de la novela del mimo nombre, escrita por Giuseppe Tomasi di Lampedusa, entre 1954-1957) Y con ella se pretende señalar, en política, ¨al político que inicia una transformación política revolucionaria pero que en la práctica sólo altera la parte superficial de las estructuras de poder...¨
Prácticamente es Carlos Marx quien enciende la polémica histórica entre el Cristianismo y El Marxismo, al señalar a la Religión como ¨el opio de los pueblos (cita que aparece en la publicación de Marx; ¨Contribución a la crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel¨ (1844)
Y ubicándonos un poco en el contexto histórico, valga decir que el uso que hizo Carlos Marx de la palabra ¨opio¨fue en un sentido metafórico, y que además para 1843 el opio estaba disponible legalmente, pero ya existía el debate por su uso o venta, por que se decía que tenía efectos negativos para los seres humanos y la sociedad (se usaba mucho como analgésico, sedante y anestésico), etc
De modo que la reacción de la iglesia, históricamente; y en gran parte gracias también a las diversas corrientes internas que bien dogmatizadas o radicalizadas, han contribuido para satanizar al marxismo, y por ende, a su expresión más concreta, el socialismo o comunismo.
El mismo Catecismo de La Iglesia Católica, en La Profesión de La Fe, dice; ¨Con esto, el señor Jesús después de hablarles, fue elevado al cielo y se SENTÓ A LA DIESTRA DE DIOS¨ (El subrayado es mío)... de modo que en la prédica cristiana ha quedado sentada la idea, y ya incluso es de uso cotidiano, de que la derecha es la diestra y de que la izquierda es la siniestra.
Dicho de otro modo, Dios está del lado derecho y El Diablo está del lado izquierdo. O decir que lo bueno está del lado derecho y lo malo del lado izquierdo.
Visto así concebimos entonces al Socialismo como una especie de satanización. Una idea impulsada por Satán. Y en consecuencia, la firme convicción de que los comunistas, los socialistas, los izquierdistas, son malos, son hijos del mal y de Satán.Y así se plantea entonces la existencia humana como una lucha entre el bien y el mal.
Y es que Hugo Chávez viene a reivindicar, con su concepción y su lenguaje sencillo, lo que el pensador Adam Schaff, ha dado en denominar; ¨El Humanismo Ecuménico¨. Es decir, en esas mismas corrientes vitales que brotan tanto del cristianismo como del socialismo. Pues, en ambas corrientes nos encontramos con una visión creyente fundada en la trascendencia y en un hecho humanista único, toda vez que coloca al ser humano en una prioridad suprema.
El amor tiñe toda las relaciones humanas; de esperanza y fe, así también la misericordia y el perdón, y la fraternidad que es esencialmente humana. El Che lo decía; ¨Déjenme decirles, a riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario verdadero debe estar guiado por grandes sentimientos de amor¨