Muchos de los que
se oponen a este gobierno seguramente son parte del llamado Gasto Social que
nosotros los del chavismo nos empeñamos en dignificar. Gente que hasta hace
poco eran conocidos solo como Población Flotante, Desempleado, Deudor
Hipotecario, Vagos y Maleantes, Buhoneros, Sin Techo, arrimado, Pata en El
Suelo. Y otros calificativos que solo contribuían a definir a estos venezolanos
como una simple estadística, un simple número. Y además, negativo.
Con su arribo al poder,
Hugo Chávez evitó que el neoliberalismo instaurara sus políticas en el país,
desde hace 16 años. Por esos días la privatización sonaba como la panacea capaz
de curar todos los males de la sociedad.
Lo que hoy ocurre
en Argentina, con Mauricio Macri al frente del gobierno, Hugo Chávez lo evitó
en Venezuela hace más de 16 años. Peor aun, aquí en Venezuela el proceso
privatizador era más agresivo. El FMI tenía todo servido para aplicar su
receta. Querían privatizar PDVSA, Las Empresas Básicas de Guayana (aunque
lograron privatizar parte de SIDOR); privatizaron CANTV (luego Chávez la
nacionalizó nuevamente). Querían privatizar la educación Superior.
Con Hugo Chávez se
incrementó, como nunca antes en la historia de este país, el llamado Gasto
Social. Y entendemos por Gasto Social el parámetro que define o mide la
inversión del estado en áreas que benefician directamente a los invisibilizados
de siempre. Es decir, a las grandes mayorías de personas que quizás nunca
hubieran podido tener calidad de vida o logros sociales, si no hubiese sido por
El Gasto Social.
Muchas de estas
personas, beneficiarios en su gran mayoría de los programas sociales del
gobierno, y que hoy asumen posiciones beligerantes entorno al mismo, son los
mismos que nunca hubieran podido estudiar un nivel universitario si Chávez no
hubiera creado La UNEFA, o La UBV, o La Universidad de Las Artes o La
Universidad de La Seguridad.
Y pasa igual con
Las Academias Militares. Antes para ingresar a una de ellas se tenía que tener
una palanca (un padrino), por que de
otro modo era imposible. Solo ingresaban las élites.
Igual que El Cupo
Electrónico. Eso fue un derecho que instituyó Chávez. Pero antes de eso aquí ni
remotamente, ni los pobres, ni la gente del pueblo y gran parte de la llamada
Clase Media, tenían la posibilidad de viajar fuera del país. Ahora resulta que
muchos se creen exquisitos, Ciudadanos del Mundo (trotamundos), etc. Y que no
decir de los llamados “Raspa Cupos” y el negocio que han hecho con su cupo
electrónico.
Son muchos los que
encajan en LA ANATOMIA DE UN PENDEJO. Como los que llegan a ocupar importantes
cargos en La Administración Pública y luego empiezan a mirar al pueblo y su
gente por encima del hombro.
O el que recibe
atención personalizada en Los Módulos de Barrio Adentro, y luego son unos
guerreros de las redes sociales en contra del gobierno. Es como que ese derecho
existió siempre.
O como los que
tiene su casa decorada con productos Haier y tremendo Orinoco subsidiado por el
gobierno, pero piden Cambio y apuestan a la Salida.
Hemos dicho que el
pueblo (y siempre que utilizamos este concepto como categoría política y en el marco de la concepción marxista que
lo admite como la clase social más explotada de la sociedad, en el marco de la
lucha de clases sociales); ha ido aprendiendo con la experiencia. Haciéndose más
conciente, pero la massmedia es implacable. Los laboratorios de guerra se han
activado y están claros que el objetivo es la mente. Nuestro pueblo está siendo
sometido al más atroz experimento mediático. Se empeñan en aniquilar todo
sentido crítico de las personas. Nos prefieren escépticos, bobos, acríticos,
resignados. Y esa es la gran batalla. Por el derecho a soñar y ser libres.
En LA ANATOMIA DE
UN PENDEJO retratamos también a los que niegan La Guerra Económica, el bachaqueo
y el sabotaje a la gestión de gobierno. Ah, pero también retratamos a todos los
que denigran de este país, pero que hasta hace muy poco no eran considerados
ciudadanos. Eran solo simples votantes o lumpen. Pero no eran considerados como
ciudadanos.
Aquí también
retratamos a todos aquellos que empujan por una intervención extranjera. Los
que creen que hay bombas solo mata chavistas o que creen que el FMI no va a
barrer todo lo que le estorbe.
Y nos preguntamos;
será que mucha gente tiene que comer mierda para poder aprender y valorar?