jueves, 19 de mayo de 2016

CIUDADANOS TAPA AMARILLA

Si algo ha logrado el proceso político venezolano; liderado por Chávez y ahora por Nicolás Maduro, es dejar al descubierto que quien lo adversan no escatiman recursos ni ningún tipo de mecanismos para imponer sus verdades. Es por ello que la massmedia hace su trabajo e impone como centro u objetivo estratégico, la mente humana.
Los laboratorios de propaganda se activan y empiezan a dibujar sus verdades. Pues, entienden que cada mensaje que se envía va tras el objetivo de un oído receptor. Para ello emplean colores, sonidos, formas, sentimientos, dolor y llanto. De lo sublime a lo real. Desde la verdad construida a lo cultural.
Sigilosamente; pero constante y permanentemente nos están introduciendo comportamientos y hábitos que poco a poco han ido opacando la  forma de ser del venezolano genuino, franco, sincero.
Ahora todo el mundo anda en una trampa. La Guerra Económica ha traído consigo una terrible deshumanización  de las relaciones sociales. Quizás sin darnos cuenta estamos en medio de una dinámica donde la gente compra lo que no necesita para venderlo a mayor precio. Adulteran el agua, el café, la leche, el polvo de lavar, los desodorantes. Las relaciones humanas súper adulteradas. El amigo se nos voltea, el camarada nos traiciona. Lo ilegal toma sus propias explicaciones haciendo inoperante la norma jurídica.
Las mentiras son verdades y los hechos los reconstruyen y los crean, cual estudio de Hollywood, cual película de acción, dramatizadas y todo y no las muestran en vivo y en directo.
La idea es que el pueblo (pueblo como concepto político), pierda su orgullo, sus valores, que se animalicen las relaciones interpersonales. Que prevalezca; por encima del honor y de la grandeza, el crimen, la viveza, la violencia, el irrespeto.
Poco a Poco se ha ido instalando en el país una subcultura que contraría la cultura que desde el gobierno revolucionario se difunde y se divulga. Es decir, la formación de un ciudadano crítico, rebelde y revolucionario.
Que este gobierno, si algo quiere romper es precisamente los patrones culturales de un pueblo bravío, que a gritos le dicen que es bruto, que es flojo. Que debe ser sumiso, conformista, resignado y pobre.
La lucha es cultural. Por eso urge más que nunca que volvamos a nuestras raíces. A lo familiar, a las tradiciones populares, a la tertulia con los amigos. Que volvamos a encontrar sentido de pertenencia en los seres sencillos, a la vez que vitales, de las calles de nuestros vecindarios.
Urge volver al respeto, a los buenos días, a la solemnidad de nuestros símbolos patrios. A la lectura placentera, a la música, al encuentro sincero con los amigos y con la familia. Al encuentro con la historia local y regional; esa que nos desnuda los buenos ejemplos y la construcción de vías y nuevos caminos.
No debemos permitir que se nos imponga una especie de cultura opresora; violenta, ajena a nuestras costumbres. Sin negar el concepto de La interculturalidad (introducido por el filosofo español Raimon Panikkar. Editorial Herder, Barcelona); quien reivindica el intercambio cultural, pero en el marco del respeto de la identidad propia de cada pueblo y de cada sociedad. Lo cultural nutre, pero hace daño también, cuando esta es opresora, hegemónica y con afán de conquista y de colonizar.  
Venezuela tiene una historia gloriosa. Somos de estirpe guerrera y libertaria. El sicariato no los trajeron y el paramilitarismo también. Y la droga y el asesinato, el desprecio a la vida. Y el falsificar y adulterar las cosas.
Nos quieren convertir en cuidadnos de poca monta. En objetos más manipulables; sin orgullo y sin esperanzas. Nos quieren arrodillar para conquistarnos con docilidad.
Urge lo grande. La humanidad. El gesto hermoso, el ejemplo. No permitamos que nos conviertan en CIUDADANOS TAPA AMARILLA.
Desde nuestro ámbito; desde el trabajo, el hogar, la universidad. Desde la cotidianidad, hagámosle ejercicio al altruismo, a lo grande, a lo hermoso, a la alegría, al amor, a la solidaridad, a la vida, a la pasión, al desprendimiento de lo material.
Militemos en las causas nobles, pero con coherencia y convicción. Seamos parte de una generación trascendente.

Bolívar solo aspiraba la gloria. No quería riquezas ni tronos, solo la gloria. Mírenlo allí eternizado para siempre!     

jueves, 12 de mayo de 2016

LA DEFENSA DE LA REVOLUCIÓN

Chávez lo decía hasta la saciedad; “Yo soy un subversivo en Miraflores. Soy un rebelde”. Y es que esta pequeña frase iba a dibujar, desde ya, el perfil de este gobierno.
Nicolás Maduro lo dejó bien sentado el 1ero de mayo, cuando le hablaba al pueblo venezolano. “Si aquí la derecha llegara hasta este palacio, yo mismo encabezaré la rebelión popular (palabras más, palabras menos). Con estas palabras Maduro está llamando a defender la Revolución.
Y precisamente debemos tener claro que este no es cualquier gobierno. Quiéranlo o no, esta es una Revolución. Y como lo decía Silvio Rodríguez a Rubén Blades (a propósito de las criticas  que este hiciera a Nicolás Maduro y al proceso revolucionario venezolano); “Una Revolución es un vuelco, una ruptura, un abrupto cambio de perspectiva… las verdaderas revoluciones son siempre difíciles… una revolución no es una tranquila, pacifica obra de beneficencia, como cuando las encopetadas damas de la alta sociedad salen a hacerle caridad a los que no tienen justicia”.
No, este no es un simple gobierno, y aquí si hay cosas que defender. Y la contra revolución no se hizo esperar. Le han dado duro al pueblo, desde lo mediático y desde la alienación, buscan de humillar a la gente para convertirnos nuevamente en seres escépticos, resignados, sin esperanzas y plenamente convencidos de que somos seres inferiores; sin perspectivas y sin derechos de soñar.
La ingenuidad hay que echarla a un lado. Como mansos corderos acudimos con  nuestro pueblo a las urnas electorales a hacer un ejercicio verdadero de democracia, con unos contendores que en esencia no son demócratas.
Descaradamente despotrican de las instituciones, no importándoles las secuelas y las heridas que le dejan al país.
En honor al lenguaje sincero que debemos tener con nuestro pueblo hay que decir y admitir que nosotros, con el proceso político que vivimos, donde alzamos las banderas del bolivarianismo, de la independencia y de la libertad, detentamos el gobierno, pero aun no tenemos el poder. Aun ellos controlan los medios de producción. Por eso es que nos joden con la Guerra Económica.
La burguesía aprieta y aprieta duro. Están utilizando todas las herramientas posibles. Desde los medios de comunicación, redes sociales, hasta maquillaje de noticias y utilización de información falsa y hasta la violencia.
Hay grupos paramilitares perfectamente entrenados para atacar y hacer daño. Hay dirigentes del proceso bolivariano que son objetivo militar. Y desde el exterior, los EEUU mueven sus piezas (militares, logística, dinero). Esperan el momento justo para dar la estocada.
Por todo ello, es acertada la estrategia que maneja Nicolás Maduro y El Comando de La Revolución. Aquí está planteada es la unidad revolucionaria y de las fuerzas progresistas.
Es necesario que profundicemos en lo ideológico y en fomentar mecanismos de protección de la revolución. Pues, la coyuntura reclama; acción pedagógica, formación ideológica, preparación militar y firmeza revolucionaria.
El chavismo no debe dejar la calle y Maduro debe seguir empujando la unidad nacional.
Valga decir que duele en el alma ver compañeros ser tan viscerales  con Nicolás Maduro y el proceso revolucionario. Cuando nunca como ahora, el enemigo histórico, deslastrado de toda apariencia, hasta lo ha hecho público, han decidido tomar el poder en Venezuela.

Si por un momento nos inclinamos por encima de la cotidianidad, quizás nos demos cuenta de lo que representa Venezuela para el resto de los países del mundo, que luchan día a día por la libertad y por desarrollar formas de gobierno que beneficien a las clases populares, a los explotados de siempre. Venezuela libra en este momento una batalla épica. No es poca cosa!    

jueves, 5 de mayo de 2016

“FUNCIONARIO PÚBLICO QUE HAYA FIRMADO DEBE QUEDAR FUERA”

No son casuales los “caprichos” que utilizan los sectores oposicionistas al gobierno revolucionario que preside Nicolás Maduro, cuando argumentan, a través de gestos o vestimentas, hechos sin racionalidad alguna. Es que es sí por que sí. Caso por ejemplo, La Bandera Nacional con siete estrellas. Esto, para negar las ocho estrellas que legalmente lleva la bandera. Se olvidan que las razones históricas datan desde la época de la lucha que emprendió Bolívar por la independencia de Venezuela. Cada estrella de la bandera simboliza una Provincia liberada del yugo Español. Entre ellas La provincia de Margarita, Cumana, Barcelona, Barinas, Mérida, Trujillo y Caracas. Y el 20 de noviembre de 1817 El Libertador Simón Bolívar ordena, por decreto, la incorporación de la octava estrella, que representa La Provincia de Guayana. Y es casi 195 años después que se honró dicho decreto. Y en honor a la verdad hay que decir que ningún presidente, en todo ese tiempo, tuvo la osadía de honrar la voluntad de Bolívar. Fue Hugo Chávez quien lo hizo.
Algo parecido ocurre con el nombre de Venezuela. Se niegan a llamar a Venezuela como Bolivariana, co o que si eso fuera una vergüenza. Se olvidan que es una forma de honrar al hombre más grande que ha parido esta patria: Simón Bolívar.
Y así es todo. Niegan todo, se burlan de todo. A los pobres les han enseñado a sentir vergüenza de ellos mismos. Logrando en parte que muchos de ellos se desclasen.
Muchos Funcionarios Públicos se dicen apolíticos, pero firman listas y votan en contra del gobierno. Como que eso no fuera un acto político.
Y hasta han mutado. Van a marchas; dizque voluntariamente, y participan en el 1x10 y en las patrullas, pero siempre alineados con los sectores oposicionistas, tratando de cuidar el trabajo, o asegurar el apartamento de La GMVV que le ofrecieron (y que Julio Borges promete convertirlos en preciados bienes inmuebles), o el carro o los dólares viajeros.
Hay que decirlo. Ostentar hoy un cargo en La Administración Pública implica un compromiso con el país. Pues, si no es una contradicción. En una Revolución; y entiendan de una vez que una Revolución es una ruptura, un cambio de paradigma, es un parto de una nueva patria; cada persona que conforma el aparato gubernamental, tiene un rol que jugar, un aporte que hacer.
Muchos funcionarios se solapan en los mismos mecanismos legales que ofrece el Estado, para divagar, anónimamente y poder subsistir en la nomina. Tanto La Ley del Trabajo como La Ley del Estatuto de La Función Pública establecen bondades que benefician y protegen a los trabajadores. Pues, de ellas se valen para “ocultarse” la mayor parte del tiempo.
Ah, quieren revocar a Maduro?, perfecto. Pero es más honesto que renuncien y asuman, desde la acera de enfrente, asuman la militancia política.
Las recientes firmas que se recogieron para activar el revocatorio contra Maduro, va a desnudar a aquellos funcionarios públicos que son anti-chavistas y que odian a la revolución. Y como dice Diosdado Cabello; “después no vale pedir tiempo”.
Y es que esto no es un simple gobierno. Esto es una Revolución. Y fíjense que los pueblos y las sociedades a veces atraviesan por circunstancias donde se exige tomar decisiones duras. Véase por ejemplo El Decreto de Guerra a Muerte emitido por Bolívar en 1813, después de la caída de La Primera República, cuando Domingo Monteverde, junto a otros jefes realistas, se dieron a la tarea de asesinar a cuanto republicano se atravesara. Bolívar al enterarse sentenció; “Nuestro odio será implacable y la guerra será a muerte”. Entendía El Libertador que las circunstancias reclamaban un acto contundente. “Españoles y canarios, contad con la muerte, aun siendo indiferentes, si no obráis activamente en obsequio de la libertad de Venezuela. Americanos, contad con la vida, aun cuando seáis culpables”.
Caso parecido cuando el terremoto de 1812, cuando Simón Bolívar emitió aquella lapidaria frase; “Aunque la naturaleza se oponga lucharemos contra ellos (Españoles-Realistas), y haremos que nos obedezcan”. Y esta frase como ustedes recordaran vino precedida por la arenga que hacían los enemigos de la lucha por la independencia, para hacer ver que el terremoto era un castigo de Dios por sublevarse en contra del Monarca Fernando VII.
La Traición a La Patria es inadmisible. La hora reclama compromiso y entrega. La epopeya que emprendió Bolívar por la libertad de Venezuela y de la America toda, exigió mucho empeño, mucha sabiduría de los líderes, pero también mucho compromiso del pueblo y una activa participación de la gente. O es que acaso alguien puede pensar que los ejércitos que regaban con sangre los suelos patrios eran traídos de otros mundos?, pues, no. Eran ríos de campesinos, de jóvenes, de gente común y sencilla que debían hacer su aporte por la patria.

La hora actual reclama eso de los conciudadanos, “Por que hay cosas que tenemos que hacer de cualquier modo; con el filo de la espada o emborronando cuartillas”      

UN GIRO A LA DERECHA

        Hay compañeros que viven en una permanente crítica al gobierno bolivariano. Son implacables, severos y constantes en sus críticas. T...