viernes, 22 de julio de 2016

CUANDO LO EXTRAORDINARIO SE HACE COTIDIANO…PELIGROSAMEN- SE TE PUEDE OLVIDAR EL MILAGRO.

Peligrosamente la mediática perversa, la que a diario reproduce la massmedia en su afán de impactar el sano juicio de la gente, poco a poco ha ido “borrando” la gran capacidad de las personas de apreciar la belleza y las cosas extraordinarias que a diario se nos tropiezan.
La massmedia persigue, en el marco de la llamada Guerra Económica; idiotizar a la ciudadanía, golpear su autoestima y su esperanza y en consecuencia, aniquilar para siempre la capacidad de soñar de la gente y la convicción de que viajamos, inevitablemente, hacía un futuro más provisorio.
El concepto de belleza; no el que nos han esteriotipado, sino esa belleza que el venezolano encuentra en el lugar común de la gente cortes, de los buenos días, de la tertulia, del respeto que nos enseñaron los mayores. La belleza que encierra la solidaridad entre los hombres y el desprendimiento (como elementos de trascendencia), y el amor por la amistad y por los amigos. Esa belleza la quieren matar. Poco a poco la aniquilan, por que pareciera que quieren convertir a la sociedad en un campo de batalla donde unos hombres se enfrentan a otros o donde todos nos negamos.
A Venezuela la quieren pintar como lo peor, pero solo con empinarnos (como decía Prieto Figueroa), quizás podamos ver el mundo que nos circunda y seguramente mucho de lo que vamos a ver puede servirnos para hacerle un ejercicio a la vergüenza.
Solo mirar el drama de los inmigrantes llamados “ilegales” en el Mediterráneo, es para morirse de la indignación (“vemos humanos pero no humanidad”). Las playas donde se desemboca el Mar Mediterráneo a diario amanecen “adornadas” por cadáveres, sin dolientes.
Los mecanismos de medición del Índice de Desarrollo Humano (IDH); llevados a cabo por El Programa de Las Naciones Unidas para El Desarrollo (PNUD), ubican a Venezuela entre los 50 primeros países, con el Índice de Desarrollo Humano más elevado. Ah, pero quieren tapar La Guerra Económica diciendo que en nuestro país hay hambruna.
Por estos días vimos que en Colombia las empresas privadas donaron 1.500 computadoras a escuelas ubicadas en zonas marginales y la prensa de ese país lo difunde como filantropía. Pues, en Venezuela esa es una política de Estado. Hasta el mes de mayo se han entregado 4.5 millones de computadoras Canaima.
En España, otrora país del llamado Primer Mundo, el Estado aplica la figura, perversa por lo demás, del desahucio. Es uno de los países con la más alta tasa de suicidios. Familias enteras tiradas para la calle y desalojadas de su hogar. En Venezuela se entregan casas y apartamentos a granel. A finales del 2016 se estará entregando la vivienda 1.500.000 (un millón quinientas mil).
Mientras la educación en Chile es privada. Y los estudiantes se movilizan por las calles de todo el país pidiendo la gratuidad de la educación, la policía ejerce su función represiva y los carabineros no escatiman para golpear y llevarse presos a miles y miles de jóvenes. La gratuidad de la educación fue una promesa electoral de Bachalet, pero efectivamente sólo fue eso, una promesa.
Sin embargo en Venezuela, la educación es un fenómeno masivo. Se ha universalizado. La deserción escolar es casi cero, a parte que es gratuita. Es un derecho humano que las familias ejercen sin ninguna duda. Y hay que decir además que en Venezuela no hay analfabetas (así ha sido reconocido por La UNESCO).
En países como México la violación de los DDHH parece política de Estado. La violencia no tiene comparación. Muertos, desapariciones, mujeres violadas y sometidas a la prostitución, pero la agrupación musical Maná lanza un SOS por Venezuela.
El Che Guevara decía que estaremos en revolución, “cuando lo extraordinario se convierta en cotidiano”… pero la massmedia trabaja para que la gente olvide que un día el genio salió de la botella.
Un día el pueblo “descubrió” que urgía una nueva ciudadanía, o mejor, una nueva forma de relacionarnos. Las grandes masas que no tenían rostro ni nombres empezaron a fluir y a sentir en carne propia al Bolívar olvidado, a la patria relegada al olvido.
Un ejemplo sublime, pero hermoso de la Venezuela que calla, es El Sistema de Orquestas que lidera El Maestro Abreu, pero que es asumida como una política de Estado. Que permite que la música clásica, la música académica, viaje barrio adentro; por pueblos y caseríos. Simplemente una pincelada, una belleza.

Hoy más que nunca apostamos por Venezuela y por que se siga llenando nuestra cotidianidad de cosas extraordinarias   

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