Por esos pueblos del oriente del país crecimos viendo a personas que con acento extraño gritaban a todo pulmón; zapatero, zapatero¡ O a unas mujeres gordas, altas y muy blancas, cargando grandes bultos de sabanas y toallas. Y así conocimos a Pipo, el mejor barbero de Maturín; que con su peculiar acento italiano, no dejaba de hablarnos del río Po, que nace en los Alpes, al suroeste de Turín y que atraviesa todo el norte de Italia, y de cómo llegó a Venezuela, por el puerto de La Guaira con apenas 9 años de edad en brazos de sus padres. De él aprendió a cortar pelo y su profesión fue tan digna que graduó a su hija de médico.
En San Félix y en Caracas existen las mayores colonias de Guyaneses. Y que no decir de los millones de colombianos que circundan y viven tranquilamente por toda la geografía del país.
La colonia italiana es numerosa y bien organizada. Al igual que la colonia española. Es famosa en Caracas la zona de La Candelaria por su rica gastronomía.
Los españoles han tenido a Venezuela como destino desde la época de la colonia. No obstante, es en la década de los años 50 cuando se dio un verdadero fenómeno migratorio hacía Venezuela.
La Guerra Civil Española (196), y en posterior triunfo de Francisco Franco, quien ejerció una recia dictadura que duro hasta 1976, incidió grandemente en el fenómeno migratorio español. Venezuela le dio calurosa acogida a los miles de españoles que decidieron tomar este destino.
Así mismo Venezuela es cuna de otro gran número de extranjeros que ha decidido escogernos como destino. Incluidos incluso gran número de caribeños; trinitarios, haitianos, colombianos, ecuatorianos, peruanos, argentinos, chilenos, etc. Sin embargo, es común toparnos con muchos de estas personas despotricando del país y en muchos casos hasta sin asumir el ejercicio ciudadano pleno. Y hasta asumiendo financiamientos para derrocar al legítimo gobierno bolivariano. Participan en guarimbas y contribuyen cotidianamente con la campaña de descrédito hacía nuestra patria.
Venezuela ha sido generosa en acoger, sin ningún tipo de discriminación, a todo ciudadano del mundo que se viene para estas tierras. Que bueno seria que ellos no olviden su historia y la de su familia y mucho menos los motivos que los llevaron a venir hasta aquí.
No intentan estas líneas en contribuir con ningún tipo de acto discriminatorio, o de estimularlos. Por el contrario, somos fiel creyentes de lo humano y de la hermandad. Somos una sola especie. Pero en el marco de esta guerra económica contra Venezuela se hace necesario que elevemos conciencia en torno a unificar criterios, voluntades y esfuerzos en torno a proteger y contribuir con el país. En esto estamos obligados todos. Primero los hijos que ha parido Venezuela y por añadidura quienes se han sumado poco a poco a nosotros.
Por estos días es como una especie de moda el que constantemente se hable mal del país. Esto ha producido un efecto terrible en cuanto ha estimulado que muchos compatriotas decidan irse, en su legítimo derecho en buscar un futuro mejor, a otras tierras. Sin embargo, en muchos de esos países que han escogido como destino no han contado con la acogida que Venezuela les dio a sus coterráneos en su momento. Muchos sufren en carne propia los embates del desprecio y de la discriminación, haciendo aun más difícil su estadía en esas tierras.
El fenómeno migratorio está en boga en el mundo. El arribo de Donald Trump a la presidencia de los EEUU y las olas migratoria de los pueblos africanos hacía Europa han convertido al mundo en un fraccionamiento peligroso en cuanto a que los controles migratorios se han vueltos más exigentes y en cuanto a que hay más controles en las fronteras. Han empezado a proliferar los muros y por ende la discriminación y el desprecio. El extranjero es visto como sustituto de mano de obra en otros países y que además pone en peligro la seguridad social y la salud de los nacionales.
La xenofobia cunde por el mundo. El neofascismo empieza a recorrer la geografía mundial. El racismo parece un monstruo que se despierta dispuesto a seguir haciendo daño. En EEUU renacen orgullosamente los grupos racistas cobijados en la nefasta organización Ku Klux Klan. Ven en Tromp a su líder.
Los venezolanos somos gente cordial, acogedora y abierta a aceptar a los hermanos que nos buscan. Más sin embargo, debemos cuidar mucho nuestro gentilicio y sobre todo no perder nuestra cultura, tradiciones y costumbres. La transculturalización nos roza de muy cerca y atenta de influenciarnos de una naturaleza que no nos corresponde.
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