Si algún legado
importante conserva la historia venezolana, es la heroicidad, rebeldía y
gallardía de los miles y miles de hombres que escribieron las paginas gloriosas
de nuestro pasado. He allí por ejemplo los pasajes gloriosos de La Guerra de
Independencia. Simón Bolívar es sin duda El Padre de la patria. Su gloria es
inmortal, su gloria; para decirlo en palabras del poeta Choquehuanca; “…crece,
como crece la sombra cuando el sol declina…”.
Como no tener en el
sitial más alto de la admiración universal, aquella Azaña de Bolívar, del Paso
de Los Andes, cuando se lanzó con más de tres mil hombres por la cordillera andina,
venciendo las montañas escarpadas y frías, que se cobraron la vida de más de
mil ochocientos hombres, pero que sirvió para derrotar al Virrey Sámano, y
garantizar la caída del yugo español en Venezuela, Colombia, Perú y Bolivia.
Y es que la
heroicidad de los hombres está ligada, indisolublemente, al tamaño de la
empresa. Al altruismo, a la grandeza, a los ideales grandes, a la humanidad, al
desprendimiento y al liderazgo; a ese don que acerca a los hombres a los
dioses.
A Bolívar por
ejemplo, no los han quitado muchas veces. Sus enemigos saben que su espada
libertaria recorre cada rincón de la patria grande y quisieran verlo siempre
desterrado del alma popular. Como aquel día cuando salió de Venezuela rumbo al
exilio a santa Marta Colombia.
Los “nuevos héroes”,
los “nuevos libertadores”, los que hoy se disfrazan con los colores patrios,
los que voltean la bandera, los que se ponen franelas alusivas a los
libertadores, y solo son una fachada para delinquir; trancar calles, quemar
escuelas, instituciones, quemar personas y que permanentemente promueven el
odio la xenofobia, el racismo y la discriminación, solo son HÉROES DE PAPEL.
Pequeños instrumentos de mecanismos más complejos, que se han empeñado en
conquistar a Venezuela, para tomar sus riquezas y recursos, sin que para ello, nadie les importe.
Los HÉROES DE PAPEL; esa suerte de degradados
personajes que imitan a las tiras cómicas, que cubren sus rostros con máscaras
y se lucen con escudos medievales, son como una película del futuro en donde se
nos alerta sobre la necesidad de volver a nuestros valores. A releer una vez
más nuestra historia; la gesta de nuestros héroes, las causas y razones por la
que dieron la vida tantos hombres y mujeres. Es necesario ir al encuentro de
nuestra simbología patria. Escudriñar el significado de nuestra Bandera
Nacional, del Escudo, del Himno Nacional “Gloria al Bravo Pueblo”. Es necesario
ir a las raíces de nuestra idiosincrasia y de nuestra cultura y encontrarnos en
la hermandad del venezolanismo y en la mezcla de razas que nos terminan convirtiendo
en un pueblo noble, pero rebelde y guerrero. Somos pueblo bolivariano.