Todo está fríamente calculado.
Planificado, medido. Como que si el país asistiera a un mercado, hoy la patria
está siendo subastada a los postores más poderosos de este mundo. Incluso,
Venezuela fue tema de discusión en la última reunión del Club Bilderberg; en
donde como sabemos, asisten los llamados “amos del mundo” y donde se mezclan
poderosos banqueros y agentes financieros, el FMI, influyentes medios de
comunicación, embajadores y políticos, reyes y empresarios. Esta vez la reunión
fue en Virginia, EEUU y se realizó del 1 al 4 de junio de 2017.
Todas las acciones que desarrolla la
oposición venezolana están fríamente calculadas. Por muy ridículas y absurdas
que nos parezcan, todas obedecen a un plan de acción y todas concluyen en un
solo objetivo; sacar a Nicolás Maduro de la presidencia de La Republica y
aniquilar de raíz a La Revolución Bolivariana y toda la connotación que esta
tiene y representa a nivel mundial.
Inmensos mecanismos de poder se han
activado en el financiamiento y el apoyo a los grupos opositores. Desde
laboratorios de propaganda hasta trasnacionales de la información y gobiernos
se han empeñado en “comprar” esta patria. Se han cansado en pagarla pero su
entrega ha tardado. Los comisionados para tal misión han fracasado. Los
operadores políticos para tal fin, tienen rostro; Freddy Guevara y Capriles
Radosky, son los aperadores a lo interno. Julio Borges y Lilian Tintori, son
los operadores a lo externo. Todos los demás; Allup, Florido, Requesen,
Fedecamaras, AN, La Fiscal Luisa Ortega Díaz, Los Medios de comunicación y
algunos generadores de opinión como Vladimir Villegas, así como universidades
como la UCV, La Católica, La Santa María, La Metropolitana; todos, siguen el
libreto que imponen los operadores políticos, que a su vez les imponen a ellos
desde afuera.
La mediática mundial está conectada
con los acontecimientos internos de Venezuela. Todo parece la filmación de una película
que aún no toca su fin. Los actores internos; “los estudiantes”, los luchadores
por la resistencia, los encapuchados, los gladiadores; todos los que
desarrollan el foquismo y el caos y los que juegan a la ingobernabilidad, todos
son parte del libreto.
Desde lo más ridículo hasta lo más
absurdo, todo cuenta en esta contribución a la destrucción del alma nacional. Incluso,
hasta quienes se suman “voluntariamente” a la comparsa de rechazo al Gobierno
Bolivariano. Incluidos, los que se dicen
militantes de izquierda.
Son muchos los actores y actrices,
los mismos que fingen el caos, pero que luego terminan en los mejores
restaurantes del Este caraqueño. Juegan a la guerra, a su guerra; con sus códigos,
tácticas y estrategias. Se nutren de manuales de guerra, como el que esgrime el
Dr: Max G. Manwaring; “Pandillas Callejeras, La Nueva Insurgencia Urbana”, o el
manual de “Golpe Suave “, de Gene Sharp, aplicados con éxito en países como
Siria, Libia y en las denominadas Revoluciones de Colores como la que se
impulsó en Georgia (Revolución Rosa), 2003, o la que se impulsó en Ucrania
(Revolución Naranja), 2004, o la que se impulsó en Kirguistán (Revolución de
Los Tulipanes), 2005. En todas se ha empleado el mismo libreto.
Y cabría preguntarnos; y por qué no
caen Maduro y La Revolución Bolivariana? Que fuerza tan grande la sostienen? Y
la respuesta a ese misterio, solo la podemos encontrar en el pueblo; en sus
poderes creadores y en su conciencia política. Y sin dudas, en el liderazgo
firme y coherente del presidente Nicolás Maduro.
El rostro de los traidores a la
patria esta develado. “Para que haya paz, debe haber justicia”.-
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