miércoles, 19 de julio de 2017

LA ORGANIZACIÓN POPULAR

Quizás desde esos restaurantes que abundan en el Este de Caracas; lujosos y cómodos, o desde la cultura que nos inicia en las prácticas de la pequeña burguesía; o más preocupante aun, desde la comodidad y el lujo que brindan las oficinas públicas; desde ese otro espectro, que ya se torna como que fuera una contracultura, desde allí mucha gente no entiende lo que ocurre abajo, allá en las catacumbas del pueblo, allá donde la gente sencilla y común se ríen a carcajadas y luchan a diario por la dignidad y la vida, no entienden esa cosa extraña que llaman Organización Popular.
Y es que la palabra PUEBLO la asumimos como concepto político. Son los millones de hombres y mujeres a los que el sistema capitalista a dispuesto para engrosar las listas de desplazados, de explotados, de invisibilizados. Millones de hombres sin rostro que solo tienen posibilidades de figurar en una estadística, en un número, y que sin dudas sirven para que los sistemas estadísticos; esos que no miden el dolor ni el sufrimiento de una persona, que no conocen de hambre ni de la intemperie de la noche y de la vida que se acurruca debajo de los puentes y allí donde el pedazo de cartón permite guarecerse, nos digan en hermosos cuadros, con curvas que bajan y suben, que estamos venciendo el hambre o que hemos disminuido la mortalidad infantil.
Pero abajo, allá en el foso, donde la esperanza es el motor que hace andar la vida, lo humano cobra vida en lo cotidiano. Los hombres y mujeres del pueblo han ido entendiendo, y así lo practican, que la organización colectiviza la solución de sus problemas. Y además, lo convierte en sujeto político activo, con un inmenso poder revolucionario que lo llena de conciencia política y capaz de impulsar profundas transformaciones de su entorno.
Los rostros se empiezan a ver. Las huellas del hombre que lucha se empiezan a mostrar y su voz se empieza a oír.

La Organización Popular es en verdad la organización de la rebeldía, los años de despojos y de frustración convertidos en voz. Es un mecanismo de defensa del pueblo, que ahora culto y bien lejos del analfabetismo, conoce sus derechos. Pues, un rayo de luz, una centella que alumbró el firmamento apareció de golpe y despertó la furia contenida, la rabia de años, pospuesta por la esperanza; como un quijote de nuevos tiempos y lideró la rebeldía. Hugo Chávez no aro en el mar.

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