Fuerzas poderosas se
empeñan en traernos un mensaje desalentador, pesimista, trágico y de promoción de
la baja autoestima. Todo obedece a una estrategia que busca mermar la
esperanza, la fe y la convicción de las personas, en su transitar por el camino
de la esperanza, en aras de lograr su resignación
y aceptación por lo anormal, por lo malo, por lo trágico.
Buscan apagar la alegría
y la sonrisa de la gente. Tanto que ya hay quien piensa que algo malo va a
pasar cuando mucho nos reírnos. Es como que la felicidad estuviera prohibida
para nosotros. Como que reír fuera un delito y soñar con un mañana mejor, una
especie de deuda impagable.
La massmedia
perversa y nada inocente; “las redes que enredan”, como dice un famoso
comunicador, o los medios que desinforman, hacen un minucioso trabajo psicológico
para interferir en el sano juicio de la gente. Nada se maneja al azar. Todo está
medido; la forma de titular una noticia, la omisión de fuentes, la no comprobación
de la información, etc. Con tal, La
llamada Libertad de Expresión permite todas esas licencias. Además las noticias
se trasmiten en primera persona y el hecho noticioso pasa a un segundo plano,
mas importante parce mostrar el rostro de la desgracia, o la trayectoria de la
bala que aniquila la vida de alguien. Desde los laboratorios noticiosos se
busca crear Opinión Publica; ganar adeptos, lograr consentimientos. Ah, pero se
busca también, convertir al ciudadano en una especie de sonámbulo o en un ser vacío,
que marche por la vida sin ningún tipo de fe ni de esperanzas por un mañana
mejor.
Quienes se empeñan
en ser enemigos de la esperanza, la fe y la alegría, se olvidan que el hombre
es un ser del mañana. No hay un ser que no se acueste siempre con algo
pendiente para mañana. La vida misma es un permanente mañana. Además, hay
tantas riquezas y espiritualidades; tantos tesoros a nuestro alcance que es
imposible no cabalgar en la esperanza y la alegría constante. Y cuando hablo de
tesoros me refiero a esos elementos que tocan nuestra vitalidad. Seres queridos,
amigos, identidades, cultura, amores, sentimientos, añoranzas, etc.
Los enemigos del país,
los que a diario desdibujan la realidad que aquí vivimos y nos han sumergido en
una opinión desastrosa del país y que promueven la crisis, el bloqueo y la idea
de que aquí padecemos una Terrible Hambruna y que nos signe una Sanguinaria
Dictadura, quizás no han medido el daño que le hacen a la esperanza de un
pueblo, que se empeña en desarrollar su propio modelo político y su propio sistema
de convivencia social.
Nosotros militamos
en la alegría y en la esperanza. Y como no hacerlo si estamos bañados por una
historia gloriosa, si aquí están nuestros amigos y nuestros seres más queridos.
Como no hacerlo si en esta tierra están sembrados todos nuestros seres queridos
que se nos han adelantado en el viaje de la eternidad.
Militamos en El
Camino de La Esperanza y marchamos con la certeza de que el mañana siempre será
una oportunidad para seguir soñando.
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