A propósito de las “disidencias” que se oyen
por estos días en el seno de los llamados partidos de izquierda, donde
pareciera que la unidad queda a un lado cuando de intereses electorales se
trata.
Todo este embrollo pareciera natural cuando se
trata de definir candidaturas y lograr cuotas de participación en el próximo parlamento,
como es el caso próximo. Más sin embargo, algunos sectores y líderes de la
izquierda parecieran no entender la coyuntura y se muestras mal entonados y
gritando improperios en contra de la dirigencia que lidera el proceso político bolivariano
y en contra de las instituciones del
Estado.
Fidel
Castro lo decía claramente; “En una fortaleza sitiada, toda disidencia es traición”.
Pues, si en algún momento histórico se requiere de la unidad revolucionaria, es
en este. Más aún, si algún sector de la sociedad se supone que posea claridad
meridiana de lo que está ocurriendo, son precisamente los sectores de izquierda.
El Presidente Nicolás Maduro merece todo el
respaldo. Por leal, por gallardo, por ser un presidente valiente y por no
ceder, sin desligarse del legado de Hugo Chavez, antes las presiones y las
arremetidas golpista que han pretendido derrocarlo. Si Maduro fuera un traidor,
al estilo Lenin Moreno, por ejemplo, y hubiese entregado el país a los
intereses gringos, sin importarle el pueblo, de seguro EE.UU lo tuviera como un
héroe. Por el contrario, tal como el mismo lo ha afirmado, está gobernando con
un francotirador apuntándole a la cabeza.
Los demonios andan desatados y las maquinarias
mediáticas no descansan y ya han empezado a inflar egos. Se ha abierto una
herida en la unidad revolucionaria y los enemigos ahondan la llaga. Hugo Chavez
conversando con Ignacio Ramonet, afirmaba que; “La segmentación, la discordia,
la falta de visión histórica de la izquierda, la incapacidad para unirse, son
algunas de las razones principales de la frecuente victoria de las derechas en América
Latina”.
La contienda electoral venidera no debe
dispersarnos de la visión de unidad en torno a la patria. Samuel Moncada,
Viceministro de Relaciones Exteriores para América del Norte y Embajador de
Venezuela ante la ONU, ha venido denunciando los planes que se ciernen contra
Venezuela y las maniobras que vienen haciendo los EE.UU, con el apoyo de sus países
satélites, para invadir nuestra patria. No olvidemos los reiterados intentos de
golpe de estado e intento frustrado de magnicidio. EE.UU y sus actores políticos
internos, títeres de sus designios, no disimulan sus planes. Mal hacemos
nosotros con caer en una diatriba sin sentido por una curul en el parlamento,
cuando el verdadero riesgo está en perder el país.