viernes, 18 de junio de 2021

CON LA ADARGA AL BRAZO.

 

    “Apareciste en la mitología de mi amor/ de la mano de mi madre/ con un acento raro y una boina tornasol/ un día me conto que ya no estabas/ Y se me quebró la voz”. Así como lo describe Frank Delgado ha sido para muchos de nosotros, generación del 60 en adelante, el encuentro con El Che. Y es que la vida, en muchos casos para que tenga sentido y rumbo, debe estar pintada de heroicidad e inspirada de grandes ejemplos y de grandes hazañas. Las cuales en muchos casos superan lo quijotesco y lo mitológico.

   Con El Che aprendimos la sutil, y a veces difícil y extraña coherencia de la praxis política, llevada al extremo de coincidir, teoría y práctica. Ya el mismo lo reconocía cuando en una carta a sus hijos les expresaba; “Su padre ha sido un hombre que actúa como piensa y, seguro, ha sido leal a sus convicciones”.

   En El Che Guevara se conjugan de una manera muy especial, su militancia revolucionaria y su condición de soldado. Y como los grandes hombres; como Bolívar cuando hablaba de la gloria, en El Che su convicción de que el ejemplo trasciende y fortalece el liderazgo revolucionario.

   No es poca cosa renunciar a todos sus privilegios ganados con el triunfo de La Revolución cubana. Incluso con fe ciega de que La Revolución le iba a garantizar a su familia; a su esposa e hijos, lo necesario para vivir dignamente.

   El sin dudas era un visionario. En su concepción del socialismo, lo concebía más allá de un territorio, de un país. Su visión era global y lo entendía como un sistema universal, como una cultura, como una forma de vida. Y más aún, como la única vía de salvar al planeta de la destrucción voraz del capitalismo.

    “creo en la lucha armada como única solución para los pueblos que luchan por liberarse y soy consecuente con mis creencias. Muchos me dirán aventurero, y lo soy, solo que de un tipo diferente y de los que ponen el pellejo para demostrar sus verdades”.

    Pero El Che no solo era la leyenda. Hay una faceta poco divulgada, que es su crítica al Manuel de Economía Política de la URSS. Un aporte teórico a la discusión sobre el socialismo. De hecho, dejo sin concluir un libro, titulado; “Apuntes críticos a la Economía Política”, donde aborda decididamente dos aspectos, polémicos para el momento, pero también premonitorios, pues, luego el tiempo se ha encargado de esclarecer. Uno es, la visión cíclica que sostenía la academia de ciencias políticas de la URSS en torno a la manera de cómo iban evolucionando los diversos modos de producción y el carácter determinante de las fuerzas productivas. Lo que supondría, que de manera natural, después del capitalismo, íbamos a llegar al socialismo. Y el otro aspecto que abordaba El Che en “Sus Apuntes”, o al menos lo asomaba como una necesidad imperiosa, era lo relacionado a la relación de los países socialistas (Rusia, China, etc), con los países subdesarrollados. El sostenía que este análisis, este aporte, necesariamente, debía ser hecho por un comunista.

   En este último aspecto dejaba El Che plasmada su preocupación por que los países subdesarrollados, en su proceso de liberación (caso Cuba por ejemplo), no dejaran de ser colonia norteamericana, para convertirse en colonia de Rusia.

   La voz del Che sigue retumbando por encima de las edades, y es bandera de los pueblos que luchan por su liberación. “En cualquier lugar que nos sorprenda la muerte, bienvenida sea, siempre que ese, nuestro grito de guerra, haya llegado hasta un oído receptivo, y otra mano se tienda para empuñar nuestras armas, y otros hombres se apresten a entonar los cantos luctuosos con tableteo de ametralladoras y nuevos gritos de guerra y de victoria”.

    

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