La preocupación
real de EEUU con Venezuela, tiene que verse en un espectro más amplio que
simplemente la relación bilateral entre estos dos países.
Nadie puede negar
hoy que no obstante EEUU ser una potencia mundial y ser la expresión más clara
del imperio del capitalismo, como Modo de Producción; que este modelo sufre una
de las peores crisis de su historia. No son casuales los miles y miles de seres
que mueren de hambre en el mundo; millones de seres en pobreza extrema; niños
que deambulan por las calles como perros que buscan guarecerse del frío y de la
intemperie.
La crisis del
capitalismo es planetaria; crisis sistémica la definen muchos, crisis del
modelo. Además de energética, es también una crisis que involucra el medio
ambiente, el hábitat, la desaparición de especies y sin lugar a dudas, la
destrucción del planeta. No hay dudas de que el modelo capitalista, no obstante
hegemónico y supremo, es un modelo que se agotó. Ya no garantiza la paz, la
prosperidad y la vida en el planeta.
Tiene razón Barak
Obama cuando sostiene que Venezuela se ha constituido en una amenaza para los
EEUU y la sociedad Norteamericana toda. Pues, en este mar de podredumbre; en
este mundo donde se ha globalizado la pobreza y la desesperanza, donde la
perspectiva del futuro queda reducida a vivir en el conformismo; sin
irreverencia, sin rebeldía, sin inconformidad; domesticados totalmente.
Prácticamente sin esperanzas y sin utopías. En un panorama mundial así,
dominado totalmente por el imperialismo norteamericano, surge el liderazgo
esperanzador y contestatario de Hugo Chávez Frías. Y es que como El Che
Guevara, Hugo Chávez encendió la llama de la esperanza, no nada más en
Venezuela, en Latinoamérica y en muchas partes del mundo. Hugo Chávez se
globalizó. Que hermoso fue aquel día cuando visitó a Haití y se bajó del
vehículo para mezclarse con ese pueblo de negros que corrían de alegría junto
con él. Era la esperanza de un pueblo oprimido y pobre, ante un hombre que les
llenaba de sueños el porvenir.
Así también cuando
visitó El Bronx, en Nueva York. Era como que si Martín Luther King en persona
pasara a saludarlos.
A Chávez había que
eliminarlo, como muchas veces lo intentaron con Fidel. Él era un peligro para
el mundo, pues, Chávez encendió algo que estaba dormido y controlado.
Nuevamente despertó el sueño de los pueblos a ser libres. Despertó la
irreverencia, despertó la rebeldía. Despertó la estirpe dormida de los pueblos
guerreros. Despertó a Bolívar y a los libertadores de America. Puso a los
pueblos a leer poesía, a leer libros de historia, a cantar cantos de esperanza,
a darle voz a los sin voz, a hacer visible a los invisibles.
Mataron a Chávez
para callarlo, pero sus gritos siguen llenando de esperanzas a los pueblos
oprimidos del mundo. Y lo que es más, Venezuela sigue siendo un trozo de
verdad. Es un ejemplo vivo; en sus luchas, en sus búsquedas, en el afán y en el
empeño de hacernos una patria libre y soberana. Si Cuba ha aguantado más de 50
años de bloqueo económico declarado, Venezuela ya lleva 16 años de saboteo, de
intervencionismo solapado, de boicot, de guerra psicológica, de campañas
alienantes y de guerra de Cuarta Generación.
Nada es casual. Es
por lo que Venezuela representa para el mundo.
Y en honor a la verdad hay que reconocer la
gallardía y la valentía de Nicolás maduro. Y hasta en eso Chávez fue asertivo.
En nombre de Venezuela, Maduro tiene un compromiso con la esperanza, con la
utopía, con los sueños de que otro mundo si es posible.
Venezuela
desenterró las banderas olvidadas, pero vigentes, del socialismo, pero ahora
concebido bajo una concepción propia de nuestra realidad, pero, sin dogmas, sin
ortodoxia. Un socialismo cristiano (definido más bien como humanismo
ecuménico), que no niega la sabiduría popular; ni las creencias, ni las
costumbres, ni lo cósmico, ni lo planetario, ni lo ecológico.
Venezuela en este
momento está enrumbada por el camino que habrá de recorrer la humanidad en el
futuro inmediato. Por eso EEUU quiere detener nuestro porvenir. Quiere que
dejemos de ser un ejemplo, aunque parece ya tarde. Ya Chávez corre por las
calles de Ucrania, de España y por todo recoveco donde hay dolor, miseria y
desesperanza. He allí la verdadera razón de los gringos.
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