domingo, 15 de noviembre de 2015

DELOS RECIENTES ATAQUES TERRORISTAS EN FRANCIA



   Todos debemos repudiar y rechazar el terrorismo en cualquiera de sus expresiones. Pues, este no debe ser argumento político para hacer valer ideas, pensamientos, argumentos, etc.
   El terrorismo tiene como regla primordial la violación flagrante de los DDHH. La gran mayoría de sus víctimas; más bien la gran mayoría de las garras del terrorismo, son personas inocentes, ajenas a los conflictos, o al menos, ciudadanos pacíficos, distantes de las deliberaciones donde sus gobiernos toman las grandes desiciones.
   Pero más allá del acto terrorista ocurrido en estas horas en Francia; que por supuesto repudiamos y rechazamos,y que debe contar con el repudio unánime  de toda La Comunidad Internacional, queda una reflexión que es ineludible. Y es la que tiene que ver con el comportamiento, o más bien la política exterior que desarrollan algunos Estados, en aras de garantizar su hegemonía.
   Para nadie es un secreto que El Estado Frances desde hace unos años viene formando parte de una coalición de Estados que han venido acompañando a los EEUU en su afán hegemónico y que han encontrado en la OTAN el brazo armado para ejecutar sus acciones.
   En la llamada Tormenta del Desierto Francia tuvo una participación relevante. Bajo el ardid de que Sadad Husein poseía armas químicas, se organizo una invasión a esa nación logrando apoderarse de todas sus riquezas, capturando y luego asesinando a su presidente y dejando tras de sí un río de muertos y asesinatos, en su gran mayoría civiles que solo tenían como único delito el haber nacido en esas tierras.
   También Francia participó activamente en la guerra contra Libia. Y es responsable de los millones de muertes inocentes que hubo en esa nación y es responsable del asesinato de del líder Libio Muamat Gadafi. Todo esto después de satanizar la imagen de Gadafi para justificar luego su vil asesinato.
   Recientemente es notable la participación de Francia en todo el complot que se ha tejido sobre Siria, para derrocar a su presidente Bashar al Assad, y apoderarse del petróleo de Siria.
   La guerra que se cierne contra muchos países africanos ha traído como consecuencia el mayor éxodo humano jamas visto en otros tiempos. Son alarmantes las cifras que registran de las grandes masas humanas que se movilizan para lograr salvarse de la guerra.
   La Comunidad Europea ha unificado una política de cierre de sus fronteras para impedir que estos inmigrantes ¨ocupen¨sus territorios.
   Son miles y miles de muertos que han habido. O bien se los traga  la furia del mar, o mueren en el desierto tras agotadoras jornadas de caminata en condiciones muy desfavorables.
   Ironicamente hay que decir que el hombre huye de si mismo. El hábitat natural de la especie humana, la tierra, pareciera que no le da cabida a sus propios hijos.
   El hombre enemigo del hombre. El hombre perseguido en su mismo hábitat, en su misma casa.
   Así como repudiamos energicamente el terrorismo, exigimos también que los Estados diseñen políticas de mayor respeto para con sus ciudadanos y para con el hombre.
   ¨Veo humanos pero no humanidad¨
   

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