“Por mi culpa, por mi culpa,
por mi gran culpa…” Por estos días la crítica se ha convertido en la mejor arma
para culpar a otro y poder excusarnos de nuestras propias culpas. Así todo se
torna más fácil. Con ella se busca moralizar lo que nada nos ha costado.
Y conste que no negamos la inteligencia de
mucha gente. De sus capacidades y de su formación académica. Por el contrario,
son capacidades necesarias, también, para hacer la revolución.
Hay una imagen de El Che Guevara vistiendo
su uniforme verde oliva, parado firmemente, fumando un habano y empuñando un
fusil en su mano derecha, y es increpado por una persona que le dice – “Comandante,
como hago para contribuir con la revolución; yo soy maestro – a lo que El Che
simplemente le contesta – y yo soy médico” (Para la reflexión).
Por estos días, después del 6D, los demonios
parecen desatados. Muchos de los que nada hicieron para salvar a la revolución
de la derrota electoral, se erigen como furibundos críticos, y otros que a lo
largo del tiempo no escatimaron nunca en
críticas, seguramente, conscientes o no, estarán recogiendo sus frutos por el
escalabro, donde no se creen culpables de nada.
Si hay un único culpable por la derrota
electoral del 6D, ese, somos todos. Cada uno en su nivel de responsabilidad;
poca o mucha, grande o pequeña.
Ahora más que nunca debemos apoyar y ayudar
y colaborar con Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, por solo nombrar a dos
lideres fundamentales del chavismo. Pues, ellos más que nadie estuvieron
verdaderamente cercas del líder fundamental. Y en ellos, más que en ninguno,
confió Chávez las riendas de este proceso político. Junto al pueblo, siempre
junto al pueblo.
Aquí nadie puede negar la entrega y el gran
esfuerzo que ha hecho y ha estado haciendo Nicolás Maduro. Así como tampoco las
grandes adversidades políticas que ha tenido que enfrentar.
Más aun hay que decir que mucho de los
críticos y de los que promocionan la crítica y la autocrítica, se ciegan ante el
contexto internacional y mundial. La geopolítica como decía Chávez. Además que
no hacen una lectura correcta de la coyuntura política, en cuanto no entiende
el rol histórico del chavismo, nacional e internacionalmente.
Hoy más que nunca el mundo vive en carne
propia el espionaje y la intromisión en la intimidad individual de las
personas, y en eso juegan un papel importante el desarrollo de las tecnologías
y de la ciencia, que permiten que el mundo sea vigilado, controlado,
manipulado, al antojo de los grandes centros de poder.
José Vicente Rangel denunciaba en estos días que EEUU creó un
“Centro de Desinformación”. Un centro de estudio de noticias e información,
para desde allí crear sus verdades y justificar su accionar,
La CIA está diseminada por el mundo. Opera
siempre para garantizar la hegemonía de EEUU. No hay privacidad ni intimidad de
ningún ciudadano, mandatario o país. “El Gran Hermano”, para decirlo en
palabras de George Orwell, en su novela 1948, se hace realidad en el imperio
norteamericano.
Las transnacionales de la comunicación, las
grandes cadenas mundiales, crean sus propias verdades y las hacen válidas.
Todo está develado. Y como dice la canción;
“el único gesto es creer, o no”.
Mientras tanto seguimos nosotros, después de
lo ocurrido el 6D, lacerándonos la razón. Buscando culpables y acusando, y
promoviendo la crítica y la autocrítica. Y valga decir, que esta es importante
y necesaria, y no solamente en la circunstancia de la derrota. Más aun, no
solamente en la política. Hasta en lo personal es necesaria. En las relaciones
humanas; en la familia, en la pareja, en la vida toda. Pero por favor no
matemos el mensaje y al mensajero de una vez.
El Gran Borges decía, que; “La derrota tiene
una dignidad que la victoria no conoce”. Y valga decir, que si algo atesora el
proceso político que impulsa el chavismo es precisamente dignidad.
Sería bueno evaluar hasta que punto
contribuyeron las críticas y los criticadores de siempre, en este descalabro
electoral. Por que desde aquí pudiéramos decir también que si la gente se
empeña en comer mierda, bueno, entonces que coma mierda. Pero es irresponsable
decir que esto es culpa de Nicolás Maduro o Diosdado Cabello. Todos estos que
critican bajo una supuesta condición de chavistas, deberían primero darse una
vuelta por sus vidas personales, profesionales o de dirigentes políticos. Tal
vez, si lo hacen honestamente, de seguro se van a entretener tanto corrigiendo
o enmendando, que no tendrán tiempo de criticar.
Finalmente creemos que la consigna de está
hora debe ser; “Si se prende el peo, con Diosdado y Nicolás me resteo”