El surgimiento del
liderazgo de Hugo Chávez y de toda su visión paradigmática del Socialismo del
Siglo XXI, coincidió en su momento con una situación muy particular que se
padecía en el mundo entero. Y es que la llamada “Guerra Fría” fue un paréntesis
histórico utilizado por los centros de poder del mundo para llenar a la
sociedad mundial de la resignación suficiente de que ciertamente habíamos
llegado al fin de la historia, al fin de las ideas, al fin de las ideologías.
Recordemos que La
Guerra Fría tuvo como preámbulo la caída del Muro de Berlín, el desmoronamiento
de la URSS y La Perestroika de Mijail Gorbachov. Así, la bipolaridad, como
paradigma que sostenía al mundo, se vino a bajo. El modo de Producción
Capitalista no solo celebró su triunfo sino que también le hizo saber al mundo
que la esperanza había quedado derrotada y que estábamos destinados a seguir
viviendo en un mundo de desigualdades, de explotación del hombre por el hombre.
De divisiones, de odios. Un mundo en donde además la explotación voraz de los
recursos naturales, nos iba a brindar la posibilidad de ver, con nuestros
propios ojos, la destrucción total del planeta y la destrucción de la especie.
La tierra habla su propio lenguaje.
Terremotos, sequías, inundaciones, desaparición de especies, deshielos,
calentamiento de la tierra, desaparición de afluentes de agua dulce, etc.
Ante tanta
desolación, las corrientes progresistas
del mundo; los movimientos ecologistas, los grupos indígenas, los movimientos
de obreros, los movimientos estudiantiles, las mujeres, los movimientos de
desahuciados en Europa, etc, han seguido marchando en su rebeldía perenne de
encontrar la luz.
Mientras ese
panorama se daba, el tiempo seguía su paso inexorable. Y el siglo XXI nos
sacudió; cambio de época?, crisis sistémica?, agotamiento de paradigma?, crisis
del capitalismo?
De allí viene Hugo
Chávez. Su liderazgo germinó, casi que como una profecía, desde la pobreza,
desde una pequeña aldea, de un pequeño país. Su liderazgo; y valga decir que él
en si mismo fue un empeño terco que no ceso en despertar la esperanza. Su liderazgo fue Esperanza que rápidamente empezó a irradiar, no solo a los venezolanos, sino
también al continente; a Europa, a Asía, a África y a todos los rincones del mundo
donde la pobreza es como una maldición que nos regala el capitalismo explotador
y salvaje. Por eso sus consignas eran revolucionarias: “No cambiemos el clima,
cambiemos el sistema”, por ejemplo.
Fue impresionante
aquel Chávez del 2009, cuando visitó a Haití, aquel 12 de marzo de ese año.
Chávez trotó con la multitud de gente que lo recibió en el aeropuerto. Y seguro
estamos, que lo que corría por esas calles era en verdad la esperanza de todo un
pueblo que veía en Hugo Chávez al líder, al profeta que vino a predicar la
verdad. Al hombre que vino a decirnos que tenemos derecho a soñar una sociedad
mejor, más justa e igualitaria. Que sí hay esperanzas y que se pueden utilizar
los aparatos burocráticos para ponerlos al servicio del pueblo y su gente. Que
se pueden poner en práctica nuevos mecanismos de interrelacionar a la gente y a
los pueblos. Pero lo más importante es que desenterró la historia heroica de
muchos pueblos; de héroes y de valientes guerreros, que hasta ahora dormían el
sueño eterno del olvido.
A Hugo Chávez había
que matarlo por que significaba mucho. Por que andaba despertando a los
pueblos. Por que hablaba de educar al pueblo. De darle conciencia a la gente.
Por que andaba encendiendo el espíritu revolucionario de los olvidados de
siempre, de los olvidados del mundo. Y lo asesinaron. Solo que no contaban que
su muerta iba a ser una bandera de lucha, una idea, un proyecto, una razón.
Hoy contra
Venezuela se cierne una confabulación sin precedentes. Por un lado Barack Obama
ratifica el decreto donde declara a Venezuela como “Una Amenaza Inusual y
Extraordinaria”. Almagro desde la Secretaría General de La OEA, impulsa la
activación de La Carta Democrática (La Carta Democrática fue firmada en Perú el
11 de septiembre de 2001. Está se activará en aquellos países miembros de la
OEA (fue suscrita por 35 miembros), que se salgan del hilo constitucional y
democrático), las trasnacionales mediáticas; Caracol desde Colombia, El Clarín
de Argentina, ABC de España, The New York Times y CNN de EEUU y los medios
locales como El Nacional, La Patilla, Dólar Today, La Razón, Revista Z, Televen,
algunos circuitos radiales, etc. Y por supuesto, La Asamblea Nacional que sirve
de mampara legal y democrática para propagar por el mundo (acaban de realizar
una gira internacional pidiendo la intervención en Venezuela), que Venezuela
tiene una feroz dictadura. Todos confabulan.
Todo está montado
para el golpe de Estado. Ramos Allup pide la renuncia de Maduro y a su vez
propone declarar incapaz al presidente. Están activados.
Los centros de
poder no cesan en debilitar a las corrientes progresistas del continente.
Ganaron espacio en argentina, se perdió La Asamblea Nacional en Venezuela. Evo
pierde una consulta popular en Bolivia. En Ecuador impulsan una crisis militar,
en Brasil buscan desmoralizar y desmovilizar el liderazgo de Lula. Y en
Venezuela buscan derrocar a Nicolás Maduro. Pero en verdad, y hay que decirlo
con honestidad, quieren dar una estocada final a la esperanza y a lo que representa
este país ante los pueblos oprimidos del mundo.
Somos esperanza,
somos paradigma. Y lo más grande; somos el pueblo donde nació Bolívar y Hugo
Chávez ¡
Que viva nuestro padre de la patria y nuestro gran comandante eterno que vivira por siempre en cada corazon de los venezolanos y luchemos por la revolución que se escuche el pueblo y que sigamos adelante patria y socialismo viviremos y venceremos
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