jueves, 4 de agosto de 2016

BOLÍVAR; LA VERGÜENZA EN EL TÍTULO

Por estos días de graduaciones escolares; de jóvenes que culminan su bachillerato, hemos podido ver con estupefacción; dolor y pena ajena, como un grupo de bachilleres de un liceo privado de Caracas, al momento de recibir su título, protestaron por el hecho de que su título tenía el encabezamiento de; “República Bolivariana de Venezuela”, y se quejaron además, por el honor que se le hace al Generalísimo Francisco de Miranda por arribar este a los 200 años de su nacimiento. En consecuencia, todo título de bachiller que se emita este año en Venezuela, obligatoriamente ha de hacer alusión a semejante acontecimiento.

Preocupa profundamente este tipo de comportamientos, que sin dudas encierran una concepción política y que seguramente deviene de quienes, en su afán de adversar a La Revolución Bolivariana, niegan también  nuestro patrimonio histórico y esa estirpe que acrisolamos como uno de nuestros mayores tesoros.

José Domingo Choquehuanca ha descrito de manera perfecta la gloria de Bolívar (discurso pronunciado por este en la ciudad de Pucará en 1825); “Quiso Dios de salvajes formar un gran imperio y creó a Manco Cápac; pecó su raza y lanzó a Pizarro. Después de tres siglos de expiaciones ha tenido piedad de la América y os ha creado a vos. Sois pues, el hombre de un designio providencial. Nada de lo hecho hasta ahora se asemeja  a lo que habéis hecho, y para que alguno pueda imitaros será preciso que haya un mundo por libertar. Habéis fundado tres repúblicas que en el inmenso desarrollo a que están llamadas, elevan vuestra estatua a donde ninguna ha llegado. Con los siglos crecerá vuestra gloria como crece la sombra cuando el sol declina”.

Desde los tiempos escolares se nos enseñó a ver a Bolívar con solemnidad y respeto. Y aun recuerdo que la sola mención de su nombre obligaba a levantarnos de nuestro asiento como un gesto de respeto. De igual manera que al escuchar el Himno Nacional, debíamos detener nuestra marcha y despojarnos de la gorra o sombrero (si fuera el caso).

Nos enseñaron a ser bolivarianos, por Bolívar. De tal manera que tener que ver su cuadro rodar por los baños del Palacio de Gobierno (en aquellos días oscuros del golpe de Estado), y ver como se proclamaba la eliminación del carácter Bolivariano de La República, es tropezarnos con un fariseísmo poco usual y una negación abierta de nuestra historia.

Podemos admitir y entender las adversidades a La Revolución Bolivariana, más sin embargo, vemos con asombro, como que se hubiesen extrapolado, múltiples campañas difamatorias y de adversidad política, que buscan negar el genio libertario del hombre más grande que ha parido esta tierra.

En “El General en su Laberinto”, de García Márquez, se dibuja a un Bolívar, en su “destierro”, desde Santa Fe de Bogotá hacia La Hacienda San Pedro, en su inevitable encuentro con la muerte; derrotado, viendo con sus propios ojos como le pisotean su gloria, bajo los gritos de burla (longaniza, longaniza. Ese era el apodo que le atribuía la gente a un conocido loco callejero lleno de condecoraciones de general ruso). Y cuenta García Márquez que ese día pudo leer Bolívar todos los graffiti que la canalla ofensiva le dedicaba.

Sin embargo, su gloria ha sido más grande. Y aunque 200 años después lo siguen negando; como lo dijera un poeta; su espada tiene todavía mucho que hacer en América.

Pobres aquellos que tienen que llevar con vergüenza el nombre de Bolívar. No entienden su grandeza, no ven a través de los tiempos como su genialidad ha trascendido para seguir siendo un virtuoso, un gigante y el responsable de haber bañado de gloria nuestra historia.

Comparto con ustedes este enlace para que puedan disfrutar de estas pinceladas que escribió Simón Bolívar, seguramente en un ataque de locura (o de grandeza). “Mi Delirio en El Chimborazo…”
(http://www.temakel.com/texolvbolivar.htm).  

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