miércoles, 24 de agosto de 2016

ES LA HORA DE LOS HORNOS…

  Mientas los sectores oposicionistas al gobierno Bolivariano y Chavista; aupados y exigidos por la burguesía nacional; en un claro ultimátum de los EEUU, quien se ha erigido como “el policía del mundo”, han convocado para este 01 de septiembre de 2016, “La Toma de Caracas”, dizque para reclamar al CNE la no realización del referéndum para este año; no obstante de saberse que no cumplieron con lo establecido en la normativa del organismo, pero develados en su verdadero objetivo, que no es otro que la toma del poder a como de lugar; incluidas acciones violentas y no democráticas. No dejan de ser preocupantes algunas discusiones que se cuelan en algunos sectores que representan corrientes revolucionarias. Incluidos movimientos que se definen como “cuadros” revolucionarios.
  Y es en esta crítica en donde el liderazgo de Hugo Chávez se erige con mayor fortaleza. Y tiene que ver precisamente con la visión que el movimiento revolucionario venezolano, a lo largo y ancho de su historia, ha manejado en relación a la toma del poder.
  Por ejemplo, nadie puede negar el carácter heroico de la Lucha Armada en Venezuela. La sangre de esos valientes regó de héroes el suelo patrio. Hombres y mujeres que asumieron, con lo más preciado que cada quien tiene; como lo es la vida misma, para luchar por sus sueños, para pelear por la libertad de Venezuela.
  Sin dudas fuimos derrotados, por que la lucha se trago a muchos de nuestros seres queridos, aunque ganamos en dignidad y rebeldía. Sin embargo, la toma del poder parecía una quimera. La apuesta parecía más bien por la vida que por la toma del poder mismo.
  Cuba fue ejemplo e inspiración (y lo sigue siendo). El Che encendía las montañas con su llamado a “Crear dos, tres…muchos Vietnam”, pero cabe preguntarse; cuan cerca estuvimos de la toma del poder en Venezuela?
  Es precisamente Hugo Chávez quien se plantea la toma del poder como un hecho real y alcanzable. Claro, sometido a las reglas de juego de La Democracia representativa, pero con un planteamiento revolucionario gritado a los cuatro vientos; La Asamblea Constituyente.
  En donde radica hoy la disyuntiva y la discusión revolucionaria? Será acaso en su carácter?, es decir, en que si está es Socialista?, Bolivariana?, Nacionalista?, Marxista?
  La coyuntura histórica exige mucha discusión, mucha reflexión; críticas y autocríticas, pero también mucha unidad. Decirse revolucionario pero impulsar el referéndum es un error y una contradicción. El problema no es jurídico, es político. Y si bien el referéndum es una bondad constitucional, en este momento está siendo utilizado como argumento legal para acorralar al gobierno bolivariano que lidera Nicolás Maduro.
  Hay críticas ligeras y malsanas (por decir lo menos); qué Diosdado no debe pedir la cabeza de los funcionarios públicos que firmaron pidiendo el referéndum, que su discurso es muy radical, que no debe estar recorriendo al país, etc. Sin embargo, es legítima la movilización política del pueblo, como garantía fehaciente de la democracia revolucionaria. Pueblo a la calle, es la consigna.
  Como lo decía José Martí (en expresión usada por El Che en su mensaje a los pueblos del mundo a través de la Tri-continental); “Es la hora de los hornos, y no se ha de ver más que luz”; La Revolución Bolivariana está obligada por el tiempo y las circunstancias a ser alborada, a ser luz y guía de los derroteros de la patria. No cabe un fracaso más. La esperanza del pueblo (siempre usamos esta categoría en estricto sentido político y bajo la luz del Materialismo Histórico), no permiten un fracaso más, una traición más.

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