Quien huye de su
país, dizque para escapar de la violencia y la inseguridad, seguramente no
tardará en entender que ya la violencia es un fenómeno que se ha globalizado.
Y es que el
“triunfo” del Modo de Producción Capitalista; ante la inminente “derrota” del
Socialismo (La Caída del Muro de Berlín, La disolución de la URSS, la
ambigüedad del sistema económico Chino,
etc); que además ha traído la mundialización del escepticismo y la resignación,
ha provocado que este se despoje de todo moralismo y hasta ha demostrado que no
tiene ningún interés en ocultar su verdadero rostro. La massmedia se encarga de
versionar su verdad. La única, la creíble, la “verdadera”.
No crea usted que
en el Metro de Caracas están los carteristas más audaces. En París, en La Torre
Eiffel, el llamado “Símbolo de París”, solo basta con levantar la mirada y
maravillarse por semejante monumento, y
de inmediato comprenderá que usted es un ciudadano del mundo moderno.
Y si tiene dudas de
ello, camine por alguna calle de Nueva York, o de Colombia, o de Argentina, o
de España.
En los JJO Rio2016
las cámaras de seguridad instaladas en las calles de las ciudades que acogen a
los atletas de todo el mundo, registran a cada momento los diversos actos de
violencia de los cuales son victimas las personas.
La llamada
“mundialización feliz” terminó siendo una mentira (término usado por el Maestro
Leonardo Boff en su análisis que busca explicar el fenómeno de la
“conviavilidad”). Lejos de eso lo que se globalizó realmente fue la desigualdad
social, la pobreza, la violencia, el odio. Y lo que es más preocupante, la
resignación y la pérdida de la fe.
El mundo está sumergido
en una terrible violencia que azota por los cuatro costados. Violencia que es
estimulada desde la tv a través de una especie de subliminación de la conducta
que pretende normalizar estándares del comportamiento bien lejos de la
convivencia humana.
Uno de los mayores
logros del “triunfo” del modo de Producción Capitalista, a parte de la
destrucción paulatina del planeta y de poner en peligro la vida humana en todo
el globo terráqueo y del desarrollismo arrasante; con la promoción de la
individualidad, del yoismo y la instauración de una ruptura convivencial; es
precisamente el mutilar los sueños y las utopías. Y el afán de convencer al
hombre de que no vale la pena luchar por un mundo mejor. No obstante se olvidan
de que cada vez hay más muestras de movimientos, de personas, de ideas que se levantan
tercamente empeñados en un mundo mejor.
Oportuno recordar a T. E. Lawrence (oficial ingles
que a comienzos del siglo XX luchó contra El Imperio Otomano), quien señalo; “Todos
los hombres sueñan, pero no del mismo modo. Los que sueñan de noche en los
polvorientos recovecos de su espíritu, despiertan al día siguiente para
encontrar que todo era vanidad. Mientras los soñadores diurnos son peligrosos,
porque pueden vivir sus sueños con los ojos abiertos, a fin de hacerlos posible”.
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