jueves, 20 de octubre de 2016

LA LOCURA DE ESCALANTE Y LA MUD

   El Dr. Diógenes Escalante fue una especie de personaje que navegó siempre en el infortunio. Siempre nadando en las riberas del poder, coqueteando en dos oportunidades con la presidencia de la república, pero una cosa y otra lo apartaron del camino.
    Después de la muerte de Juan Vicente Gómez  (19 de diciembre de 1935); cumplidos 27 años en el poder, lo sucede El General Eleazar López Contreras, quien para satisfacer las esperanzas de todo un pueblo que se resignaba a la pobreza y a la mano dura del Estado, propuso una especie de apertura política, soltando a todos los presos políticos y reduciendo el mandato a siete años (reduciéndolos luego a cinco).
    Cuando ya López Contreras culminaba su mandato empezaron a surgir nombres para sustituirlo. Él era una especie de “gran elector”, si bien existía un congreso bicameral, gozaba de la mayoría parlamentaria. De modo que el próximo presidente de la república iba a ser nombrado por éste.
    A la larga lista de nombres es sumado también el del Dr: Diógenes Escalante, quien para el momento cumplía responsabilidades en el servicio diplomático.
    Diógenes Escalante regresa a Venezuela con su familia y cargado de enseres personales. Toda hace pensar que será una larga estadía. Vino a recibir el favor presidencial. Pero a pocos días de tal acontecimiento, viejos militares gomecistas persuaden al presidente y lo instan a no hacer tal nombramiento. Ellos prefieren que sea un militar. Además de que a Escalante lo tildaban de comunista.
    El otro episodio en que Diógenes Escalante “coquetea” con la presidencia de la república, tiene lugar en el periodo presidencial del general Isaías Medina Angarita (1941-1945). Éste, que si bien se distanció inmediatamente de quien le concedió la gracia presidencial, promovió una apertura política mayor, aunque se negó siempre a la elección directa, universal y secreta para elegir al presidente de la republica. De hecho, vivió en carne propia una cruenta crisis política que lo llevo a buscar una figura de consenso para sustituirlo en la presidencia de la república. Se buscaba a un hombre probo, civil, con credenciales morales y con suficiente capacidad para dirigir los destinos de Venezuela. Surge así una larga lista de nombres y de candidatos. Pero es en la figura del Dr: Diógenes Escalante donde recaen las preferencias. Desde los más radicales adversarios del régimen hasta los factores independientes, conjugan tal preferencia por Escalante.
    Su regreso nuevamente a Venezuela es esta vez más despampanante. Una gran multitud baja hasta La Guaira y una caravana de gran número de vehículos lo escoltan hasta Caracas. Se hospeda en el Hotel Ávila y desde allí monta su centro de operaciones políticas. Es el hombre del momento. Todos quieren saludarlo, todos quieren estrechar su mano. Pero el destino le tiene guardada una jugada.
    Como que hubiera recibido un daño, empieza Escalante a hablar incoherencias, a vestirse inadecuadamente. Incluso a comportarse indecentemente. Se prenden las alarmas y una junta médica lo evalúa y dictamina que está “insano mental”. Lo regresan a EEUU donde pasa el resto de sus días en un sanatorio.
    La Locura de Escalante se me parece muchísimo a la MUD, que desde hace ya un tiempo intenta la toma del poder en Venezuela. Han intentado todos los caminos y entre desaciertos y desaciertos, el poder les luce lejano. Su último triunfo electoral los ubico al frente del Poder Legislativo, pero cada vez luce más que dentro de la MUD predominan las corrientes violentas y radicales. Estratégicamente han debido proyectarse a un triunfo electoral en las elecciones de gobernadores, pero subestimaron la fuerza de las corrientes bolivarianas y revolucionarias y se empeñaron en varios esquemas que contemplaban la salida de Nicolás Maduro. Graso error. Ahora ni habrá elecciones de gobernadores este año, ni Referéndum, ni SALIDA, ni renuncia, ni ninguna acción que aleje a Maduro de la primera magistratura. Por el contrario, el chavismo está en la calle, está fortalecido y Diosdado al frente de la conducción política.

    Como Escalante, la MUD queda otra vez por fuera. Solo les queda la violencia como última carta, pues, ellos mismos se han encargado de segregar a quien de señales de algún vestigio de democracia (caso Timoteo Zambrano). Ahora Maduro fortalecido y el pueblo convencido que la MUD es solo un cartel de pranes que hoy se matan entre ellos por ser el líder de la oposición. Hay mucho billete corriendo, mucha plata para que tumben a Nicolás Maduro. Mientras, el pueblo en la calle para defender al gobierno bolivariano.       

No hay comentarios:

Publicar un comentario

UN GIRO A LA DERECHA

        Hay compañeros que viven en una permanente crítica al gobierno bolivariano. Son implacables, severos y constantes en sus críticas. T...