“El socialismo económico, sin la moral
comunista no me interesa”
Esta opinión fue expresada por El Che Guevara en una entrevista concedida en
1963. Completa la idea afirmando que; “Luchamos contra la miseria pero al mismo
tiempo luchamos contra la alienación”.
Es innegable el
fracaso del Modo de Producción Capitalista. Como nunca, hoy el mundo está
sumergido en una peligrosa carrera hacia su propia destrucción. El llamado
mundo globalizado, parece empequeñecerse cada día más. Las fuerzas dominantes
ejercen su dominio sin ningún escrúpulo. El ser humano parece un extraño en su
propio hábitat, en su propio mundo. En plena época moderna el hombre, como
nunca antes en la historia, padece la falta de libertad; social, espiritual,
política, cultural, etc.
El Modo de
Producción Capitalista trae consigo añadida una especie de enfermedad terrible;
La Alienación; esa que lo introduce a la despersonalización y le impone a cada
persona la cultura dominante, pero que a la par, lo domestica, lo destruye
espiritualmente y lo resigna a aceptar al mundo tal cual es. Sin derecho a
soñar y a aspirar uno mejor.
La Alienación
destruye la esencia del hombre. Le roba su condición básica; lo humano. Es una
especie de esclavización que lo conduce a la resignación y le roba todo derecho
a rebelarse ante lo que lo oprime y disminuye.
El Socialismo es la
esperanza. Es la utopía necesaria. El concentra las herramientas científicas
para entender el complejo mundo de la economía política y de entendimiento del
entorno. Así como, la suficiente fuerza para liberar espiritualmente al hombre. Para
estimularlo al altruismo y a la grandeza. Para hacerlo más humano y más
sensible para entender a su entorno.
El Socialismo es una
expresión humana que conduce al hombre por el camino de la bondad, de la
solidaridad, de la hospitalidad. Conduce al hombre al encuentro del otro. Y
Cuando decimos otro, parafraseando un poco a Leonardo Boff, nos referimos a
todos los seres vivos. Los animales, los mares, los ríos, el medio ambiente. Y
es que a través del “otro”, podemos practicar la hospitalidad, la bondad, la
acogida. Y todas estas características humanas se hacen más grandes y valerosas,
cuando ese “otro” es un extraño, un inmigrante, un desconocido. O cuando este
es portador de toda una estructura cultural, étnica, ideológica o filosófica,
diametralmente opuesta a la nuestra. De allí que El socialismo no es solo una compleja
“formula” para entender el mundo y para entender a los diversos modos de producción
que han antecedido toda la historia del hombre. Es un camino para hacer más
humana, la humanidad.
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