Sin embargo, debemos admitir que este horrible episodio ha herido al amor. El Amor está Arrecho. Y es que el vil asesinato de Robert Serra no es un asunto que atañe sólo al chavismo. Es un hecho que debe tocar las fibras de toda la ciudadanía. Y debe además sacarnos de adentro todo lo humano que hay en nosotros. Pues, no podemos revindicar la barbarie como forma de vida en esta y en ninguna sociedad.
Y es que la muerte; el asesinato de personas, crímenes, desapariciones, por las razones que sea, son hechos que hieren la paz de una sociedad. De tal manera que no se trata en este escrito de sopesar que muerte ha podido doler más que otra, no se trata de eso. Toda pérdida de un ser querido es un hecho que lacera el espíritu y el amor de seres humanos, y de una sociedad entera cuando el mismo tiene una trascendencia. No obstante, el asesinato de Robert Serra tiene unas connotaciones especiales, toda vez que el mismo ocurre en medio de un debate donde el país; el chavismo, la revolución bolívariana y los vientos de cambio empujan con firmeza un cambio profundo de paradigmas en la sociedad, y en donde fuerzas políticas adversas a los mismos, muestran su animadversión, llegando incluso a proferir ayuda extranjera para que se intervenga su propia patria.
Así que la muerte de Robert Serra no es cualquier muerte. Como tampoco es una muerte casual o atribuida al hampa común. El fue un objetivo político, que sin dudas, con su desaparición, se busca golpear moralmente al chavismo.
Peligrosamente se está imponiendo dentro de la oposición venezolana el ala más radical y enferma. La extrema derecha avanza alentada por sectores extranjeros que no escatiman en aportar los recursos.
Algo huele tan mal dentro de la oposición venezolana que Eduardo Fernández ha presentado su renuncia al partido Copey. Así como no es casual la designación de Chuo Torrealba en la vocería de la MUD. Así como también es un parapeto conceptual el llamado a constituyente que hace Voluntad Popular. Ellos no creen en eso. Sólo se crean matices que permitan la toma del poder.
El asesinato de Robert Serra nos deja el amor herido. El amor a la vida, a las cosas bellas, a lo sencillo; a lo maravilloso que resulta lo extraordinario que ocurre en ese submundo que se llama chavismo. Pues, y que irónico resulta decirlo, que el chavismo aun siendo gobierno tiene que andarse con cuidado. Que aun siendo gobierno, el chavismo y los chavistas, tengamos que hablar bajito y disimulado por que el colombiano indocumentado, que iza la bandera de su país en el seno de su barrio, o el portugues del abasto que le dimos acogida cuando decidió inmigrar para Venezuela, y que hoy se siente tan venezolano como el que mas, o la señora que extraña los viajes a Miami los fines de semana; pueden echarnos en cara en cualquier momento que nosotros somos unos malditos chavistas pata en el suelo. Que no tenemos derecho a tener un iFON o tomarnos un whisky. Y lo más arrecho, cuales seres superiores, vernos obligados seguir hablando del amor, de la revolución y del desarrollo del país.
No, no es cualquier muerte la muerte de Robert Serra. Es una prueba de fuego para nosotros los chavistas; para el pueblo, para los militantes del PSUV, para los revolucionarios. Y es una prueba de fuego por que seguiremos empeñados en el amor. Aunque honestamente hoy hay que decir, que el amor de los revolucionarios de este país esta arrecho por que nos han matado a Robert Serra. "Pueden cortar la flor, pero no impedirán la primavera"
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