Por estos días
cuando quedó develada una conversación entre el dueño de las empresa Polar,
Lorenzo Mendoza y Ricardo Haussmann (este último, miembro del Llamado grupo
“Iesa-Boys”, miembro del gabinete económico de CAP y alguna vez miembro del
directorio del Banco Mundial y del FMI); y un defensor acérrimo de las
políticas neoliberales…vuelve el fantasma del FMI a azomar su cara, como la
panacea a todos los problemas que aquejan a Venezuela.
Y es que los
sectores oposicionistas al gobierno revolucionario que lidera Nicolás Maduro,
no ocultan su convicción de entregar al país, una vez más, a los intereses
extranjeros.
Ya los venezolanos
sabemos, por que lo hemos vivido en carne propia, la secuelas que dejan en el
seno del pueblo este tipo de paquetes o recetario que ofrece el FMI.
Ya en el año de
1989, en el gobierno de Carlos Andrés Pérez, Venezuela firmó un acuerdo con el
FMI, que establecía entre otras cosas, bajo el concepto de “Programa de Ajustes
Macroeconómicos”, las siguientes medidas; liberación de precios, eliminación
del control de cambios, liberación de las Tasas de Interés, aumento de las
tarifas de los Servicios Públicos,
aumento en un 100% de la gasolina, aumento de un 30% del Transporte Público,
congelación de cargos en La Administración Pública, etc.
Pretendía el FMI
obtener 5 mil millones de dólares en un lapso de tres años, pero en el cálculo
de todos los tecnócratas no aparecía por ninguna parte El Caracazo. Caracas fue
sembrada de muertos. Se habla de más de tres mil muertos y desaparecidos. El
pueblo indignado y hambriento tomó para si las calles y salió a luchar o morir,
pero también a romper las cadenas de las injusticias y cual banquete, en donde
sólo es invitada la rebeldía, con su único lenguaje, el de la indignación,
rompió la Santamaría que le prohibía sentirse digno, sentirse ciudadano,
sentirse humano…La Peste es testigo fiel de todas las almas que todavía por
allí pululan.
Hugo Chávez le dio
otra perspectiva a la vida venezolana. Bajo una concepción distinta; de la
política, de la vida, de la sociedad impulsó el carácter de auto determinación
de la nación y se empezó a redimensionar un nuevo país. Sin recetas
neoliberales, sin estar sugestionado a potencia alguna y solo bajo nuestra
propia realidad. Desde nuestra riqueza humana; espiritual, autóctona,
histórica. Desde nosotros mismos empezamos a alzar nuevas banderas; universales
en cuanto a la grandeza humana, pero particulares en cuanto a nuestra razón de
ser.
Esta hora de la
patria reclama que cada revolucionario, que cada chavista sea una escuela
andante. Para recordar el pasado terrible que nos dejó el FMI, para recordar
los millones de muertos que nos dejó la entrega del país a el capital extranjero,
para recordar que La Peste es aun un gigantesco cementerio de almas en pena,
que le deben al FMI todo el dolor y el llanto que han padecido sus familiares.
Cada carro, cada
apartamento, cada beca, cada beneficio que da esta revolución, tiene que ser a
un alma agradecida que pregone la buena nueva. Que diga con orgullo que
Venezuela le dio vida y alma a un pueblo que solo era tomado en cuenta para
votar y para legitimar sus desmanes.
Hay que decirlo; la
llegada de Hugo Chávez frenó la privatización de la salud, de la educación, de
los bienes y servicios, de las empresas básicas. Aquí se eliminó, por una
exigencia del FMI, el carácter retroactivo de las prestaciones sociales.
Venezuela iba camino a la educación privada. Muchos de los que hoy han obtenido
un titulo universitario, quizás nunca en otra circunstancia lo iban a lograr. El
país se abrió para los invisibles. Cobraron vida los muertos y se empezó a oír la
voz de un pueblo que solo era un convidado de piedra para sus destino.
El FMI tiene sus garras
preparadas para intervenir en Venezuela. Nuevamente negocian la patria, la ofertan
y la ofrecen cual mercancía de la cual todos ellos puedan beneficiarse.
Nuevamente subestiman
al pueblo y creen, como históricamente lo han creído, que aquí no hay hombres capaces
de dejarse morir por la patria. Si, esa extraña figura; que suda, que respira, que
sueña, que lucha, que es rebelde y que un carajo que se llama Hugo Chávez nos enseñó
a amar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario