jueves, 10 de noviembre de 2016

NO GANÓ TRUMP, GANÓ LA XENOFOBIA

   La globalización, que no es más que la mundialización del Modo de Producción Capitalista, que si bien se expresa de modo general, estimula sin dudas los nacionalismos, el racismo, la xenofobia, la discriminación y el individualismo.
Lo que ocurre hoy por ejemplo con la ola de inmigrantes que pueblan las orillas o fronteras europeas; hombres y mujeres que huyen de la guerra y de los conflictos armados y que arriesgan sus vidas en las aguas fieras del mediterráneo, es la realidad más cruenta, que choca como una bofetada en el rostro del racionalismo, en el rostro de la humanidad y que resulta una vergüenza para el hombre. Pues, el recibimiento es más vergonzoso aun. Como si se tratara de animales que invaden un terreno ajeno, son atacados con palos, piedras, machetes y armas de fuego. Y en otros casos, países que construyen muros para aislar a los “invasores”.
Hay un renacer de la xenofobia y del racismo en el mundo. A los inmigrantes los atacan con palos y piedras. Ah, pero también a los latinos, a los negros, a los homosexuales, a los gitanos.
El Mundo se ha fragmentado y la especie humana cada día acrecienta más su odio contra si misma. Los llamados países del Primer Mundo; civilizados, avanzados, desarrollados, no escatiman en mostrar sus mayores miserias humanas.
Por estos días en Inglaterra una pareja de ciudadanos españoles fue agredida por que estaban conversando en español, no en ingles. Los “Hooligans” ingleses se han diseminado por toda Europa. La llamada “Enfermedad Inglesa” corre por todo el continente.
El mundo fue testigo de la bajeza en el debate electoral por la presidencia de los EEUU. Los dos principales candidatos a la primera magistratura, Hillary Clinton y Donald Trump, “se sacaron los trapitos”. Por una parte Hillary representaba la continuidad de las políticas de Barack Obama, y Trump “el genuino sentimiento Americano”.
No es casual que la campaña de Donald Traump estuvo dirigida básicamente a atacar a los inmigrantes, latinos y mexicanos principalmente y hasta planteo la creación de un muro total en la extensa frontera con ese país. Él sabía que sus declaraciones sacrificaban el voto latino, pero que en lo más profundo de la sociedad norteamericana, ganaba sus mayores adeptos.
Para nadie es un secreto que mucha gente “huye” hacía los EEUU en busca del Sueño Americano. Y es que en los EEUU, en lo más profundo de su sociedad, asumen como forma de vida, el nacionalismo, el racismo, la xenofobia. Traump es algo así como “la esperanza blanca”. Por ello sostenemos que quien ganó realmente la elección estadounidense fue el discurso xenófobo de Trump.
Donald Traump tocó la fibra del estadounidense genuino, de la raza blanca, de ese que siente que a su país llega gente a robarle las oportunidades.
Esta vez ganó la ola de odio que mueve al mundo. El desprecio, la discriminación y toda la miseria humana que poco a poco se imponen. Lo humano cada día se diluye más. Y no es que Hillary sea mejor que Trump, no nos referimos a ello. La diferencia estriba en que Trump no esconde los modales y asume sin decoro el aspecto más cruel de la crisis del sistema. Esa que deja al descubierto el lado mercenario del derrumbe del capitalismo. 

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