Quien lo diría! Ni
en sueños pensábamos nosotros tener un hospital en nuestro pueblo. Cuando
corajitos recorríamos las calles de El Furrial, precarias y abandonadas, con
muchos sueños en la cabeza, pero nunca estos eran tan grandes como para
imaginarnos un hospital en nuestro pueblo.
Las pocas personas
que tenían vehículo tenían la “obligación” moral de llevar en sus carros hasta
el hospital de Maturín, a aquellos que lo requerían. A cualquier hora.
La medicatura de El
Furrial, ubicada en el centro del pueblo, era el dispensario de salud por
excelencia. Allí acudíamos todos los lugareños a atendernos las dolencias
menores. De allí salieron tremendas enfermeras. Como no recordar a Gertrudis, a
Aída, Petrica Jaramillo, la señora Luz, La Morocha, Margarita y otras que se me
escapan de la memoria pero que en muchos casos hacían de médicos y de apoyo a
las familias del pueblo.
El Hospital de El
Furrial, que dignamente lleva el nombre de “Doña Felicia Rondón de Cabello”,
descubre en Diosdado y José David, un gesto altruista, que trasciende por
encima de lo cotidiano y que toca en bienestar y calidad de vida a todos
nuestros coterráneos, y más allá.
Ah, pero eso viene
de atrás. De sus viejos. Por ejemplo, Don Adrián Cabello era un ser humano
especial. Visionario, solidario como nadie, inteligente y disciplinado. Y
jodido ¡
Fue un hombre
compenetrado con el pueblo, sus problemas y su gente. Él organizó las mejores
fiestas patronales del pueblo. Siempre pensando en grande. Amante de la caza y
la pesca y de la armonía de las flores. Tanto que, hizo crecer una mata de uvas
en su casa que se convirtió en una hermosa enredadera en su porche, dizque en
una tierra no apta para matas de uvas.
Un buen día le
regaló a mi mama una mata pequeña de fresas, que mi madre cuidó con pasión. De modo que de esa raíz vienen sus hijos.
El Hospital “Doña
Felicia Rondón de Cabello”, definido como Tipo 1, posee además tomógrafo, sala
para diálisis, sala de parto, hospitalización con 50 camas, consultas especializadas,
área de atención infantil, laboratorio, quirófano y residencia para los médicos
que allí van a prestar servicio. Es un hospital que sin dudas va a beneficiar
no nada más a los furrialeños, sino también a los vecinos de los pueblos
aledaños.
El Furrial tiene ya
146 años de historia, y con orgullo decimos, que aparte de nuestras
inolvidables maestras (Esther Jaramillo, Julia Salazar, Emma, Ramona, Doris,
Angélica Cordero, Melania, Eneida, Carmen Ramona, La Maestra Chela y muchas
otras que se convirtieron en nuestras segundas madres), la pobreza fue nuestra
mejor escuela.
Puedo decir, como
furrialeño y como amigo de Diosdado y José David y de la familia toda, que lo
que más valoro de todos estos logros; del hospital, de la pista de patinaje,
del Mega Mercal, de la instalación del puesto de La GNB, de la construcción de
viviendas, de las ayudas médicas y económicas, de la solución de problemas
particulares, de los vehículos entregados a nuestra gente, del apoyo al
deporte, de las remodelaciones del liceo y de nuestra amada Escuela “Rafael
María Baralt”, de la biblioteca, del Infocentro, de la Casa de la Cultura; lo
que más valoro de Diosdado Cabello es que todo lo hace desde su condición de
hombre de pueblo, formado en la rebeldía y en la militancia revolucionaria.
Fíjense que decirse revolucionario no es solo ocupar altos cargos; que también
Diosdado lo ha hecho, sino elevarse, humanamente hablando, hasta el pedestal
más alto, sin olvidar la esencia donde se forjo su espíritu. Su cuna, su
familia, su terruño, sus maestros, etc.
Lo que más me
conmueve y admiro de Diosdado es que en él veo personalizado aquella expresión
de Thomas Edward Lawrence (oficial del ejercito británico quien participo en la
llamada Revuelta Árabe de 1916), quien señaló; “Todos los hombres sueñan pero
no de igual manera, los que sueñan de noche se despiertan al día siguiente y se
dan cuenta que todo fue vanidad, pero los que sueñan de día son hombres
peligrosos porque pueden actuar en sus sueños con los ojos abiertos para hacerlo
realidad”.
Es esa conexión
entre la humildad y lo altruista, entre la conciencia y la acción, entre el rol
histórico y los sueños por construir es lo que convierte a los hombres en
líderes
Mirando el corte tan alto que tal si hago una tolda y el sol no me pegue tanto , es que ya me da lastima chico mirar y escuchar las mentiras del Barrio , cansao de ser un conuquero de los bajos despues que fui dueño de un hato . ese hospital pa mi no se pa otros no llega ni a CDI Barrio adentro lo inauguran ayer y hoy no tiene algodon osea todo fue una trama novelezca pa llamar la atencion de las chicas que se calan esos culebrones Rojos
ResponderEliminar