jueves, 22 de marzo de 2018

DEL LIDERAZGO Y DE LOS LIDERES DE PAPEL




   De entrada debemos decir que estas reflexiones vienen estimuladas por cuatro personajes que ejercen vocería política dentro de la oposición venezolana. Son ellos; Delza Solórzano, Ramón Guillermo Aveledo, Freddy Guevara y Leocenis García. Por casualidades que brinda la gran “selva de concreto” que es la ciudad de Caracas, hemos podido ver la soledad que preside a estos personajes.
   Son líderes de mentira, personajes de papel que se han erigido producto de una mediática mentirosa que en su afán de combatir lo incomodo que les resulta este gobierno a sus intereses, le ha abierto las puertas a estos fantasma y a su verborrea solitaria.
   Triste para una persona que se dice líder  y cuando camina por las calles de la ciudad no sabemos si camina o deambula. Le son indiferentes a la gente. Nadie los saludas, nadie los detiene, nadie los ve.
   El liderazgo político que entendemos como real es ese de la tribuna de oradores, el que mueve masas, el que convence con su ejemplo. El que se erige desde una perspectiva de grandeza y de desprendimiento. El que ve por sobre las sombras, el que se proyecta en el tiempo y abres luces donde reina la oscuridad.
   El líder es sinónimo de gentes. Se es líder porque muchas personas se conjugan en un discurso, en un camino por andar, en una persona, en una visión de vida que estimula y congrega conciencias.
   Dos veces nos hemos topado con Ramón Guillermo Aveledo. En ambas oportunidades lo hemos visto caminar solitario. Ha entrado a un café lleno de gente y parece no ser reconocido por nadie. Él absorto en su teléfono chateando y apartado del roce humano. Un hombre que se dijo vocero de los sectores oposicionistas del Gobierno Bolivariano y de la MUD, un hombre que suponemos líder, sin pena ni gloria en un café; espacio de charlas y tertulias, pero él aislado y solitario.
   A Delza Solórzano la distinguimos una tarde de beisbol en el Estadio Universitario de Caracas. Vestía una camiseta de Los Tiburones de La Guaira. Ella como Aveledo, estaba solitaria en su puesto. La gente transitaba de un lado a otro y la ignoraban. Ella, más famosa por lo dicho sobre los barriles de petróleo, no sabía que el término “barril”, se utiliza como unidad de medida (bbl), y que corresponde a 42 galones. Que el barril no es un envase físico, sino una expresión de medida. Y famosa también por las contradicciones con su progenitor, quien incluso, ha sido militante de la izquierda.
   Delza Solórzano es una lideresa de la massmedia; del micrófono y la tv. Las masas le son ajenas.
   La fama de Freddy Guevara ha sido efímera. Por los días de las guarimbas que convocaban al odio y a la muerte, él no cesaba en hacer llamados a enfrentar; matar, destruir, quemar, etc, al “régimen” de Nicolás Maduro. Terminó escondido en la embajada chilena. A él también lo vimos en dos oportunidades, transitar solitario, sin que nadie osara abordarlo. Así como cuando un líder decide ir a un sitio y la gente inmediatamente lo identifica y lo aborda y le pregunta y desea conversar con él. Pues, nadie se le acercó. Nadie le preguntó, nadie lo aupó. Triste, pero real. Un líder de papel.
   A Leocenis García, editor del Grupo 6to Poder, candidato presidencial en estos momentos, creemos que no lo conocen ni en su casa. A él lo vimos caminar largamente por Chacao, casi dos cuadras, y no ser ni siquiera  saludado por nadie. Ignorado totalmente por la gente. Increíble. Una persona que se diga LIDER y que nadie le brinde al menos un saludo. Es la trágica soledad del hombre cuando la mediática lo ignora. Cuando su voz para poder ser escuchada, pende solo de la massmedia. Sin ella no existen.
   Con Hugo Chávez el liderazgo cobra un matiz ético que se había perdido en el pasado. El hombre y la coherencia entre la praxis y el discurso. El líder que desciende al pueblo y padece junto a él sus dolores y sus sufrimientos. Qué bebe de su sabia y que le jura lealtad a los avatares del camino.
   Chávez dignificó la política, pero además enseñó a todo un pueblo, y he allí el tamaño compromiso de los liderazgos por venir, que el liderazgo verdadero se forja en la identidad, en el compromiso, en la inteligencia, en el ideal, en la moralidad. El líder debe remar junto al pueblo, y eso el pueblo lo sabe bien.       


viernes, 16 de marzo de 2018

LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA Y LA REVOLUCIÓN HUMANA.



   No se puede negar el alto nivel de masificación con que cuenta la educación universitaria en Venezuela. Todo joven que se gradúa de bachiller tiene casi asegurado su cupo universitario. Las opciones son diversas y en la mayoría de los casos sin necesidad de trasladarse a lugares lejanos de su núcleo familiar. Y lo más importante, y sin negar la gran gama de universidades privadas y de calidad que existen en el país, de manera gratuita pueden ingresar a una carrera universitaria.
   No obste de ser esto algo tan cotidiano en la sociedad venezolana, no es así en muchas latitudes del mundo y en muchas sociedades del llamado primer mundo o sociedades avanzadas. En la gran mayoría de las sociedades ir a una universidad NO es un derecho. Si una familia no cuenta con los recursos económicos suficientes, lamentablemente sus hijos o familiares directos no podrán formarse en la academia.
  Para muchas familias, en otras latitudes y en otras sociedades, el que un joven pueda asistir a una universidad, es realmente una inversión. Y no solo inversión de tiempo, sino de recursos económicos.
   Venezuela tiene uno de los índices más altos en cuanto a la masificación de la educación universitaria. En comparación con el resto del mundo nuestro país ocupa el 5to lugar. Superando en matrícula universitaria (masificación escolar), a países como EEUU, Francia, España, Italia, Japón y China. Y esto no es un invento, está certificado por la UNESCO.
   Y en América Latina ocupa el segundo lugar en matrícula escolar con un 83%. La tasa bruta de matriculación universitaria en Venezuela es 2,5 veces superior al promedio del resto de la región.
   En nuestro país la Educación  está consagrada como un Derecho Humano (VER: Constitución Nacional.  Capítulo VI “De Los Derechos Culturales y Educativos”, artículo 102), y además consagra la gratuidad de la misma.
   Sin duda que el gran reto que plantea la academia es que nuestros jóvenes se conviertan en vanguardia del desarrollo y del progreso. Se estudia para vencer las sombras, pero también para transformar, para revolucionar. Se estudia para penetrar la complejidad, para viajar por la rigurosidad de la ciencia y traer las nociones y el conocimiento a la vida cotidiana y darle utilidad, funcionalidad y vitalidad. Se estudia para entender al hombre y humanizar el entorno. Para entender que somos solo un gesto “insignificante” y minúsculo del universo, que nuestra vida solo dura un suspiro y que la evolución nos ha ido convirtiendo poco a poco en un mostro que marcha aceleradamente hacía su propia destrucción.
   Hoy más que nunca la educación tiene que servir para hacer revolución. Revolucionar todo. Revolucionar la vida.  

sábado, 10 de marzo de 2018

LA GUERRA CONTRA VENEZUELA ES INEDITA, LA VICTORIA TAMBIEN LO SERÁ.


Venezuela es objeto en este momento de un experimento, que si bien ha sido ensayado con “éxito” en otros países, en el caso nuestro se muestra cruel e inhumano. Las secuelas que deja son terribles, pues, si bien la guerra económica tiene un impacto inmediato en la vida cotidiana de los venezolanos, no es menos cierto que el efecto psicológico deja secuelas preocupantes, que se expresan en el comportamiento de la gente; en su manera de pensar, de sentir, de tomar decisiones y en su forma de percibir la realidad.
 Quienes están detrás de todo esto saben bien lo que hacen. Nada es al azar ni improvisado. Y el gran vehículo para inyectar e inocular toda la dosis es la massmedia. Todo pasa por la comunicación. Prensa escrita, radio, televisión, redes sociales (twiiter, Facebook, instagran y otros mecanismos de comunicación masivos), que nos bombardean a su antojo con mensajes manipulados y en muchos casos  con información falsa, que buscan ubicar a la gente en una perspectiva equivocada ante su entorno.
   Uno de los objetivos más inmediatos que persigue la guerra psicológica es lograr la desmoralización de la persona y reducirlo a un ser escéptico, desconfiado, desesperanzado y dócil. Es humillar al ser humano y convencerlo de que este modelo político es el responsable del caos y de la crisis. A la par se busca ridiculizar el lenguaje y las ideas políticas haciendo ver que todo obedece a un discurso desgastado y pasado de moda. Que el socialismo y la lucha de clases sociales; y toda la concepción que encierra el materialismo histórico y dialectico y hablar de clases dominantes, de explotación, de dominación, etc, no es más que un discurso que pertenece al atraso y al pasado. Cuando la verdad verdadera es que los nuevos mecanismos de dominación o la nueva ideología dominante son precisamente, descalificar a las ideologías. El fin de las ideas, el fin de la historia, el fin de los sueños, el fin de las esperanzas. La resignación total.
   Y con mucha preocupación hay que decir, el rol “deliberado” que juegan muchos periodistas cuando publican información sin ser verificada o cuando les dan vocería a personas que señalan como verdad simples opiniones o puntos de vista que benefician su postura política o cuando se atreven a opinar sobre  elementos irrespetuosos o contrarios a la ley o a las buenas costumbres. Quizás es su contribución al caos. Nada es deliberado.
   No se puede negar el daño que hace esta guerra, este experimento de exterminio y de dominación. No obstante, para no decir subestimación, hay aspectos y características de la población, de la gente, del ser humano venezolano, latinoamericano, de la persona individual, que en muchos casos escapan a los cálculos y mediciones y que no están reflejados en ningún manual o registrado como resultado experimental, y es precisamente la naturaleza propia de la que está dotada la gente del sur de la América, que por siglos ha luchado siempre por su dignidad, por su respeto, por su libertad y su tierra.
   Desde las estirpes enraizadas de las llamadas Culturas Precolombinas hasta las primeras expresiones de luchas libertarias impulsadas por José Leonardo Chirino, mucho antes de la Guerra de Independencia y luego la guerra misma por liberarnos del yugo español; que por lo demás fue una guerra epopeyita  y quijotesca; una mezcla de romanticismo y crueldad, de gallardía y poesía, de grandeza y nobleza; histórica, ejemplarizante y trascendente, que nos convierte en seres aptos para enfrentar y vencer; así como este momento histórico que vivimos, cualquier pretensión de dominio y conquista. Cualquier intento de sometimiento.
   La América del Sur también existe. Muchos creen que nuestra mayor riqueza es el petróleo, el oro y los minerales que pueblan nuestra geografía, olvidan al ser que respira y su carga histórica; su sudor, su dignidad y el barro de que estamos hechos. Somos ríos de agua dulce, bosques y árboles frondosos, somos agua salada, sol y noches frescas. Somos también esperanzas y somos arrechos!  
       

jueves, 1 de marzo de 2018

JUGANDO A SER BUENOS PARA ENGAÑAR AL DESTINO


Las religiones han servido mucho para engañar a la bondad y para engañar el lado bueno de los hombres. Así también quienes juegan por un rato a ser un tilín mejores, delegan en una limosna y en un trozo de lastima, el derecho de los hombres a comer y a ser tratados como iguales, tratados con dignidad.
Con el perdón de los verdaderos apóstoles, una sotana disfraza la perversidad y pretende erigir en santo a quienes hacen arder en la carne sus bajezas.
El diezmo es el pasaje a la vida eterna. Basta darlo para sentir que te has liberado de la deuda de la maldad. Ya tu alma está limpia, ya has domado a tu verdugo.
Pasa igual cuando tu auto se detiene en el semáforo y te abordan los “niños de la calle” a rogar por las migajas que les puedes dar. Como que el problema atañe a todos menos a ti. Darles algo te brinda la oportunidad de la compasión y de engañar por un instante tu aporte a la bondad.
La gente que hurga en la basura o que busca guarecerse del inclemente frio, es, como almas que andan en pena, para quienes los templos son lugares sagrados, inspirados en ellos, pero donde Dios prefiere acoger su solemnidad y sus rituales.
Creemos más en la gente pobre que no sabe con certeza su mañana, pero que aun así sonríe y le brinda a su prójimo un pedazo de su pan, que aun compartiéndolo no mitigara su hambre.
En el soldado que se hace hombre por un ideal y que porta su fusil para defender una causa.
  En el dirigente obrero que cree en el proletariado. En el campesino que ama la tierra que da sus frutos.
En el músico que canta su verdad y su dolor. En el vendedor que cree que la usura es un pecado. En la madre que besa a su pequeño hijo con tanto amor y esperanzas, que en un simple beso ve partir su sacrificio y consagración.
Creemos en el lenguaje que hablan en los barrios pobres, en su gestualidad y en sus sonidos. Creemos en el ayuno militante, en ese que enfrente el espíritu con la carne, pero que sacrifica el placer por la fe.
Le tememos a la gula y a la ambición. A la envidia y a todos esos sentimientos bajos y miserables que por momentos nos apartan de lo humano, de lo racional.
El ciclo dinámico de la vida y el constante movimiento de las fuerzas cósmicas y poderosas; sagradas, misteriosas, ancestrales, mágicas, no distinguen entre posición social o económica, entre gente de color o entre gente que hace éticamente lo correcto o no. Las únicas diferencias son el destino y las consecuencias de sus actos. Pues, ya sabemos que hay hombres que trascienden los umbrales de la eternidad y siguen más vivos que nunca. En su mayoría, hombres que desafiaron el statu quo y miraron la vida por encima de los tiempos. Para ellos la muerte no existe.
Los hay también, los que a cada paso que dan asesinan un poco a la humanidad. Hombres que deambulan por el mundo transportando miserias y burlándose de la solidaridad, de la misericordia, de la bondad, del amor, de los sueños, de las esperanzas. Mutilando al hombre de uno de sus dones más sagrados; su amor por el prójimo y el afán de cultivar la esperanza por el camino que queda por andar.
No basta jugar a ser buenos, no basta rezar, como decía el padre cantor. El esfuerzo debe ser mayor. Los buenos somos más.  

UN GIRO A LA DERECHA

        Hay compañeros que viven en una permanente crítica al gobierno bolivariano. Son implacables, severos y constantes en sus críticas. T...