Ocurre que quienes
no manejamos de primera mano los asuntos que derivan de La Alta Política y de
las decisiones que se toman desde el Alto Gobierno; pero que sin embargo,
militamos en él y compartimos los postulados que éste esgrime, suponemos que el
gobierno, más que ningún otro actor político, está llamado a emplear todas las
herramientas democráticas y jurídicas existentes para que el país, y la
ciudadanía, resuelvan los problemas que los aquejan en el marco democrático y
legal y evitar así salidas salomónicas y que burlen la voluntad popular. Toda
vez que ha sido la población en edad de votar, quienes han llevado al
Presidente Nicolás Maduro hasta la primera Magistratura.
La burguesía
criolla y trasnacional y los sectores oposicionistas en general, para nada
ocultan la necesidad que tienen de salir de Nicolás Maduro y de acabar con este
modelo político, declarado enemigo de sus intereses.
Nunca han cesado en
sus intenciones. Y nunca han escatimado en promover un golpe de Estado
permanente. Utilizando todas las herramientas inimaginables. Incluso
laboratorios de guerra psicológica, desde donde se busca impactar el criterio y
el pensamiento de la ciudadanía.
El reciente triunfo
electoral de la oposición venezolana le da una especie de “matiz” legal a su
idea de siempre de sacar del gobierno al chavismo y en el caso concreto de hoy,
a Nicolás Maduro. Y así tenemos un escenario entonces donde el gobierno
bolivariano se empeña en solventar la crisis que aqueja al país, a la cual se
suma; como cual visita inesperada, la estrepitosa baja de los precios del
petróleo. Y por otro lado, a una oposición que prioriza como principal problema
del país, la salida de Nicolás Maduro de Miraflores.
Por un lado, unos
se empeñan en su renuncia, y últimamente debaten entre ellos que si
revocatorio, que si enmienda constitucional, que si referéndum. Total, buscan
darle legalidad al golpe de Estado, solo que ahora, con una mínima cuota de
poder político, ocupan la palestra y la tribuna publica para esgrimir, con toda
la verborrea inimaginable, que ha llegado la hora de la SALIDA (se acuerdan?),
de Maduro.
Desde la derrota
electoral en el seno del chavismo se han empezado a escuchar voces. De un lado
y otro se dicen cosas. Ha habido una sacudida, y tal como que si nos hubieran
puesto un hierro caliente en la piel, las fuerzas revolucionarias, progresistas
y de avanzada, se han retorcido; unos de indignación, otros de dolor, otros de
rabia. Quizás unos habrán abandonado el camino y otros seguramente habrán
dudado, pero casi cinco millones de
venezolanos se manifestaron en consonancia al proceso bolivariano.
En tal sentido
queremos tomarle la palabra al camarada y militante revolucionario José Ángel
Marcano, quien plantea que El Presidente Nicolás Maduro debería tomarle la
palabra “a estos desquiciados” y convocar La Enmienda por iniciativa
Presidencial, con dos preguntas fundamentales: 1) ¿Estas de acuerdo con que El
Periodo de Gobierno del Presidente de La República Bolivariana de Venezuela sea
reducido a tres años? Si o No.
2) ¿Estas de
acuerdo con que la actual Asamblea Nacional sea declarada Obstructiva y
Transitoria, y en consecuencia El Presidente de La Republica Bolivariana de
Venezuela, facultado por La CRBV proceda a su disolución en un lapso de tres
meses contados desde la fecha de su instalación? Si o No.
Si muchos son los
que quieren salir de Maduro, son muchos también los que quieren salir de la
actual Asamblea Nacional. Pues, son muchos los que han entendido que los varios
toletes en que está dividida la oposición, solo quieren una cosa: la silla de
Miraflores.
Entonces dejémonos
de pendejadas y consultemos al pueblo en un gran referéndum y punto…no se,
decimos nosotros por aquí abajo.
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