Sera que hay destinos
que son inexorables?; como el de Judas por ejemplo, cuando vendió a Jesús por
una monedas de oro. Judas fue el “elegido” para tamaño designio.
La Guerra No
Convencional que se desarrolla en Venezuela; guerra económica y psicológica,
que tiene dentro de sus objetivos inmediatos a la clase social media de este
país, cobra sus secuelas, y como un rebaño que marcha guiado por los gritos de
quien cree que marchan a puerto seguro, acogen para sí todos los efectos de las
campañas de odio, de xenofobia, de racismo, de discriminación y de creerse,
como la Raza Aria en su momento, una clase social superior y única.
El dilema de la clase
social media es terrible. Son prisioneros de una lucha existencial terrible. Y
son portadores de un odio y de una violencia nunca antes vista en Venezuela. Los
laboratorios de propaganda y de guerra psicológica; allí donde se diseñan los
mensajes y los discursos, delegan en la massmedia el trabajo para lograr sus
cometidos.
La clase media se
empeña en parecerse a la clase social alta. La imita en todo. Copia sus modales
y hábitos y asume su cultura. Finge ser de alta y hasta es capaz de tener la
nevera vacía para poder lucir apariencias. Pero su tragedia empieza cuando en
su soledad, cuando mira su chequera y sus tarjetas de crédito, colapsado, y sus
deudas y su carro viejo (o en el peor de los casos, su Orinoco o Arauca),
entienden, o más bien entendemos que al expresar su odio a las masas pobres y
chavistas, quedan ellos parados frente a su tragedia. Es decir, que no son
clase alta, no obstante de imitarlos, de digerir su cultura y sus poses. Pero
cuando mira para abajo, se encuentran con una clase social baja pujante, viviendo
en apartamentos dignos, muchos ya no en barrios periféricos ni en ranchos de
cartón, sino en urbanismos en el centro de las ciudades, desplazándose en
vehículos nuevos (Orinoco o Arauca), graduándose en universidades como la UNEFA
o la UBV, etc y sobre todo, actuando como sujetos sociales activos; con un
discurso, con una presencia y una conciencia hasta ayer negada e
invisibilizada.
El dilema es terrible y
se expresa con mucho odio. La clase media ve a los de abajo, ya no como
contrincante político, sino más bien como una amenaza. Pues, no admite que los
de abajo sean como ellos. Prefieren quemarlos, apedrearlos, señalarlos,
discriminarlos, negarlos. Y en última instancia, irse para el “imperio”.
No importa que en EEUU
manejen un taxi o limpien mierda. Con tal, prefieren asumir mansamente la
humillación en el “imperio”, que tener que codearse con un tierruo o chavista.
Dice Hermann Hesse, en “El
Lobo Estepario”, que; “el burgués, no cosecha sino tranquilidad de conciencia;
en lugar de placer, bienestar; en vez de libertad, comodidad; en vez de fuego
abrazador, una temperatura agradable. El burgués es consiguientemente por naturaleza
una criatura de débil impulso vital, miedoso, temiendo la entrega de sí mismo,
fácil de gobernar”
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