jueves, 5 de diciembre de 2019

EL NUEVO SIGLO AMERICANO



   Ya en sus últimos días el siglo XIX, en sus pasos de gigante que da el tiempo, los EEUU avanzaban en su idea clara de consolidar su posición hegemónica. Y es que el capitalismo, mas allá de ser un Modo de Producción, es también una especie de maquinaria propagandista que combina perfectamente sus postulados teóricos, con estrategias propagandistas,  métodos psicológicos y la guerra.
   El siglo XXI ha dado inicio con malos presagios. El mundo parece que ha agotado sus recursos naturales y todo indica que la vida en la tierra requiere de más conciencia ecología, de más respeto por el medio ambiente y también de un mayor compromiso político de las naciones poderosas, que tienen a su mano grandes decisiones y grandes manejos de recursos.
   Hasta qué punto Mijaíl Gorbachov habría contribuido al desarrollo actual de los acontecimientos?, no lo sabemos, Pues, recordemos que el lidero todo el sistema de reformas políticas que condujeron a la desintegración de la URSS y el desmoronamiento del bloque soviético, con la incidencia inmediata que el mundo perdió su “equilibrio” político al resquebrajarse el llamado mundo bipolar y al dejarle el campo libre a los EEUU de erigirse como triunfador.
   Y es que realmente el asunto va más allá de una simple disputa. EEUU logro imponer la tesis de que el socialismo había fracasado, que habíamos llegado al “fin de la historia”, al final de los sueños y de los deseos de aspirar un mejor mundo; un mundo más justo, más humano, más equilibrado.
   Como dijimos, se rompió el equilibrio del mundo. La paz se fracturo y ahora El Modo de Producción Capitalista; y además  en una fase imperial; poderosa, hegemónica, globalizada, va a la conquista del mundo.
   Así ha empezado el siglo XXI a dar sus primeros pasos. Los EEUU actuando como dueños del mundo. Empezaron por  ejercer control global de los océanos y las líneas de comunicaciones marítimas. Ejerciendo una especie de supremacía de poder naval.
   A la par, han inundado al mundo de bases militares (pasan de mil bases militares diseminadas por el mundo). Y sin dejar de mencionar el programa espacial de “Guerra de Las Galaxias”, donde el gobierno norteamericano se ha dispuesto a la conquista absoluta del espacio y lograr espiar y monitorear; con tecnología de punta, todo cuanto sea de su interés en la tierra.
   Los EEUU, erigidos como el imperio moderno, imponen su verdad y sus intereses sin reparo alguno. A la mierda se han ido los postulados de la diplomacia y del Derecho Internacional. Al carajo las instituciones, tratados y acuerdos internacionales. Los DDHH quedan relegados, vergonzosamente, a un basurero. La humanidad parece retroceder en cuanto al carácter civilizatorio y el siglo XXI nos presenta un mundo al borde de la desaparición.
   Afortunadamente los nuevos conquistadores de este siglo no pueden comprar el fuego, no pueden comprar la rabia ni la rebeldía ni los derechos de los pueblos a indignarse. Poco a poco se empiezan a alzar las voces que reclaman un nuevo mundo, un nuevo modelo de convivencia humana.  
       

jueves, 7 de noviembre de 2019

EL DISCURSO DE LA DESESPERANZA O LA ESPERANZA DEL ESCEPTICISMO



      Poco a poco se ha ido generalizando la idea; y a si es difundida en programas de radio y televisión, en artículos de opinión y en medios de comunicación en general, amén de influenceres y gurúes de las redes sociales, de creer que lo venezolano no sirve, de que el país no sirve y que cualquier espacio es mejor que el nuestro. Basta que una persona salga por nuestras fronteras, para que compruebe todo lo contrario y para que sienta en carne propia, que en gran parte, ha sido objeto de un engaño.
   Nunca como ahora el mundo padece de un fenómeno migratorio y de movilidad humana impresionante. Y a ello se suma un renacer del odio, de la xenofobia, del desprecio por el otro.
    La intolerancia reina por doquier. El hombre como enemigo del hombre. La especie humana negándose y el planeta tierra reducido a la intolerancia y a un lugar inhóspito para que florezca la solidaridad, el amor, el respeto y la convivencia.
     La hospitalidad parece una virtud desaparecida. El hombre se ve reducido a la soledad.
  Muchas de estas personas, a las que nos referimos al inicio de esta entrega, en su mayoría personas públicas que constantemente hacen uso de las redes sociales y medios de comunicación, no sabemos si adrede o inconscientemente, exponen mensajes desalentadores, escépticos y de pesimismo hacia el país y hacia lo que representa el gentilicio y la venezolanidad. Promueven la baja autoestima y el desánimo y el desprecio hacia nosotros mismos.
    Se ha convertido en lugar común, no obstante de que la vida nacional sigue su rumbo normal, que por encima de la diversión y el esparcimiento, brote siempre una expresión de desánimo y de crítica. Siempre menospreciando lo nuestro.
    La xenofobia se expande por el mundo. El odio por el otro crece como una enfermedad contagiosa. La raza “superior” impone su tesis y La Espada de Damocles pende sobre todo aquel que pinte de rosado, o negro, o comunista, o de inmigrante. El mundo no parece ya el hogar de los humanos.
  Mientras, el país sigue su marcha digna y deparándonos las riquezas indispensables para la vida; la familia, los amigos, el techo, la cama cálida, el trabajo, la universidad, la comida, el aire que respiramos, la puesta del sol y toda esa energía que nos van dejando nuestros antepasados, mientras, aquí tenemos nuestros tesoros, hay quienes adoptan, como forma de vida, un discurso y un mensaje de promoción del fenómeno migratorio. Como que no bastaran la cantidad de vidas que se ha tragado El Mar Mediterráneo, o los muchos seres que se han quedado sembrados en la frontera mexicana con EEUU, o los miles y miles de latinos que ingresan a EEUU en busca del Sueño Americano. O los grandes desplazamientos de los pueblos africanos y  árabes. Y en lo inmediato, la cantidad de testimonios de nuestros propios compatriotas de las penurias y rechazos que han padecido en países hermanos, donde la hospitalidad es una virtud en desuso.
   Venezuela es el mejor país del mundo. Y aquí es donde echan raíces nuestros sueños y desde donde nos hacemos humanos.     
  

viernes, 18 de octubre de 2019

LA CRISIS VENEZOLANA: ENTRE LA APARIENCIA Y LO REAL.



   Nadie niega que Venezuela atraviese, por estos días, por una coyuntura difícil, por una crisis que ha sido inducida para demostrar la inviabilidad del modelo político que esgrime la bandera del bolivarianismo; el nacionalismo y del derecho que tienen los pueblos del mundo, Venezuela en este caso, de impulsar un modelo de desarrollo partiendo de nuestras propias experiencias, realidades e idiosincrasia.
   Los centros de poder del mundo, y sus países satélites, se empeñan en estigmatizar el modelo político venezolano y la massmedia perversa termina de hacer el resto. Sin embargo, la realidad golpea fuerte y poco a poco se desmonta el discurso de la mentira. La situación de Venezuela, por dura que parezca, es muchísimo mejor que la realidad política, económica y social de países como Colombia, Chile, Argentina, Perú, Ecuador, El Salvador, Honduras, etc. Por solo hablar de países de esta parte del continente. Pues, si levantamos la mirada, seguramente nos toparemos con realidades más duras y crueles que que con las que a diario libramos.
   En medio de la llamada crisis que padece Venezuela, La Vinotinto llena dos veces consecutivas el estadio Olímpico de la ciudad de Caracas, el CCCT anuncia un amanecer llanero y varios amaneceres de gaita, Caramelos de Cianuro anuncia concierto en El Hatillo con entradas dolarizadas, Nacho, quien hasta la saciedad ha pregonado por el mundo que la dictadura de Maduro está matando a los venezolanos, se presenta próximamente en Valencia con entradas que superan los 50 dólares. El salsero Wily Chirinos, quien reside en Miami desde hace años y quien es un ferviente opositor a las ideas de izquierda y al socialismo, quien no se ha cansado de hablar mal de Maduro y de Venezuela, inicia por estos días una gira con varios conciertos en Venezuela, en distintas ciudades del país. Las entradas, también son en dólares.
   Y qué no decir del beisbol, el pasa tiempo nacional. Las sanciones impuestas por los EEUU nos quita la posibilidad de disfrutar a todos esos peloteros y técnicos vinculados a MLB. Hasta Vitico Davalillo desistió del homenaje que le tenía preparado la liga de beisbol. Y conste que el único objetivo es caotizar a la sociedad toda. Que no haya diversión, ni esparcimientos, ni risas, ni alegrías.
   Quieren matar la alegría del venezolano. Su espiritualidad y su rebeldía. Quieren someternos. Convertirnos en seres escépticos, desesperanzados y resignados.
   La guerra contra el país es también una guerra contra la dignidad humana. Ellos quieren aniquilarnos a toda costa. Nosotros tenemos el deber moral de vivir
Y de multiplicar este modelo de justicia social. Mao decía que, “se lucha mejor para sobrevivir, que para sostener”. Nosotros no tenemos opción.

jueves, 5 de septiembre de 2019

NO CABEMOS LOS HUMANOS EN ESTE MUNDO?



   El mundo parece reducido. El ser humano deambula de un lado a otro en busca de un espacio, de una parcela que le sirva de morada. Como nunca antes, el fenómeno migratorio se ha convertido en  un problema humano serio. Los desplazamientos humanos parecieran demostrarnos o que el mundo y sus territorios habitables se han reducido, o sencillamente viajamos aceleradamente hacia nuestra propia destrucción y aniquilación como especie.
   La naturaleza poco a poco le cobra al hombre su trato despiadado. Ya son comunes las llamadas “catástrofes naturales”, la desaparición de especies, el deshielo del ártico, el calentamiento global, los daños causados a la Capa de Ozono, etc.
   Sin dudas que el modo de producción capitalista y su doctrina desarrollista, relega a un segundo plano las relaciones humanas y la satisfacción de necesidades básicas. Ya no nada más el hombre, para su subsistencia, necesita de pan, ropa y techo, ahora, hasta por un principio de supervivencia, este necesita ser más audaz. Necesita de sueños, de utopías, de atreverse a caminar y desafiar los límites que lo conducen a su propia destrucción.
   El fenómeno migratorio ha convertido al hombre en su propio enemigo. Negado por su propia especie; despreciado y perseguido. El hombre es hoy un extraño en su propio hábitat. Huye de sí mismo y es despreciado por quienes promueven un mundo “moderno”, que poco a poco aniquila las relaciones humanas, el afecto y el amor.
   Es necesario que globalicemos una conciencia ecológica que le dé un trato urgente a la salvación del planeta. Debemos ir a nuevas formas de convivencia humana, donde el desarrollismo y el afán de conquista y de sometimiento y explotación del hombre por el hombre desaparezcan de las relaciones humanas.
   Urge volver a la raíz utópica. A ese pequeño pero grandioso instante en que el hombre se reconoce hermano del hombre y juntos salvemos la vida.
   Quizás, si no hacemos nada, la vuelta de la página sea “Un mundo sin nosotros”.  


martes, 30 de julio de 2019

EL OTRO PAIS



       Al pasar la página, hay otro país. Rostros que sudan y cantan; que trabajan y sueñan, voces silenciadas por quienes mueven los hilos de la cotidianidad y por quienes se empeñan en apagar la esperanza. Por quienes niegan la existencia del otro y por quienes se abrogan la voz de la “opinión pública”.
     Caracas, la Caracas cumpleañera y rebelde, nos muestra una perspectiva de lo que es Venezuela. El Este y el Oeste conviven en  una realidad que se niega y en una verdad que se falsea. La lucha de clases sociales adopta múltiples rostros. El más cruel es la negación del ser humano y sus expresiones legítimas de existencia. El hombre como enemigo del hombre.
     Como un rio que corre silente, “escondido” del resto de la vida que se desarrolla arriba, pero como parte vital de ese ecosistema social que es la sociedad toda, así pululan las diversas expresiones humanas que le dan vida a la esperanza. Desde los miles de jóvenes que bajan de todas partes portando en sus hombros, cuales soldados con sus fusiles cuando van a la guerra, sus morrales con sus violines, trompetas, guitarras, violonchelos, cuatros, etc, dispuestos a entrenar su alma y espíritu para la sensibilidad y para los sueños. Así también la “danza de los cuerpos”, de muchos jóvenes, que como escondidos, en esta ciudad que oculta todo, bailan en los sótanos del Teatro “Teresa Carreño”. O los miles de jóvenes que a diario pueblan la plaza Bolívar, los museos y teatros. Y está el trago de ron que marcha en contra corriente. En La Patana y en las tascas improvisadas del Buen Vivir, el cocuy sustituye al Oso, que ya forma parte de las elites. O un buen papelón con limón.
     Los que se empeñan en negarnos, quieren vender un país sin risa y amargado. Sin esperanza y sus sueños. Se empeñan en mostrar al mundo a una Venezuela que en nada se parece a lo que representamos en este momento. Venezuela es, ciertamente, “una amenaza inusual y extraordinaria”, pues, somos la cara rebelde del mundo que no se deja someter. Somos la voz contestaría de los sin rostro, somos el país de los ñangaras y la esperanza de las izquierdas del mundo que han sucumbido ante algunos acontecimientos históricos que han chocado de frente con la esperanza de los pueblos que buscan mejores modos de vida y un mundo más humano. He allí por ejemplo la caída del Muro de Berlín, la desintegración de la URSS y la crisis profunda en la que se vio sumergido el socialismo.
     Como lo dijo El Comandante Chavez en una ocasión; “en Venezuela el genio se salió de la botella”. Los poderes creadores del pueblo, su inventiva, su rebeldía y su conciencia histórica, no cesan en su afán de seguir construyendo el camino de la esperanza y de un mundo mejor.

      
       

martes, 4 de junio de 2019

“EL OLVIDO ESTA LLENO DE MEMORIA”



 Muchas veces se acusa a los pueblos de tener una memoria corta. De echar al olvido su pasado, de apagar los recuerdos y en muchos casos hasta de aborrecer sus orígenes; su historia, sus héroes.
 El olvido parece un gran baúl a donde van a parar los recuerdos. Una especie de bóveda hueca donde todo se torna intrascendente y lejano.
 Más sin embargo, no todo es producto del azar. Contra el olvido opera toda una gigantesca maquinaria ideológica-cultural; que obedece a patrones de dominación y que busca conducir al hombre, cual rebaño sumiso, a un destino acorde a los intereses de las elites.
 La historia de los pueblos está llena de gestas heroicas; de hombres valerosos y de acciones quijotescas. De rostros silentes que a lo largo del tiempo han forjado una estirpe que distingue a cada región. Hombres y mujeres que ungidos por esas circunstancias históricas que exigen y “obligan” a algunos hombres a convertirse en líderes y héroes de sus pueblos.
 La memoria corta de los pueblos no es un hecho fortuito, la globalización como fase superior del imperialismo, ha globalizado también su modelo dominante, el cual viene expresado de múltiples formas; en canciones, en publicidad, en religiones, en el deporte, en el cine, y un largo etcétera.
 El carácter globalizante del imperialismo, que en verdad es la globalización de la dominación; de la pobreza, de la miseria, de las desigualdades, es también la globalización de la cultura dominante; de sus patrones y de sus leyes. Y una de sus mayores imposiciones es sin duda, el olvido.
 La memoria cobra entonces ribetes revolucionarios. Pues, un pueblo conocedor de sus pasado no deja nunca de nutrir su moral, su espiritualidad del pasado, de su historia.
 Por ello Mario Benedetti no se equivoca cuando afirma que; “El olvido está lleno de memoria”.-      

jueves, 23 de mayo de 2019

LA “OTRA” REVOLUCION



 No podemos negar que toda revolución, para que sea verdadera, debe tocar todos los cimientos de la sociedad. Desde los más visibles hasta los más ocultos. Desde lo cotidiano y el quehacer diario, hasta lo extraordinario (y El Che decía que cuando lo extraordinario se hace cotidiano, estaremos en revolución). De tal manera que el fenómeno cultural; esos que distinguen la originalidad, lo genuino, el carácter y la estirpe de un pueblo. Y que lo identifica además, como que si fuera, una marca propia; es un hecho que no podemos subestimar. Muy por el contrario, por sus expresiones tan cotidianas se corre el riesgo de que se empiecen a introducir nuevos fenómenos o expresiones, que aunado a la “distracción” a la que nos conduce la dinámica social, no percibimos. Y es que tal fenómeno no lo definimos como transculturización, ya que este concepto, en estos tiempos, parece expresar un fenómeno que se da de manera natural y sin traumas. La forma como irrumpe este fenómeno en la actualidad, lo sabemos, esta movido por los hilos de la massmedia perversa. Ese conjunto de medios de comunicación que han ido degenerando en instrumentos de guerra psicológica que busca domar al hombre rebelde y hacerlo presa fácil y dócil, de los intereses que se mueven detrás del poder y que expresados en un concepto mayor; el imperialismo, pretende tener dominio del mundo y del hombre.
 El Che Guevara hablaba de “El hombre Nuevo” y Hugo Chavez insistía en “El Socialismo de Lo Pequeño”. Dos visiones que están entrelazadas y que tocan un aspecto vital del  nuevo mundo con el que sueñan los pueblos.
 El capitalismo ha instaurado todo un fenómeno cultural basado en los principios que lo mueven. De tal manera que una revolución verdadera; y he allí el gran reto de La Revolución Bolivariana, tiene que romper radicalmente con esa estructura cultural, psicológica, política, etc., que por años se ha afianzado  y que se ha consolidado como sistema.
 La Gran Revolución Cultural, o “La “otra” Revolución”, como hemos querido titular esta entrega, tienen que ver también con una revolución personal; íntima, intrínseca, psicológica, que irradie los espacios de nuestra cotidianidad. La comunidad, el trabajo, la universidad, el liceo, etc. La verdadera revolución no puede ser un punto equis distante de nosotros. No, somos nosotros girando en conjunto con el entorno. Somos nosotros en lo pequeño (Chavez), impulsando la nueva institucionalidad, el rostro que soñamos en grande hacerlo al alcance de todos. Ah, pero practicando el humanismo (El Che); siendo solidarios, altruistas, siendo ejemplo, no callándonos ante las injusticias, ser desprendidos y dados a los demás, etc.
 La “otra” revolución es vital para que se dé el concepto integral de la revolución que va a cobijar la sociedad que todos soñamos. Esa donde opere la justicia social, la igualdad entre los hombres. Y donde el hombre sea finalmente hermano del hombre.   

viernes, 29 de marzo de 2019

LA DESTRUCCION DE LOS CULTURALMENTE “OTROS”



 No obstante de que la humanidad ha cargado sobre sus hombros una inmensa deuda para con el hombre mismo; deuda que involucra a la civilización entera y que sin duda han sido las causas de muchas de las injusticias que padece el hombre hoy. Nuevamente se cierne sobre el mundo un “nuevo” peligro que tiene, entre otros objetivos, negar la existencia de expresiones humanas y del legítimo derecho que asiste al hombre de buscar nuevos caminos, nuevos paradigmas de vida y de bienestar.
 Un fantasma recorre al mundo. Un nuevo peligro se cierne sobre la humanidad. Y es el afán imperial de los EEUU. El modo de producción capitalista se ha globalizado. Y tras él, se ha globalizado también el hambre y la miseria.
 El péndulo que hasta ahora ha servido de equilibrio entre las naciones, parece desquebrajarse poco a poco. El Derecho Internacional, La Autodeterminación de Los Pueblos, Los Tratados, Las Convenciones. Los mismos organismos internacionales nacidos para garantizar la paz y el respeto entre  países. Para garantizar la sanidad del planeta y regular las relaciones. La diplomacia misma; todo luce ineficiente e inoperante. Todo luce obsoleto e inservible. Los EEUU se empeñan en imponer su supremacía y desde su cuenta de twiiter el dueño del mundo, Donald Trump, emite sanciones y otorga territorios (caso reciente, el Golán, territorio Sirio, “asignado” a Israel). Es la supremacía dando órdenes.
 En un ensayo presentado por el maestro Leonardo Boff; de quien he tomado el título que ilustra esta entrega, el señala tres ejemplos concretos de LA DESTRUCCION DE LOS CULTURALMENTE “OTROS”.
 En primer término señala a la cultura Islámica y a la religión musulmana, ambas, fuentes de sabiduría y de filosofía. La primera, el islamismo con grandes aportes culturales y su influencia determinante en España y sus grandes centros culturales. Allí donde los sabios cristianos fueron a buscar las fuentes de la filosofía  y a nutrirse de las ciencias griegas. Motivado principalmente a que muchos manuscritos  habían desaparecido de países cristianos como Francia, Italia, Alemania, Inglaterra, etc.
 Sin embargo, las grandes diferencias religiosas y principalmente el hecho de que el Islam se ubicara o controlara en toda la zona conocida como La Palestina Bíblica, precisamente los lugares más sagrados para los cristianos, produjeron terribles guerras y cruzadas militares, contra los musulmanes. Y estos a su vez, históricamente, acusan a Occidente de intolerantes, de estimular la guerra y de desprestigiar su historia y su idiosincrasia.
 Se ha roto la tolerancia, y más aún, la hospitalidad. Históricamente ha sido así  y los recientes acontecimientos en el Medio Oriente lo que han hecho es alimentar  más el odio y la guerra. Lo sucedido en Irak, Afganistán o la influencia que ejerce EEUU sobre Arabia Saudita. Todo esto apaga lentamente el valor histórico que el mundo musulmán posee.
 En segundo término señala Leonardo Boff al África Negra. Es impagable la deuda que tiene el mundo Occidental para con el África; para con su historia, sus hombres, su cultura. Millones de seres que han sido esclavizados y reducidos a simples objetos o simple mercancía. Tratados como bestias; subastados, intercambiados, esclavizados.
 Y en tercer término se señala a las culturas indígenas; también llamadas culturas precolombinas, que abarcan además a América Latina, el Caribe y América del Norte.
 Quien puede negar por ejemplo, el tremendo aporte cultural, arquitectónico, en las artes y en la agricultura, de los aztecas, de los mayas y de los Incas. Así como también el aporte de las tribus indígenas de esta parte del caribe. Han sido torrentes de historia que han desaparecido del mapa.
 Un nuevo paradigma civilizatorio no puede negar al otro. Urge ir a las raíces del humanismo-ecuménico. Allí donde el hombre se encuentra con el hombre. Con su hospitalidad, el respeto, la tolerancia. Pero además, un paradigma civilizatorio que desplace al hombre como el centro del mundo y lo ubique como una parte del todo. De un todo que incluya a la naturaleza; sus bosques, ríos y mares. A los animales y al cosmos. Pero también a la religiosidad, la fe, lo místico, lo mágico, lo asombroso, lo majestuoso.
 

lunes, 18 de marzo de 2019

EL IMPERIO CONTRAATACA



 Ya es una realidad, el imperio ha decidido apoderarse del mundo. Y no es precisamente una cinta cinematográfica protagonizada por Harrison Ford; la famosa cinta dirigida por Irvin Kershner; Star Wars. No, es el modo de producción capitalista en su máxima expresión. Ahora convertido en imperio.
 Concluido el periodo de la llamada Guerra Fría, el mundo pareció perder el péndulo que servía de equilibrio para la paz. Una especie de obscurantismo arropo la fe y la esperanza. El mundo de las ideas y de los sueños pareció llegar a su fin. Y toda esperanza caída en un abismo. “El fin de la historia y el último hombre”, de Francis Fukuyama (1992); quien hoy ha confesado su desconcierto, dado que la realidad le ha dado una bofetada, lleno las librerías del mundo y se convirtió rápidamente en el best seller del momento.
  Con la caída del Muro de Berlín y La Perestroika de Gorbachov, el socialismo entro en sus días oscuros y más parecidos a los hijos rebeldes del capitalismo. Perdió su fuerza y su alcance. Así las cosas, las fuerzas imperiales lograron imponer la doctrina de “La Seguridad Nacional”, y los EEUU han asumido, sin ninguna desvergüenza, su condición de Policía del Mundo.
   El capitalismo, en su fase imperial, ahora muestra su verdadero rostro. Ya los cimientos que lo contenían, que contenían su furia, están debilitados y bajo su merced. El Derecho Internacional ya está bastante maltrecho y no garantiza la sana relación de respeto que debe distinguir a las naciones. La Diplomacia ya no sirve ni para fingir, así sea entre tragos de whisky, que es posible aparentar ser educados y tolerantes. Las Organizaciones Internacionales, como la ONU y La OEA, por ejemplo, emiten resoluciones que nadie acata.
   El capitalismo, erguido como el imperio más poderoso que jamás haya visto la humanidad, es un sistema, aunque depredador y violento, con alcance globalizante. No hay espacios al que no llegue su furia. Si bien guerrerista, también se expresa culturalmente, deportivamente, artísticamente, etc. Su discurso se expande fácilmente a través de las plataformas comunicacionales. La massmedia dominante es la voz que deja oír al amo. Que si postverdad, o fast new, al final todo parece ser un recetario sacado de la imaginación  de Julio Verne, pero ahora convertido en una película de terror.
   Como lo profetizo Goerge Orwell en su novela 1984, donde el omnipresente y vigilante de todas las cosas, El Gran hermano, tiene control de todo. Todo se manipula y quien transgreda lo establecido, recibe un castigo ejemplar.
   Mientras EL IMPERIO CONTRAATACA y expresa su supremacía, la tierra se convierte en una enorme cárcel donde el hombre es enemigo del hombre. Donde campea la pobreza y la miseria y son millones de niños los que “escapan” de la escolaridad. Y otros millones que se acuestan sin comer. Mientras tanto, la tierra parece colapsar. Ante eso,   hay un mundo que se levanta; que canta, que sueña, que lucha, que se atreve.       
  

martes, 15 de enero de 2019

EL MUNDO NECESITA MAS QUE PALABRAS BONITAS.



     Definitivamente el altruismo es algo más que palabras bonitas. Va más allá de un boceto, de una mera declaración, de un oráculo o de una declaración de principios. Si bien no hace mal vociferarlo, este existe en función de las acciones.
    El Altruismo es una elevación que nos agiganta. Es el hombre, en cuanto individualidad, actuando con la grandeza de los dioses. Es el hombre multiplicado en bondad. Es el hombre convertido en gigante, exteriorizando lo bueno y haciendo realidad lo más hermoso de su condición de ser civilizado e inteligente; dando bondad a otro, dando lo bueno, lo hermoso, lo grande.
     Urge volver a la raíz utópica del ser. Esa donde el hombre es amigo y hermano del hombre. Donde la conservación de la especie incluye también la solidaridad, el respeto, la ayuda mutua, la compasión, la bondad.
   Urge volver a la acción. A regocijarnos nuevamente con la majestuosidad de la naturaleza. De volver a sentir lo ínfimo que somos ante la divinidad y los misterios cósmicos. A reafirmar nuestros lazos ancestrales y de sentir la conexión con nuestros antepasados. Pues, en verdad ellos nunca se han marchado. Somos partículas de ellos, su ADN corre por nosotros y nos hacen ser expresión de lo maravilloso.
   Los tiempos modernos nos roban la vitalidad. La tecnología ha ido sustituyendo las relaciones humanas. Un abrazo, estrechar una mano amiga ha sido sustituida por una tecla y un “me gusta”. Los amigos se cuentan por montones en twiiter y Facebook y el dolor ajeno ahora es un simple espectáculo que se regocija en las imágenes que nos muestran las redes sociales. Nadie se inmuta, pues, son siempre muy parecidas a  las películas hollywoodense. La compasión solo se comparte apretando una tecla y mostrando una carita enojada, llorando, sonriendo. Tal como sea la ocasión.
     Por las redes sociales todos comparten sus decálogos, aunque bien lejos estemos de ellos. Frases hermosas, mensajes altruistas. Y no faltan quien se diga fiel creyente en alguna divinidad, aunque a diario, como dice la canción, “comen dioses pero defecan demonios”.
    El mundo necesita de más acción. De más de lo bueno de cada quien. El mundo necesita más que palabras bonitas. Rompamos la quietud, la indiferencia, el conformismo, la resignación. Alcemos la voz y actuemos por un mejor mundo, por una vida más pegada a la vitalidad.    
          

UN GIRO A LA DERECHA

        Hay compañeros que viven en una permanente crítica al gobierno bolivariano. Son implacables, severos y constantes en sus críticas. T...